Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 25 de septiembre de 2011

Tears for you - Capítulo 5 - Reuniones de negocios (Parte III)


Creo que no podía venir nada mejor que esta canción como acompañante.




Caminamos por la ciudad unas horas, tuvimos varias reuniones con importantes empresarios de la ciudad y aceptaron asegurar parte de sus joyas en nuestra empresa. Hecho todo aquello me sentí liberado, Kurou algo inquieto porque tendría que ser paciente en la reunión que íbamos a tener y que no sabríamos cuando acabaría.

-No me agrada la idea.-decía mientras terminábamos de nuevo en un insufrible atasco.-Además, vamos a tardar aquí horas.

-Debo ir a casa, necesita unas copias de un informe muy importante.-comenté aferrándome bien a mi maletín.-Sólo te pido una cosa, una sola.-giró su rostro hacia mí para mirarme a los ojos.-No quiero gruñidos ni estallidos de celos. Recuerdo la última vez que vistes a mi hermano después que te contara lo que pasó entre nosotros, te volviste neurótico y casi le arrancas la cabeza. Aunque te diré, él tiene más fuerza que tú y acabarías muy mal si le llegas a tocar.

Sólo agachó la cabeza como símbolo de derrota. No quería comprender, más bien no podía comprender. El pasado queda atrás, es un legado valioso para no tropezar más y no algo que deba afectar al futuro, o presente, si uno se propone dejarlo atrás.

Estuvimos parados en aquel enorme atasco más de media hora. Era insoportable transitar al medio día por las vías principales. Sin embargo, el señor Wilde hacía lo indecible por las nuevas propuestas más económicas para viajar en metro, cercanías o autobús. Si bien, a todos nos gustaba el coche privado. Nosotros lo hacíamos como medida de seguridad, no por mero consumismo.

Llegamos a casa sofocados, cansados y con ganas de quedarnos tumbados en el sofá sin mover ni las pestañas. Pero, nada más cruzar la puerta fui directo a mi despacho, tomé mi portátil y comencé a imprimir el pen que tenía en una de mis cajas fuertes. Era información confidencial, de alto secreto y por la cual incluso habíamos tenido que deshacernos de varios informantes.

Aquella información sería vital para la reunión, eran algunos objetivos marcados y el motivo por el cual ellos debían ser aniquilados. No sabíamos el paradero de aquellos sujetos, pero sí sus aficiones y cualquier huella que hubieran dejado en el mundo hasta esfumarse prácticamente. Miraba las fotografías que había añadido a los archivos, sobretodo la de Arakami.

-¿Qué miras tan detenidamente?-interrogó colocándose a mis espaldas, apoyado en el sillón donde me encontraba sentado.

-Bastardos como él no deberían poblar este mundo.-dije colocando la fotografía en la mesa, para terminar ocultándola en un dossier de color arcilloso.

Siempre había odiado a Juka Arakami, sin embargo jamás tuve el placer de aceptar la orden de liquidarlo. Un ser tan retorcido, vil, estúpido y poco honorable no merecía respirar el mismo aire que yo o que mi esposo. Nosotros éramos yakuzas, mafiosos que teníamos por profesión liquidar y llevar acabo negocios turbios, sin embargo teníamos respeto a nuestros iguales y unos ideales bien marcados. Sabíamos que era correcto y aquello que mancharía el nombre de nuestro clan.

El padre de Juka era un líder digno. Uno de esos hombres cuya elegancia imprimía respeto. Siempre tuvimos problemas con ellos, enfrentamientos varios, aunque hubo un par de meses que se trazó una tregua por la cual intentaríamos aliarnos para derrocar un clan mayor. La familia Arakami siempre fueron dignos guerreros, seres especiales, y Kamijo le admiraba terriblemente. Si bien, una vez tomado el control por el petulante de Juka Arakami todo cambió.

Juka no era un líder nato, era un estúpido con insuflas de rey y no llegaba ni a plebeyo. Prácticamente sólo sabía disparar, golpear y salir corriendo cuando una misión se ponía difícil. Mi hermano aceptó el pacto con aquel enclenque para poder controlar algunos puertos japoneses y chinos. Si bien, le resultaba tan vomitivo como a mí tener que estrechar su mano.

Todo había cambiado hacía unos meses, el maldito estúpido había mostrado su peor cara y en la reunión tendríamos el placer de iniciar su rastreo más afondo. Los informes que poseía era gracias a Sho, él era un verdadero genio de la informática. A pesar de su juventud amaba la robótica y cualquier producto tecnológico. Un niño prodigio, o más bien un joven con dedicación extrema a su trabajo. Hacía tiempo que Sho había dejado de ser un niño, pero para muchos en el clan seguía siéndolo a pesar que nos había ayudado en demasiadas ocasiones.

Una vez impreso cada documento los acomodé en cada carpeta, las etiqueté con los nombres de los asistentes y las guardé en mi cartera. Mi esposo seguía a mis espaldas contemplándome con curiosidad. Había hablado poco de la reunión, realmente no sabía demasiado salvo los implicados y los nombres de aquellos que señalaríamos, además de a grandes rasgos los motivos que nos llevaban a estar en nuestro punto de mira.

-¿Por qué debo ir?-preguntó confuso.-No me dices nada y para colmo me sentiré incómodo, aunque me gusta vigilar cuando él está cerca.-con él se refería a Kamijo, obviamente.

-Kurou.-dije clavando mis ojos en él con calma e intentando encontrar en mí algo de paciencia.-¿Quién soy? No digo en la cama junto a ti, digo en la jerarquía de esta organización.

-El segundo.-respondió.

-No tengo que decir nada más ¿cierto?-negó sintiéndose algo aturdido, pocas veces le hacía ver que frente al resto, cuando no teníamos relación de amantes, era mi escolta personal y mi hombre de confianza.

“Y yo atrapé a la paloma,
hice que sus alas de mariposa se despegaran.
Maté al pajarito, entre mis garras.
Y yo quería que trinara,
pero lo único que hizo...
fue dejarme entre las manos una rama de olivo.
Besos de muerte, corazón latiente.
Juego con tu vida a la muerte”

Una vieja melodía vino a mi mente y me estremecí. Podía ver sus labios moverse en la densa oscuridad de aquel cuarto. Mil hormigas recorrieron mi columna vertebral y mis manos comenzaron a temblar. Sin proponérmelo mis ojos empezaron a emanar aquellas lágrimas y mi respiración a ser agitada. Su voz doblegaba cualquier otro recuerdo, y aunque abriera de par en par mis ojos seguía viéndolo. Bajé los párpados e intenté respirar más sosegado, pero no lo logré.

Pude escuchar a lo lejos los gritos desesperados de mi esposo, como me abrazaba y preguntaba qué ocurría. Sentí como sus labios besaban mi frente, esos besos sinceros que siempre me recordaban cuánto me amaban, pero no eran los suyos en mis pesadillas sino los de aquel hombre que me hizo la vida imposible. Sus manos, sentía sus manos sobre mi joven cuerpo acariciándolo y atrapándome como si fueran garras.

-¡No! ¡No soy tu juguete! ¡No! ¡Aparta!-grité con rabia e intenté empujar a la persona que me rodeaba de forma tan amorosa, mi hermoso gigante, que para mí no era otro que mi peor enemigo.

“Eres mi marioneta, una marioneta joven y bella.
Te vestiré con tules y sedas.
Maquillaré tus labios como a una coqueta furcia.
Y dejaré en cada trozo de tu cuerpo mi huella.
Ábrete, abre bien tus piernas.”

-¡Yoshiki!-gritó agitándome mientras yo chillaba.-¡Yoshiki! ¡Yoshiki!

-¿Por qué me arrancaste mis alas de ángel?-susurré antes de desplomarme contra el pecho de mi esposo.

-Yo estoy aquí, calmando tu dolor.-escuché su voz, pero lejos y apagada. Sabía que era él, aquel hermoso ángel de alas negras que me hacía tan feliz.-Mi amor, vuelve en sí.

Desperté aturdido por culpa de un fuerte aroma. Sebastian estaba sujetando un frasco que apestaba a estiércol, como mínimo, mientras que notaba la calidez y dureza del cuerpo de Kurou. Él lloraba, sus ojos estaban rojos y su rostro empapado en lágrimas. Estiré mis manos hacia él y acaricié sus mejillas.

-¿Por qué llora mi hermoso gigante? ¿Los niños ya no quieren jugar en tu jardín y el invierno ha llegado crudo y decadente?-recordé aquel texto de Oscar Wilde, en el cual el gigante egoísta perdió mucho más de lo que pudo tener alguna vez.

-El único niño que quiero en mi jardín no reaccionaba, no sé que pudo pasar esta vez y creí que lo perdía.-balbuceó antes de quedarse sin aliento.

-Sólo son pesadillas que son parte de mi pasado, no es nada que pueda dañarme ahora o que pueda preocuparte.-me incorporé como pude y rocé sus labios.-Tenemos que ir a una reunión, no podemos fallar.

El recuerdo de aquel que destrozó mi juventud vino por culpa de Juka. Todo estaba vinculado, pero jamás se lo diría a Kurou. Simplemente pinté mi mejor sonrisa sobre la máscara del “no pasa nada, amor” y me incorporé. Él seguía llorando como un niño, un hermoso niño que me causaba ternura excesiva.

Teníamos poco tiempo, una hora escasa, para estar en casa de Kamijo e iniciar la larga reunión. No podía detenerme a consolar con palabras vacías, lo mejor era mostrarle que estaba bien y que cualquier cosa que pudo escuchar, o ver, era parte de una pesadilla conjunta. Para hacerlo todo más real comencé a cantar en el coche canciones estúpidas y a jugar con dos bolígrafos como si fueran baquetas. Sin embargo, él no estaba convencido y le notaba tenso, preocupado y muy nervioso.

1 comentario:

Athenea dijo...

T.T. Se empieza a rebelar el pasado de Yosh... ¿Fue por esa experiencia que se tatuó el dragón de su espalda? Como en capítulos anteriores dijiste que Sho se había tatuado las alas de una mariposa en su espalda a imitación de lo que había hecho Yosh... Pobre Kurou, no sabe lo que le pasa a su esposo y está preocupado. Espero pronto la segunda parte.

En cuanto a mi relato, sí. Los chicos del montón son infinitamente más sinceros y mejores que los guaperas de turno, que no tienen cerebro (por lo general XD). De White Lion sólo he escuchado 3 ó 4 canciones, pero me gustan bastante. Tengo que escuchar más. Espero que te vaya bien en tus proyectos y no tengas que estudiar más cosas. Hoy en día, si no tienes cinco mil títulos, no se encuentra trabajo. Y aún teniéndolos, es muy difícil.

Me alegro que te gustara el relato. ¡Un besín!

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt