Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

lunes, 7 de noviembre de 2011

Tears for you - Capítulo 15 - Pétalos rojos de amapolas violetas (Parte IV)




Supuse que eso era, que estaba lleno de temores por ser un padre primerizo. Kurou también parecía nervioso, aunque lo disimulaba bien, si bien yo estaba que me moría. Cuando partimos hacia el aeropuerto lo hice en silencio, con la cabeza pegada al cristal y dándole mil vueltas a mi sueño. Tenía que contárselo, pero sabía que podía ponerlo más nervioso o tal vez sólo se reía y eso me molestaría muchísimo. No quería discutir, si bien necesitaba desahogarme. Mi dulce gigante era a veces un misterio y su forma de responderme también.

Nada más estar montados en el avión pedí un whisky. Jamás pedí alcohol tan temprano, pero quería agarrar fuerzas, aunque fuera de mala forma, para decirle a Kurou lo que había soñado. No podía sobrio, porque las imágenes eran tan terribles que me provocaban espasmos. Todo mi cuerpo se tensaba y mi alma se volvía débil.

En el avión ya estaba Sho dormido con los auriculares puestos. Vestía de forma extraña, con una camiseta roja destrozada y unos jeans negros ajustados. Sus cabellos rojos se esparcían por todo el asiento, mientras que una manta de las aerolíneas le cubría un poco. Él vendría con nosotros en el vuelo privado, había llegado hacía más de media hora, así me comentó la azafata, y estaba roncando esperando que llegáramos al destino.

-Anis, que piel tan suave tienes.-balbuceó.-No, quita.-rió como maníaco y luego se abrazó a sí mismo.-Sí, tú y yo haremos bebés nada más nos dejen solos si Hiroshi no viene de gorrón.-volvió a reír provocando que incluso Kurou lo mirara.

Nos quedamos mirándolo como media hora, viendo como se movía teniendo un sueño de lo más movido. Mi esposo tenía el ceño fruncido, odiaba volar y más con alguien haciendo ruidos. Yo bebía trago tras trago, hasta que llegué a mi tercera copa. El sabor del whisky estaba en mis labios, el avión despegaba y Sho seguía con sus tontos sueños.

-He tenido una pesadilla.-dije escuchando de fondo la risa extraña de mi sobrino.

-Lo sé.-respondió abriendo un nuevo libro, pude leer en letras doradas su título. Al parecer volvía a releer “la vida es sueño”.-Lo he notado.

-Soñé que la niña se perdía, me la quitaban en mis narices.-musité con la voz temblorosa.-Lo único que recuperaba era un oso manchado de sangre y parte de sus cabellos.-las lágrimas surgieron solas.

Él simplemente cerró el libro, lo dejó a un lado y me abrazó acariciando mis cabellos. No dijo nada, no hacían falta palabras. Creo que sus gestos eran más sinceros, o podían sentirse más cálidos, que cualquier palabra que pudiera decirme. Me sentía amado y calmado.

Los brazos de mi dulce gigante eran como alas de un ángel, el más hermoso de todos. Su rostro serio se contraía, se notaba la preocupación en cada poro de su piel de mármol. Sus ojos almendrados, tan calientes como un café recién hecho, y sus labios perfectos se movían con cierta angustia. Le provocaba imágenes dolorosas, porque para un padre soñar o imaginar tales horrores son tan fuertes que te ahogan en lágrimas, aunque no seas capaz de expresarlas.

-No pasará nada, la niña está bien.-murmuró besando mi frente.-Mi ángel, no te sulfures y ni llores por algo que es imposible.

-Kurou.-dije aferrándome a su camiseta.-No quiero perderla, no quiero que me la quiten. Esa niña es mía, ha venido a mi vida para hacerla perfecta. No quiero que me quiten a mi hija, porque es mía. Kurou es nuestra hija, de los dos.-me alzó el rostro tomándolo con sus manos.-Kurou...

-Es de los dos.-susurró antes de besar mis labios de forma tierna.-De los dos, para los dos. Es nuestro pequeño milagro.-acarició mis mejillas y luego sonrió.

Su rostro podía ser el de una estatua, pero sus ojos decían tanto así como sus leves sonrojos y las pocas sonrisas que me ofrecía. Cada vez que sonreía guardaba ese instante como si fuera una fotografía, terminaba encerrándolas como luciérnagas en un frasco, y no las dejaba ir de mi mente jamás. Esos momentos eran perfectos y seguro que envidiados por cualquiera que buscara un poco de amor, porque el amor a veces se halla sin tener que ponerte a hurgar por los sofás del mundo.

-Quiero adoptarla.-dije serio.-Quiero arreglar ya los papales, quiero ver mi nombre en sus cuadernos y en sus trabajos. Necesito que todo el mundo sepa que es mi hija, mía.

-Ya pedí a Kamijo que me informara como se desarrolla ese papeleo, justo ayer.-comentó antes de abandonar uno de sus besos en mi cabeza.

-¡Oh sí!-escuché gritar a Sho destrozando el ambiente cálido que habíamos formado.-¡Fóllame en tu estudio de dibujo! ¡Sí! ¡Pinta mi cuerpo con tus pinturas! ¡Házmelo Anis! ¡Por el amor de dios no seas tan parado! ¡Maldito pintor! ¡Quiero ser tu musa! ¡Quiero tu dura brocha entre mis nalgas! ¡Sí! ¡Azótame! ¡Azótame! ¡Oh por Dios!

Me quedé sin saber qué pensar o qué decir. Simplemente le miraba boquiabierto mientras se contoneaba, parecía una de esas bailarinas de la danza del vientre. Se movía estirando sus brazos, mostrando sus labios entreabiertos, y finalmente una sonrisa de triunfo.

“Mariposa que sobrevuelas el deseo,
tócalo con las yemas de los dedos.
Quiero que me digas a qué sabe el néctar
de esa flor surgido en el barranco.
Quiero saber qué es lo que se siente
cuando me acarician tus manos.
Mariposa que te estremeces lentamente
encima de esa luna de ojos tristes.
Quiero que seas mi diente de león,
que te esparzas en sueños oníricos
y me des un último beso de amor.”

-Será puta.-murmuré sin pretenderlo.-Maldita sea, no debería decir eso de él.

-Al menos, sabemos a quién sale.-dijo sonrojado antes de ocultar su rostro tras el libro.

-¿Qué pretendes dar a entender?-dije tirando de su oreja.-Dilo.

-Que te contoneas y gimes idéntico, parecéis familia realmente. Por eso me sonrojo tanto y me aturullo. No es normal que tu esposo se ponga de esa forma, y menos en un taxi o cuando quiere conducir sin tener un accidente.-murmuró todo aquello en un tono muy cómico, al ser tan comedido y lleno de rubor.

-Encuentro otro parecido.-comenté riendo bajo antes de morder su cuello.-Él también es pintor, aunque tú ya quieras olvidar tus pinceles.-susurré apartándome de él.

En ese momento noté que se despertaba, porque se puso de pie estirazándose. Miró por la ventanilla y nosotros a él. Parecía que su sueño era uno de los mejores en meses, al menos ya no tenía pesadillas con su ex. Se giró hacia nosotros, para luego saludarnos con la mano antes de quitarse los auriculares. Volvió a sentarse sonriendo como un idiota.

-Que monos, que monos.-comentó pestañeando antes de lanzarnos un beso.-¡Parejita ideal!-dijo haciendo el símbolo de la victoria.

-¿Cómo era Kurou?-pregunté a mi esposo, mirándolo de soslayo.-¿Azótame? ¿Quiero tu dura brocha en mis nalgas?

Automáticamente los dos miraron hacia el frente, bastante rojos y quedaron de esa forma durante todo el viaje. Fue casi una hora, una hora donde reía divertido mientras leía mi revista. De vez en cuando los miraba, era como ver a dos muñequitos de anime. Era muy divertido. Creo que es el viaje en avión más divertido que he tenido jamás.

2 comentarios:

MuTrA dijo...

xDDDDDDDDDD Hay que ver cómo es Sho jajajajajajajaja... Kurou tiene razón, a veces se parece a Yosh. :P Pero a veces pasa que dos desconocidos se parecen más que dos hermanos consanguíneos jejejeje... Y vaya par Kurou y Sho, habría que verlos todos rojitos y muertos de vergüenza. :P

¡Besotes precioso! :*******

Athenea dijo...

Jajajajajajajajajajajajajajaja, ¡Vaya tela con Sho! XDDD. Sí que se parece a Yosh, sí. Pobre Kurou, con lo tímido y vergonzoso que es, ahí, contemplando semejante escena... Jajajaja.

Siento no haberme podido pasar antes, pero la universidad me tiene frita T.T. Voy a leer las siguientes partes. ¡Un besito!

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt