Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

martes, 3 de junio de 2008

Felicidades Hij@



este video no lo hice yo, pero me encanta. Felicidades Raku!


Este es para mi otro Louis, (mi hijo/a a quien aprecio y es una excelente amiga)


Entré en la sala y dejé la tarta helada en el frigorífico. Estaba creada con sangre y condimentos especiales. Sonreí malévolamente mientras me relamía preguntándome si le gustaría el sabor de aquel dulce. Me senté en el sofá, con las luces apagadas y los globos junto a las pancartas escondidas. Sonó las llaves y me froté las manos. Entró como siempre, sin pararse en mi presencia y alicaído. Al encender la luz todo apareció de golpe y yo frente a él.

-Feliz cumpleaños Louis, Feliz cumpleaños mi niñato…feliz cumpleaños a ti.-dije tirando de sus mejillas y luego besé su frente llevándolo hasta la mesa.

-Lestat, lo de niñato sobraba.-murmuró moviendo inquieto los dedos sobre la mesa.-Yo te dije que no quería ningún regalo, ni uno, pero insistes. ¿Qué puedo hacer contigo?-frunció el ceño y puso sus brazos sobre el mantel. Sus labios estaban en una mueca de ligera molestia y sus ojos eran como los de un niño, realmente sí quería un premio a mis bromas pesadas y a mis insultos continuos, aunque tan cariñosos como el primer día.

-Nada, sólo quejarte y patalear. Pero yo hago lo que quiero, soy Lestat y no tengo reglas.-dije caminando a prisa hasta la cocina. Saqué el pastel y coloqué la vela.

En un abrir y cerrar de ojos la luz se hizo más tenue, y aquel adorno de cumpleaños parecía brillar con mayor intensidad.

-¿Tengo que soplar? ¿Pedir un deseo?-estaba emocionado, en realidad se hacía el duro pero era un blando.

-Soplar.-así hizo y tras esto tomó con un dedo un poco de aquel pastel.

-¿Qué tal?-pregunté intentando averiguar si le agradaba.

-Tiene un sabor familiar, pero no sé a qué.-entrecerró los ojos y me miró.-¡Ratas! ¡Maldito enajenado mental! ¡Me lo tienes que recordar siempre! ¡Odio tus reproches! ¡Te odio!-empezó a tirarme de la ropa y zarandearme, agarrándome fuerte de la garganta y yo me reía.

Casi me mata, pero me libré por la llegada de los demás. Entraron uno a uno dejando sus regalos en preciosos envoltorios de brillantes colores, el mío fue la fiesta y un poema. Él parecía satisfecho, aunque de vez en cuando me miraba con odio gritándome mentalmente “Maldito cabrón, ya te pillaré a solas”

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt