Tal como soy me expreso, tal como soy me desnudo y ofrezco aquello que siento.
Hacía tiempo que alguien no llegaba a mi vida con un soplo de esperanza, dulzura, armonía y fortaleza. Muchas personas han dicho quererme a lo largo de los años, pero pocos lo han demostrado. Han creído palabras huecas, han sucumbido a engaños, han vendido mi amor por unas caricias ajenas o simplemente han sido tan estúpidos de no aceptar que yo no iba a cambiar por un trozo de amor que ni siquiera era puro.
Tal vez esto es demasiado extenso, cursi o descerebrado, pero deseaba ofrecerlo.
Palabras más allá de la tinta.
El amor se expande por los caminos
jamás recorridos
por cánticos dulce como tus sinceras
palabras,
estos se encuentran polvorientos y
olvidados
pero poco a poco el peregrino despierta
y comprende el misterio.
Entre piedras, caídas, yagas y
lágrimas
existen las flores de la fantasía y
los valles de la esperanza.
El corazón que tanto ha sufrido posee
alas,
se convierte en un ave libre para
sentir tus latidos.
Mi sangre llega a tiempo para seguir
vivo,
este ser de escarcha se convierte en
fuego
y recuerda que fue gato herido y
abandonado.
Las mentiras envenenaron la tinta de
mis versos,
pero estos surgieron pulcros gracias a
ti.
El egoísmo de otros supuestos amantes,
aquellos que únicamente supieron
crucificarme,
parece paliarse con las notas de tu voz
mientras me apiado orando tus te quiero
en impío silencio.
Este demonio que derrama lágrimas
recuerda
que una vez fue ángel y creyó en la
bondad,
la misma que tu profesas hacia este
miserable
mientras besas mi frente retirando mi
corona de espinas.
Hoy seré libre, en esta dulce noche,
para poder acogerme al fuerte mandamiento de tus sentimientos.
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