Los árboles desnudos saludan a la primavera de mi pecho,
las flores naces convirtiéndose en mariposas cisne
y los jardines del paraíso se ven tan apetecibles
como antaño cuando el estío evitaba que el frío calara mis huesos.
Mis ojos son los de un infante y mis manos pequeñas,
sostengo la rosa de los vientos mientras la brisa maneja mis cabellos.
Es un sueño amable ¿o una pesadilla que me engullirá?
Los gatos negros son la corte de un príncipe sin sonrisa.
El café de mis ojos se vuelve negro aceituna,
mis labios enmarcan una sonrisa felina y mi corazón tiembla.
La emoción de un nuevo otoño comienza,
pronto los caminos se cubrirán de hojarasca.
Sin embargo ¿en mi corazón es primavera?
Mi sangre late como el zumbido de un zángano,
mis mejillas son como las manzanas de Eva
y mis pies parecen pisar pétalos de petunias y amapolas.
Los árboles desnudos saludan al Príncipe sin tierras,
aquel que camina a pie con una libreta llena de poemas.
Los jardines del paraíso se ven llenos de melancolía
y sin embargo yo en mi pecho transporto la dicha.
¿De quién es obra el contraste? ¿A caso no es así la vida?
¿Sería posible darle significado a este momento?
Los pétalos de sakura parecen adornar el ojal junto a mi pañuelo.
¿Es esto el amor? ¿Qué podría ser si no? ¡Pues será el amor!
Creado por: Ángel González (Lestat de Lioncourt)
Dedicado a: Alejandra Delgado
No hay comentarios:
Publicar un comentario