Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Tears for you - Capítulo 2 - Ese viernes (Parte V)




Tanto la canción del gorrión como las frases en inglés son originales, son de mi propiedad. Si bien, quien canta la canción es otro personaje muy conocido para algunos de ustedes... Amaury William Rose.




No tardó en soltar unas buenas carcajadas. Sus manos se pegaron a mi cintura acariciándome e intentando incorporarse. Era tan hermoso que parecía un ángel tallado por Miguel Ángel. Tenía los cabellos revueltos y empapados, bien pegados a su frente, y su torso marcado estaba lleno de pequeños arañazos. El mordisco de su cuello se veía sensual, una marca de deseo y amor bien visible a pesar del cuello de su camisa. Sí, lo había marcado como siempre, desde que empezamos a salir, a pesar de ser mi esposo.

La noche vino rápida, o tal vez fue mi cansancio y el aroma de su colonia dispersa sobre mi cuerpo. Terminé hecho un ovillo entre sus enormes brazos sintiéndome pequeño, inocente como un niño. Su respiración acompasaba la mía y aquello fue delicioso, como si bailáramos en el aire junto a nubes de algodón de azúcar. Todo era dulce, pero en mi cabeza se libraba un infierno.

Era medio día y yo sentía que la luna estaba en todo lo alto, por eso me dormí sosegado sin importarme mis viejas confesiones con el señor Wilde. Me quedé tan sumergido que dejé que las pesadillas se volvieran reales, podía palparlas y sentir su aroma a sangre. Mis pies caminaban desnudos sobre aquellos infiernos tan tétricos como indeseables.

Me vi a mí mismo con la fragilidad que siempre me acompaña, pero aún más cuando era un niño. Mis cabellos algo ondulados, mi voz suave y mis manos finas de muñeca de porcelana. Vestía con telas frescas, muy veraniegas, y una dulce sonrisa se mostraba al otro lado del espejo. Me sentía feliz y perfecto, el digno heredero de unos padres demasiado estrictos en sus enseñanzas.

“Hermoso como princesa y honorable como guerrero.
Dulce como ángel y listo como demonio.
Besos de mariposa y abrazos de gorrión.
La belleza a una sonrisa y las lágrimas en un trago de melancolía.
Hermoso como un amante y crítico como un esposo.
Dulce como caricias y áspero como verdades.
Besos de mariposa y abrazos de gorrión.
Sonrisas y lágrimas para el pianista.”

Mis labios susurraban aquellas palabras como si fueran un rezo, mis dedos acariciaban mis cabellos intentando acicalarlos aún más y mis ojos tenían una magia poco común. Estaba próximo el cumpleaños de mi padre y había compuesto una pequeña pieza, sería mi regalo. Me sentía orgulloso, honorable y adulto a pesar de mis escasos años. Mi madre decía que tenía talento y que se sentía feliz de mis delicadas manos.

Decidí ir a buscar a mi padre, había escuchado su coche llegar y aparcar en la cochera. Primero salí al jardín sintiendo el tibio sol cercano al atardecer, sonreí con inocencia y corrí hacia la entrada de la casa. Allí estaba sentado con un revolver en sus manos. Miraba a la nada y temblaba. Yo no comprendía demasiado porqué estaba así, aún no lo comprendo y me cuesta entender la desesperación que le envenenó.

-Papá.-dije con el rostro serio, pues el arma me intimidaba.

Creo que no me escuchó, porque lo siguiente que hizo fue ponerse el cañón de la pistola en la boca y hacerlo sonar. Me quedé allí parado notando como me orinaba en mis pantalones y como las lágrimas surgían de mis ojos rígidos como mis músculos, no podía parpadear ni apartar la mirada de sus sesos desparramados. Se quitó la vida frente a mí, allí mismo sin pudor alguno.

-¡Ken!-la voz desgarrada de mi madre aún retumba en mi cabeza como aquel día, una y otra vez en forma de plegaria.-¡Ken! ¡Ken! ¡Ken!

Al llegar a su cuerpo lo tocó con sus manos de ángel, acarició su cara empapada en sangre como si pudiera regresar a la vida. Se abrazó a su cuerpo aún caliente, tal vez incluso su sangre seguía recorriendo cada músculo de sus brazos para rodear su fina cintura. Lágrimas y más lágrimas, hasta que no logré ver nada más que mis ojos embarrados en ella.

-¡Yoshiki!-gritó al verme ahí parado y salpicado por los sesos de mi padre, ya que estaba tan cerca de él que incluso podía oler aún el pestilente aroma de la muerte.-¡Hijo mío!-gritó con la voz tambaleante, llena de sufrimiento y desasosiego.-Mi niño, mi niño...-susurró abrazándome, palpando mi rostro de estatua y mis lágrimas gélidas.

Mentiría si digo que volví a ser el mismo, sería una hermosa mentira. Dejé la inocencia a un lado y me volví oscuro. Mis labios no volvieron a despegarse en años, me comunicaba con el piano y con mis dedos sobre las manos de mi madre. Creo que viví en sombras mucho tiempo y que a veces aún me rodean por la cintura, como hace Kurou, para susurrarme que seré el siguiente si no pongo remedio. Sin embargo, no sé el remedio ni sé la causa.

Me desperté empapado en sudor y gritando. Kurou me abrazó pegándome contra su enorme pecho, sus dedos acariciaron mis cabellos enredándose y perdiéndose en ellos. Mis ojos se quedaron estáticos, como si fueran los de una muñeca, durante unos segundos mientras boqueaba aire. Me había quedado sin poder respirar, tal vez porque el aroma de aquel día parecía seguir impregnado en mí. Lloré amargamente aferrándome a mi esposo y rogar que esas imágenes se fueran de una vez.

-My sweet angel, little angel in the blue sky.-susurró antes de besar mi frente y acariciar aún más mis cabellos.-My darling, my little darling in my sweet home. You are the one. You are my love. You are my life. My sweet angel, little angel in the blue sky.

Su tono de voz era dulce a pesar de ser un enorme gigante, y que cuando el dolor se enclavaba a su garganta tomaba un cierto aspecto áspero. Yo jamás estaré lo suficientemente agradecido por su amor, por sus caricias y su infinita paciencia.

-Kurou.-murmuré tomando una de sus enormes y ásperas manos para besar sus dedos.

La piel de sus manos eran algo ásperas por muy cuidadas que estuvieran, eran un contraste que podría parecer desagradable pero se volvía inquietantemente necesario. Por eso las llevé a mis labios humedeciéndolas con mi saliva y lágrimas en cada beso, roce y sutil mordida. Me sentía confuso y quería pagar mi confusión con aquel toque, que parecía el de un Dios perverso pero amable.

-In the sky you love me. In the heaven your love.-dijo sonriendo de forma dulce.-¿Cómo era esa canción, aquella que escuchabas hace unas semanas en la radio? Pareció gustarte tanto, bailabas pensando que no te veía y te movías como el sutil viento entre las ramas. Sí, esa canción sobre el cielo, lágrimas, amores prohibidos y un sinfín de susurros.

Me sonrojé al pensar que espiaba mis pocos momentos de paz. Aquel día se había marchado unas horas a caminar, a veces lo hacía porque en casa se sentía animal de feria en una pequeña jaula. Yo solía acompañarlo, pero deseaba escuchar música y dejar que mis pies se movieran. Estaba inquieto, pero a la vez sosegado. Recuerdo que encendí la radio y aquella voz me embriagó como el vino. Una voz rebelde que a la vez suplicaba momentos de amor, muy hermosa y muy mágica.

“You are my light in the shadows. You are my life.
Because I kiss you, I kiss you...
When the raining start my arms protect your sould in my heaven, your heaven... our heaven”

Balbuceé el pegajoso estribillo mirándole a los ojos, apartando los mechones de su flequillo y sonriendo como lo haría un niño en mitad de una travesura. Lo repetí varias veces y él terminó dejándose guiar por mis palabras. Sus manos me acariciaban, al igual que las mías hacían con él sobre su torso. Esa hermosa paz volvía a mí en sus brazos, con esa canción de fondo murmurada por ambos.

-¿Qué hora es?-pregunté después de más de media hora de mimos y miradas intensas.

-Casi las seis.-murmuró.-Y no has almorzado, seguro que tampoco desayunaste.

-Te almorcé a ti.-dije mirándolo con una sonrisa pícara, muy sutil y que a él le hacía sentirse ruborizado.-Si vieras lo hermoso que te ves de ese modo, tan dulce y pequeño a pesar de tu tamaño.

-Tú eres hermoso siempre, siempre lo eres. Eres hermoso incluso cuando lloras, extrañamente hermoso.-dijo abrazándome una vez más, sintiéndome cálido y frágil nuevamente.

Pedimos la cena en la habitación, vimos películas en blanco y negro, reímos como niños pequeños jugando con las almohadas y finalmente nos agotamos con besos extenuantes. No volví a tener pesadillas ese día, él las ahuyentó con su sonrisa y sus abrazos de sol de primavera.

2 comentarios:

Athenea dijo...

¿Qué puedo decir que no haya dicho ya sobre esta adorable pareja? Pues que me encantan. Puede que tengan un pasado doloroso, que hayan sido crueles con otras personas, que su vida sea dura, pero cuando están juntos, realmente brillan con luz propia.

No me extraña que Yosh se sienta tan perdido, tan dolido por dentro después de haber presenciado el suicidio de su padre. Claro que el hecho de que siga aún en pie demuestra que es una persona fuerte, con una gran fortaleza.

Buen capítulo. ¡Un saludo!

Lin Sekiei dijo...

En serio, me he vuelto 100% fan de ésta pareja. Son prefectos! Y Kurou es tan, tan mono~! >/////< Siempre preocupándose de Yosh y protegiéndole <3
Y Yosh... me da mucha pena, el pobre ha sufrido tanto... u.u Por suerte ahí está Kurou para hacerle feliz y alejar sus pesadillas ^^

Como me está enganchando la novela~ :3 Les he cogido demasiado cariño a estos dos!

Continúa así! Un abrazo! <3

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt