Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

martes, 3 de mayo de 2011

Dark City - Novela - Capítulo 19 - Lluvias de Otoño y nieves de invierno. (XIX)




Entonces vi a Kamijo sonreír ampliamente. Al girarme vi a su hermosa rosa eterna, la mujer que logró que sus ojos abandonaran el dolor de una vez, mostrándose completamente satisfecha por como había vestido a mi pequeña Beauty. Ella parecía frágil con aquella ropa, deseaba abrazarla y jurarle una vez más que la cuidaría.

-Estoy lista.-murmuró rascándose leve el brazo izquierdo.-Buenos días.

-¡Rose dile a Camil que crezca!-gritó Jun.-¡Tu puedes! ¡Ayer vi Meri esa y hace magia!-lo bajé al suelo y se aferró a ella tirando leve de su ropa.-¡Y tú eres vampiro! ¡Haz que sea como superman!

Kamijo empezó a reír bajo, para terminar haciéndolo a carcajadas. Creo que todos lo hicimos excepto yo, siempre me dejaba en mal lugar. Supuse que hablaba de Mary Poppins y sus encantamientos, ya que ella primeramente era niñera y después fue amante, y sobre lo de vampiro eso se debía al aspecto de mi buen amigo.

-Tu hijo tiene tus mismas ocurrencias.-comentó intentando dejar sus risotadas que sólo me molestaban aún más.

-Tu reza porque no termine con tu pequeño Camil.-él sonrió antes de besar al pequeño y este moverse intranquilo, quería los brazos de Rose.

-Rose... creo que el niño necesita a su madre.-ahí me sorprendí, pero eran pareja y supongo que era lo normal. Él necesitaba una madre y ella era la mejor figura materna que podía haber encontrado.

-Así que ella es la mamá.-dijo Jun mirándola fijamente.-¡También tiene de eso que cuelga!-señalaba los pechos de Rose y ella se sonrojó avergonzada.

-Dios...-me sobé la sien.-Deja de señalar los pechos de Rose y dame la mano.

-Yo quiero que me la de Beauty, es más guapa que tú.-puse los ojos en blanco, ese maldito niño era demasiado bocazas.

-Yo... Revisaré a Camil.-fue a la cocina, literalmente estaba huyendo de todo aquello.

Supuse que una mujer educada en los mejores colegios, a pesar de su origen humilde, una señorita inglesa jamás habría pensado encontrarse tanta irreverencia en un mocoso que apenas levantaba un palmo del suelo.

Beauty dudó de darle la mano, más bien se marchó detrás de Rose para ayudarla con el pequeño. Jun se quedó serio. Jamás nadie había renegado de él. Fue como un mazazo que le dejó pensando. Sus ojos se aguaron y se giró hacia mí estirando sus brazos. Quería refugiarse por la negativa de nuestra invitada.

En ese momento me di cuenta que él quería una madre, la buscaba desesperadamente. Yo quería darle una, y era Beauty ya que me había enamorado de ella. Estaba como un maldito adolescente esperanzado porque se diera cuenta de mis pasos en la conquista, pero era tan dulce y a veces tan niña que se creía que sólo eran muestras de afecto.

-También le gusta al pequeño Jun.-susurró Kamijo acariciando sus cabellos.

-No estoy enamorado de ella, si es lo que piensas.-respondí a su indirecta. No quería aceptar algo tan obvio, no aún.

Cuando regresaron se quedó mirando a ambas y Kamijo sonrió acomodándose al lado de su pareja. El pequeño quedó en la carriola completamente satisfecho. Ambos parecían orgullosos de como se veía.

-Papá ¿que es enamorando?-preguntó en un murmullo en mi oído.

-Es algo que sabrás cuando crezcas... es complicado de explicar.-dije abriendo la puerta para que pasaran Rose y el carrito, junto a Beauty, le siguió Kamijo y luego nosotros.

Explicar el amor de pareja, el amor sexual, la atracción... era complicado incluso para un adulto. Sentirlo y percatarse de ello era aún más difícil. Porque a veces uno podía llevarse años enamorado y renegar de ello. Incluso usar tácticas estúpidas de celos sólo por llamar la atención, pero estas últimas sólo son de niños pequeños que corretean alrededor de la niña que le gusta molestándolas y de adolescentes que no han sabido desarrollar una personalidad propia.

En definitiva, creo que cualquier persona en mi lugar hubiera escurrido el bulto de la forma en la que yo lo hice. ¿Cómo explicar algo tan complejo? ¡Imposible!

-Iremos en mi familiar, tengo sillita para Jun.-comentó Kamijo tomándolo en brazos y este sólo se restregó antes de besarle la mejilla.

-El tito Kamijo huele siempre rico.-murmuró.-Como el tito Hide.

-Sí, el tito Hide me va a matar cuando vea mi propuesta...-Kamijo me miró de reojo.-tenemos que pasarnos por el estudio...-él asintió con una leve sonrisa.- y así os muestro como es aquello. Además tú tienes que ir en breve.

-Oui, es un placer volver a cantar.-comentó abriendo la puerta para que ambas se subieran y luego colocar a Jun.

Yo ayudé a Beauty a que entrara, después besé su mejilla. Eran actos que hacía sin pensar, Kamijo reía bajo cuando veía que me comportaba de esa forma.

-Espero que no te marees...-dije ofreciéndole el cinturón de seguridad.-Si tienes frío o apetito... dímelo.

-Papá se porta raro.-murmuró Jun.-Papá ¿por qué te portas así?

-¿Así como?-pregunté.-Beauty es amiga nuestra, debe ser tratada con amabilidad y cariño.

-Sí, pero si besas así a Rose te cruza la cara.-en eso tenía tanta razón, y creo que no sólo ella sino también Kamijo.

Ambas rieron bajo, creo que estaban bastante pendientes a cómo mi hijo me dejaba en evidencia una y otra vez.

-Estaré bien.-sonrió leve.-No preocupe.

-¿Te resulta difícil el idioma?.-preguntó Rose, se había sentado en el asiento del copiloto, mientras ella sólo asentía.-Por eso no hablas... ¿Quieres que yo te ayude? ¿Verdad Kamijo que puedo ayudarla?

-Por supuesto que podemos ayudarla, además Atsushi no tendrá tiempo... pero Rose sí.-dijo encendiendo el motor del auto. Yo iba entre los dos niños frente a Beauty

-Estaría bien, si hablaras bien el idioma podrías ser mi secretaria personal... necesito que me ayuden con las agendas y no tener que ocuparme yo de todo.-comenté.-Sería agradable que me ayudaran y no tener tanto estrés.

-Entonces no hay nada más que hablar... la traes unas horas a casa y que Rose le de clases ¿verdad?-dijo al parar en un semáforo para besar su mano.-Mario lo pasó mal con el idioma, es algo complicado si no tienes a alguien que te apoye. Pero supongo que Beauty ahora tiene a varios que desean ayudarla.

-Gracias por lo que hiciste anoche, jamás pensé que podrías hacer algo tan rápido.-comenté.

-Una dama necesitaba nuestra ayuda, así que no hay problema... hiciste bien en llamarme.

Mientras conducía escuchábamos música clásica y ópera, cualquiera le pedía un rock movido. Para él la conducción relajada era importante y según él yo le ponía de los nervios con mis peticiones musicales. Tardamos alrededor de veinte minutos, ellas conversaban sobre qué días podían quedar, mi hijo ponía caras cuando empezó a sonar uno de los actos de la Traviata. Yo amaba la ópera, pero en privado completamente solo. No podía conducir con ella puesta, me era superior.

Cuando llegamos al centro bajamos a un subterráneo y aparcó. Para salir y ayudar a bajar a Rose. Yo hice lo mismo con Beauty y luego saqué a Jun.

-Entonces perfecto, vendrá a casa para enseñarte varias cosas.-dijo nada más bajarse mientras ambas colocaron el carriola.

Kamijo concedió su brazo a Rose, ambos tiraban del cochecito. Jun estaba aferrado a mi cuello y yo tomé a Beauty de la mano para que me siguiera. Temía que se perdiera en medio de la ciudad. Jun miraba a Beauty fijamente antes de estirar uno de sus brazos hacia ella. Le picó la mejilla y sonrió.

-Konichiwa.-intentaba que hablara en varios idiomas, pero el japonés le gustaba demasiado.-¡Papá mira! ¡Mira! ¡Quiero eso para Navidad!-gritó señalando el árbol.

-Tendremos uno, hay que comprarlo y decorarlo... aunque ya mandé comprar uno para plantarlo en el jardín.

-¡Eso no! ¡Lo de al lado!-dijo señalando a un niño que tenía un robot en las manos, uno de esos que se movía a pilas.-¡Eso!

-Eso aún no, eres pequeño ¿mejor una guitarra nueva?-entonces se le iluminó la mirada.-Hay un karaoke infantil que te vendría bien ¿verdad?

-¡Sí! ¡Quiero ser como papá! ¡Seré mejor que el idiota de Hizaki!

-Por cierto Atsushi ¿le dijiste que vendríamos a comprar al centro? dijo que estaría por aquí.-comentó Kamijo aferrado a Rose, justo antes de besar su mejilla.

-Sí, hablé con él y me dijo que estaría en H&M

-Perfecto, podemos empezar por allá... seguro que anda buscando algo para su suegra.

Nos dirigimos a la tienda. Buscaríamos a mi hijo mayor, quería ver si llevaba a mi nieto consigo. Entonces lo vi rodeado de chicas y con el carrito del bebé en medio. Todas le hacían caso al niño y a él, mientras él estaba ahí parado mandando un sms. Seguro que Olivier le estaba atando en corto, aunque parecía feliz con él y eso me hacía sentir satisfecho.

Su aspecto era el de un empresario. Un traje chaqueta hecho a medida y de color negro, una camisa blanca pero sin corbata, y unos mocasines negros a juego con el traje. Estaba bien afeitado y peinado. Tenía un aspecto distinto, muy distinto, al que tuvo una vez. Había madurado aún más.

-¡Hiza! ¡Princesa!-gritó a pleno pulmón y él clavó los ojos en el niño con ganas de arrancarle la cabeza.

-Hola papá.-dijo intentando moverse hacia nosotros.-¿Qué tal Kamijo?-preguntó con una sonrisa.-Hola pequeño monstruo.-murmuró pellizcando una de sus mejillas.

-¡Ay! ¡no! ¡Me volverás cachetuo como tú!-gritó revolviéndose en mis brazos.

-Me temo que no conozco a las señoritas que os acompañan... mi nombre es Hizaki Sakurai de la Rosa, es un placer.-entonces del carrito escuché algo muy Sakurai.

-¡Mío!-gritó Takumi desde el carrito donde estaba cómodamente sentado. Una chica le quería quitar un adorno que había tomado del árbol de la tienda.-¡MIO! ¡MIO!

-Takumi, dáselo.-dijo intentando quitárselo y el pequeño empezó a llorar.

-Tu monstruo llora.-murmuró Jun antes de reírse con malicia.

Beauty se sintió intimidada, volvió con su tic nervioso de rascarse el brazo y bajar su mirada. Rose habló por ella presentándose de una vez.

-Rose Oxburgh.-dijo ofreciéndole la mano.-Ella es Beauty.-y ella sonrió leve, saludándolo con su mano libre.-Debe perdonarla, es muy tímida.

Entonces fue hacia el carrito, para ver al pequeño, sonriendole, agarrandolo de las manitas.

-Debe regresarlo... ¿Sí?.-sonrió de forma más amplia que hasta más de unos pensamos que le saldría brillo, el niño sonrió encantado de ver aquella mujer.

-Vaya... lo ha soltado.-comentó Hizaki.-Eso es magia.

-¡Es la Mari esa!-dijo Jun moviendo sus brazos de arriba hacia abajo.

-Es mi pareja y como has visto es bastante buena con los niños.-él se quedó en silencio y luego sonrió.

-Me dijeron que empezaste una nueva etapa, pero no tenía el placer de conocerla.-comentó con una sonrisa.-Y tú Beauty no deberías ser tan tímida, no muerdo.

-Quien muerde es la zanahoria, si viera a las "gatas" ¿no?-él se sonrojó al escuchar aquello de Jun.

-Sí...-dijo algo entrecortado.-la verdad es que...-estaba algo avergonzado porque las chicas empezaron a mirarlo fijamente, con cierta curiosidad y algo molestas.-¡Niño deja de decir esas cosas!-gritó y yo reí a carcajadas.

-Sólo dice la verdad, se bueno con tu hermano.-tomé a Beauty de la mano.-Ven. dejemos a estos aquí conversando... vamos a ver qué abrigo te buscamos.

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt