Las flores del mañana son las semillas
bañadas con las lágrimas del hoy. El árbol que se tuerce quizás
tan sólo busca acomodarse a la situación. Las mariposas
traicioneras que levantan huracanes tan desean verse únicamente
hermosas en el cabello de una princesa, esa de la boca triste porque
nada bueno le augura en un país decadente. La belleza enigmática de
la sonrisa de Mona Lisa puede que sea tan sólo un enigma para
nosotros, pero jamás lo fue para el hombre que la amó.
La vida es una película con una banda
sonora, artistas invitados de voces desgarradas, recetas inventadas
que salen de la chistera de pequeños grandes chefs, pequeños
titanes que te sacan una sonrisa cuando menos lo esperas, el amor que
no llega y espera en la estación al tren que le lleve en tu
dirección, es el pañuelo que seca las lágrimas de una despedida y
se agita en una bienvenida, es el estribillo que coreamos cuando
solemos impacientarnos, el chasquido de una lengua por desgana, la
botella vacía que no lleva mensaje, el sabor de otros labios, un
aplauso final y cientos de flores sobre el escenario que dejas vacío.
No busquemos flores del mañana, sino
frutos del hoy porque somos nosotros. El árbol puede que se tuerza,
pero siempre hay que ayudarle a levantarse porque quedarse torcido es
de cobardes. Las mariposas que van y vienen posándose de uno a otro
no deben tener importancia, pero las princesas deben sonreír por
palabras agradables que nazcan del corazón. La belleza es la vida,
si la amas la comprendes. Hay que poner más empeño y menos
tonterías. Si todos nos amáramos más y respetáramos a los demás
la vida sería mucho más simple pero mucho más bella.
Aprovechad el momento y liberaos, intentad alcanzar sueños hoy y no mañana. Simplemente vivid.
De Lestat de Lioncourt (Ángel González) para aquel que lo lea y quiera tomarlo como método para esforzarse y buscar ánimos.
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