Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

viernes, 10 de octubre de 2008

Halloween



la canción que canta Lestat en esta obra...espero que os guste



Imaginen una fiesta de disfraces, un momento agradable. Había pedido, más bien suplicado, a Mojo que se comportara como todo un caballero. Él asintió, no sé si para que dejara de hacer el ridículo o porque realmente lo aceptó. Busqué por el muelle un local abandonado, lo restauré durante un par de semanas y coloqué un decorado algo espectral. Muebles clásicos que pude encontrar en anticuarios, candelabros, cortinas de seda bordadas en hilos de plata y oro. Pero lo más majestuoso fue la mesa de los comensales, en el fondo del local bajo un pequeño escenario improvisado. Coloqué una escalera de caracol que llegara desde el techo al suelo del escenario, me demoró varios días conseguirlo y era parte del decorado de mi teatro. Varios ataúdes fueron dispersados por el suelo y los rincones del lugar, junto a velas, arañas de juguete y murciélagos. Un piano, bastante bien afinado, sobre la escena y luces parecidas a las usadas en mis producciones teatrales. Las invitaciones las elegí un día cualquiera, Mojo gruñía ante los horrorosos esperpentos que me trajeron como muestra. Pero al fin encontré una en papel antiguo, que se escribiría a mano y que se podía lacrar con mi sello.

-Llámame loco, llámame infeliz…llámame maravilloso portento porque hoy los pienso reunir.-tarareaba bailando un vals en medio de aquel lugar. La noche anterior había mandado los trajes junto a las invitaciones, invitaciones a todos aquellos que tenía cierto apego. Nada de príncipes, reyes o princesas…no de los reales, todos serían sacados de los cuentos más ufanos, vulgares o más tremendistas.

Cuando fue llegando la hora de la reunión llegaron los chef dejando en cada plato el nombre del invitado, junto a algunos canapés y yo desaparecí para tomar posesión de mis prendas. Estaba algo nervioso subido en el tejado, ocultándome de todos y Mojo sentado sobre mi silla observando las copas de vino aún vacías.

-Ni se te ocurra.-musité y él se irguió mostrando su lustroso porte canino.-Eso es, pórtate bien.-me acomodé los cabellos y cuando los invitados llegaban no encontraban la luz. Muchos podían sentirse, verse o tocarse, pero nadie sabía porqué los había reunido con aquellos disfraces.

Una musiquilla comenzó a retumbar, había contratado una orquesta. Mi voz surgió de las sombras. El coro me seguía en voz bajo, mientras las luces se iba iluminando los asientos y el decorado.

Niños, niñas y los demás, si.-susurré con un halo de misterio.-venís os voy a enseñar algo.-el primer pie en los escalones con los efectos especiales pertinentes.-extraño que hay aquí, la ciudad de Halloween, esto es Halloween, esto es Halloween.-treinta de octubre, como no. Los espectros debían de brindar y brincar conmigo.-Gritos en la oscuridad. Esto es Halloween! La función ya va a empezar,-aún sólo se vislumbraban mis botas.-somos traviesos y a todos vamos a asustar.-imágenes de hologramas comenzaron a surgir de la nada, fantasmas y mundos que únicamente existían en los cuentos.-Mi ciudad ¡Vamos a gritar! En la ciudad de Halloween.-mi persona apareció en la escalera y brinqué por ella hasta llegar al final.- Yo soy el monstruo que se esconde en todas partes dientes afilados, ojos muy brillantes,-aquel muñecajo apareció como de la nada, era un actor y era genial.- yo siempre me escondo detrás de la escalera, siempre tengo arañas en mi cabellera.-reí a carcajadas y mi disfraz era bastante conocido, el Rey del laberinto.-Esto es Halloween, esto es Halloween, Halloween, Halloweenn... En la ciudad, que es mi hogar, el día de difuntos voy a celebrar, mi ciudad, os encantará, todo el mundo sabe que algo va a pasar.-miles de monstruitos aparecieron de las puertas ocultas, ataúdes y del propio techo.-Mira dónde vas, muy bien escondido hay algo que te asustará y te hará gritar! ¡Gritar! Esto es Halloween. ¡Míralo! ¡Qué asco da! ¿Te asusté? ¡Pues ay que bien! Si queréis apostar, tira el dado y a jugar brilla la luna en la oscuridad.-un gran foco se apareció en el fondo de la pared iluminando un castillo abandonado, una maqueta que usé entre la pintura de un paisaje macabro.-¡Vamos a gritar! ¡Vamos a gritar! En la ciudad de Halloween yo soy el payaso que te hace llorar, de pronto aparece y desaparecerá. Yo soy aquel al que nunca veis, yo soy el viento estremecedor, sueño enemigo del astro rey lleno tus sueños de terror. Esto es Halloween, esto es Halloween. Escuchadme con atención sin terror no hay emoción junto a ti yo soy feliz trabajando en Halloween.-abrí la capa e hice aparecer, con un pequeño truco de magia, la bola de cristal.- Mi ciudad, os encantará, todo el mundo sabe que algo va a pasar.-acariciaba aquella cosa y se veían brumas.- Si Lestat de Lioncourt te atrapa un susto de muerte de dará y verás...-había cambiado la letra, como gran ser egocéntrico que soy. Pero por un día me lo podrán permitir ¿verdad?-Esto es Halloween ¡Vamos a gritar! Vamos a acabar con un tipo especial, nuestro Lestat es Rey de la Oscuridad, todos aplauden al Rey del Mal.-hice una reverencia y fueron desaparecieron lentamente en las sombras.- Esto es Halloween... En la ciudad, que es mi hogar, el día de difuntos voy a celebrar...-el coro también se dispersó entre las cortinas y demás decorado.- LA, LA, LA LA, LA, LA, LA, LA...-canturreaba aproximándome a mis queridos y amados amigos.

Louis estaba exquisito, sin duda sabía porqué me atrapó la primera vez. Vestido con viejas ropas, unas no muy distintas a como lo encontré y bufaba ante mi estupidez. Aunque, no pudo contener una sonrisa cuando hice una reverencia como si fuera un gran rey. Ambos lo éramos, yo el rey de las bromas pesadas y mentiras…él del humanismo exacerbado y de las negaciones continuas. Claudia, ya como una joven adorable, de María Antonieta pero con la cabeza en su sitio claro. Su busto, su mirada, su sonrisa macabra…era seductora, aunque peligrosa como una cobra.

Pero, sin duda, el más hermoso de todos era mi nieto. Llevé una mano a su mentón y comencé a bailar, el siguió mis pasos con carcajadas que se difundían entre el silencio.

-Griffith, que hermoso te ves como viejo caballero andante.-besé su frente y observé con que gracia llevaba la armadura, una muy parecida a la que yo llevé en su día.-¿Y este joven?-dije refiriéndome al hombre que vestía como un rajá.

-Mi pareja.-susurró en mi oído algo nervioso.-Y quien le acompaña también es mi amante.-era un joven robusto, de aspecto rudo y a la vez aniñado. Vestía como un hechicero o quizás como un enigmático guerrero.-No va disfrazado, abuelo.-murmuró besando mi rostro de mármol y se apoyó en el pecho del árabe.

-¡Vaya!-reí a carcajadas y al fondo noté la presencia de Armand. Venía engalanado como un ángel, con unas alas perfectas que yo mismo diseñé recordando los viejos dibujos de Marius. Mi maestro estaba a su lado, acariciando sus cabellos, mientras llevaba prendas de un romano. Como no, no podía haberle elegido otra vestimenta.

-¿Qué demonios has hecho?-la profunda voz de Marius me heló las venas, ya iba a reprenderme por mi alocado encuentro.

-Seguro que se fumó una calabaza.-Shirogane, aquel angel de aspecto melancólico que bufaba por coexistir con Armand en el mismo epicentro de la fiesta. Claudia, no obstante, estaba igual de resentida. Vestía como le pedí, ropas como para la ópera pero llena de telarañas y rasguños, junto con una máscara.

-No, intento despejaros de la muerte roja.-recordé aquel cuento de Poe, como no. El genial Edgar, el hombre del terror y del ocultismo.

-Lestat! Hay gente muriendo ahí fuera y nos llamas para una fiesta! Es intolerable.-como no, él siempre regañándome. Louis tenía que decirlo, tenía que hacerlo, tenía que romper el encanto.

-Déjalo, este es el Lestat que una vez fue. Patéticamente deseoso de llamar la atención de todos, como un bebé. ¿Harás el sentido inverso a tu nieto? Dime, mi querido Lestat.-en las sombras, aún en las sombras, estaba aquel maldito Nicolas. No sé porqué lo invité, quizás por un fugaz desliz de mi delirio. Y como no, vestido mafioso con un pequeño maletín donde debería ir un violín, aunque en estas fechas no sé si era así.

-No fastidiemos la fiesta, ¡debemos de hacer lo que dice!-gritó Quinn vestido de príncipe azul, con su lobo con un atuendo parecido.

-Papá, te quedó todo bastante extraño. Pero me alegro de haber venido.-era la voz de Louis, de mi hijo Louis. Vestía de rojo y blanco, con una cesta y los cabellos recogidos en una coleta, ocultos bajo una capucha roja. Sería el caperucito de su lobo y este venía de lo que era, aunque no trasformado por supuesto.

-Dio, encantador tu disfraz.-gruñó, notó mi ironía y que escogí lo que era, no me gustaba aquel tipejo. Pero a decir verdad era atractivo, atrayente de una forma imponente y que me hacía recorrer cada facción. Me recordaba extrañamente a David, le echaba en falta en la reunión, pero no sabía de él desde hacía demasiado tiempo.

-Lestat.-aquella voz me encogió el corazón.-Abu.-había dicho bien mi nombre y sólo era una niña. Estaba en brazos de Adrian vestido como si fuera un Apolo, ella iba de princesa con un traje rosa que yo elegí con el amor de un abuelo y mi otro hijo se veía elegante como un Drácula de cine en blanco y negro.

-Mi pequeña princesa, mi rompecorazones.-susurré caminando hacia ella, besando su frente y ella rió acariciando mi rostro.

-Espero que no te importe que asista.-era Nerissa convertida en cenicienta del brazo de Mike, el cual aún no tenía el gusto de conocer.

-No, no me importa. ¿De qué va vestido tu acompañante?-el hombre sonrió y di o un pequeño giro.

-De la bestia.-ahora entendí su melena crispada y sus rasgos parecidos a un león.

-¡Magnífico!-aplaudí ante su gran caracterización.

-Pasad.-indiqué los asientos y entonces en la oscuridad noté algo.

-No me han invitado, no os conozco.-murmuró algo nervioso.-Entré buscando a mi hermano.-era un ser poco convencional y noté que no era un disfraz. Era Zakeriel, como no.

-Zakeriel sí te invité, ¿no llegó la tarjeta?-pregunté algo confuso.

-¿Por eso me empujó mi pareja hasta aquí?-junto a él había un joven lobo vestido de zombie y un muchachito con una sábana sobre él. Noté que era un ángel de alas negras bastante poderoso.

-Yo traer a Zak, Zak enfadado.-se arrojó a mis brazos y rió.

-Vaya, no sabía nada de tu hermano.-lo bajé algo asombrado, no esperaba que Zak asistiera aunque mandé la invitación con la ilusión de que lo hiciera.

-¡Esperen!-gritó Yoko vestida de hada tirando de un muchacho.-Este es Law.-vestía de elfo y estaba algo ruborizado por todo aquello.

-¡Te esperaba!-sonreí mirando en un rincón a Rev

-Cariño ¿no te gusta la fiesta?-llevaba la ropa de ricitos de oro, sonreí ante su ropa y me tomó de la mano. Yo únicamente la llevé a sentarme sobre mis rodillas en la silla del anfitrión.

El resto de la noche ya lo saben

Comimos
Bebimos
Discutimos
Nos maldecimos
Y nos divertimos

FIN




*Nota: frase de shirogane XD de la propia user


Me adelanto un poco al día de los muertos...lo lamento...tenía que hacerlo, porque me he divertido bastante hoy creando esto.

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt