Desde hace horas lleva esta maldita canción en mi cabeza... no puedo sacarla de mis neuronas.
Disfruten
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El resto de la conversación fue sobre sus miedos como padre, sus agobios a la hora de acomodar su horario y el porqué se había planteado todo. Su Oly era el tema estrella, también su hijo. Se notaba orgulloso y enamorado. Si eso le hacía feliz yo debería aceptarlo sólo por respeto a él.
Pocos días después de esa conversación se fue a rodar a New York. Siempre dijo que quería viajar por todo el mundo, ver lo que este tenía preparado para él, y que no quería ser un simple empresario lleno de agobios. Él deseaba tener otras cargas, al igual que Hero y Miho. Mi único sucesor disponible para llevar las empresas era Jun, pero le atraía demasiado las cosas artísticas y aún era sólo un niño. Siempre deseé que fuera Hizaki mi sucesor, pero él iba en busca de la aventura.
Cuando llegué a casa Phoenix me comentó de poder hacer algo juntos, lejos de todo el ajetreo de la vida diaria. Yo simplemente medité seriamente en unas vacaciones a solas, días antes de las Navidades y tan sólo un fin de semana. Podíamos dejar a Jun junto a Kamijo y Jasmine, pero Phoenix descartó la idea porque se sentía mal de dejarlo siempre con ellos. Así que simplemente ese sueño se quedó en el aire.
Una mañana tuve una llamada de Kamijo, había pasado una semana desde nuestro encuentro en el hospital. Pedía verme y era urgente. Cuando llegué al lugar acordado, el mirador de la ciudad, tenía el rostro pálido y la mirada perdida por completo. Parecía tenso, tanto que sus manos se aferraban con fuerza a la barandilla de hierro forjado del puente hacia el viejo castillo.
-Ha desaparecido.-susurró.-Yuki ha desaparecido.-su tono de voz era calmo, pero sabía que estaba completamente desquiciado.-Mi mayor temor es que haya muerto.
-¿Por qué?-pregunté.-Se escapó con la chica, eso lo sabías.
-¿Por qué?-interrogó girándose.-Porque esta vez la chica apareció sola.
-¿Y por qué debería estar muerto?-dije aproximándome a él.
-Hay cosas que no te he contado, cosas que si las supieras temblarías.-se aferró a mí.-Necesito contarlas Atsushi, este es el mejor lugar porque es apartado y aquí no vendrá nadie a interrumpirnos.
-Cuéntame.-dije señalándole un banco de piedra para que tomáramos asiento.
-El padre de Kanon, cara a la galería su tío, tiene una sección importante de la mafia japonesa. Sé que hace tratos como Imai Hisashi, ahora Imai también es líder de su organización. Imai no es un esbirro cualquiera, su pareja le cedió el poder y este pasó a tener gran representación en la ciudad.-cerró los ojos ante los míos incrédulos.-He hecho tratos con todas las secciones poderosas en la ciudad, son pactos de no agresión y de venta y compra de armas además de otros materiales.-yo seguía sin creerlo.-Pensé que podría hacer pacto de no agresión con ellos, de sepultar las viejas heridas de alguna forma y mantenernos fuertes ante la policía que cada vez cuesta más corromper.-murmuró antes de suspirar pesado.-Creo que Yuki está muerto, el padre de Kanon tiene influencias y puede conseguir localizarlos sea donde sea. Carlo les estaba dando protección, Carlo es el padre de Mario, pero alguien dio el chivatazo y hace unos días Carlo fue a ver qué tal iba todo, lo hizo desde lejos y lo que pudo observar era a Kanon errática por el apartamento que les consiguió. Por eso se puso en contacto conmigo, por eso sé que Yuki está muerto.
-¿Cómo se te ocurrió esa locura? Tratar con gente así no es lógico.
-Mi sección de la mafia es mucho más poderosa en Europa, en Japón lo somos, pero en Europa tenemos lazos de sangre con la mafia italiana y la de Europa del Este. Aunque no lo creas hay secciones de mafia implantadas con facilidad en Francia, Portugal, España y Mónaco. Nos movemos bien por esos países y eso nos hace fuertes. También parte de África lo tenemos dominados, sobretodo las aduanas. Tener pactos aquí es repercusión en Japón, allí es todo más complejo y competitivo.-dejó escapar una lágrima y me miró.-Yo creí que Yuki volvería.
-Os exponéis para nada, para hacer algo que es ilegal sólo porque creáis competencia a los gobiernos.-ahí salió mi lado de cospirador.-Sé que vendéis armas mucho más baratas que las empresas estatales y de países desarrollados en el terror, y no hablo de países árabes sino de los grandes gigantes de la seguridad. Ellos actúan como vosotros. Incluso hay gobiernos que no les importa el tráfico de drogas, lo hacen a hurtadillas, pero les molesta que hombres como ustedes también entren en el negocio. Seamos sinceros, si os persiguen y os matáis entre vosotros no es por honor Kamijo, no es por el bien y el mal, es por puro dinero.
-Y también porque debemos la vida a ello.-no había pensado en ese punto.-Yo le debo la vida, también la de mi hermano, a la organización. Salvé a Yuki de las calles cuando apenas éramos unos niños. Hice lo mismo con el resto de mis más allegados, lo hice porque la vida que tenían era inferior a la que yo iba a darles.-susurró intentando ser sosegado.-Debo irme. Debo poner en alerta a todo el clan.
-Lamento no ser de gran ayuda.-respondí.
-Sólo esperaba unas palabras de ánimos, no que me echaras en cara que sólo deseo poder o dinero, que para esta sociedad es lo mismo.-lo agarré del brazo para impedirle que se marchara.
-Espero que tu hombre aparezca.
-No es sólo un hombre, para mí es como un hermano.-respondió con total sinceridad.-Espero que todo te vaya bien, Atsushi.
Yo me quedé allí meditando. Notando como mi estupidez había salido a flote. Noté el motor del coche de Kamijo y como se alejaba. Yo si bien deseé notar que regresaba a mi lado. Le había decepcionado, no había venido a mí por respuestas sino para desahogarse y yo había acabado echándolo de mi compañía.
Cuando regresé a casa tenía una llamada. Habíamos conseguido el cara a cara que antes tanto deseaba. Hidehiko daba el visto bueno, también el resto, sólo porque pensaban que eso me haría feliz. Acepté la invitación puesto que pensé que sería algo apropiado para olvidarme de todo y centrarme de nuevo en esa lucha estúpida. Mi ego lo pedía, o más bien lo deseaba.
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