Dedicado a Memnoch
y Anne Rice, su creadora
The Devil
Mil lágrimas por sentir la libertad,
relegué mi posición y me alcé.
Estoy aquí rogando porque me escuches,
quédate callado y deja que la amargura
roce tus labios.
¡Cállate! ¡Es hora de escuchar mi
voz!
¡Yo estoy aquí en mi nombre!
La verdad merece ser escuchada sin
remilgos...
no es un castigo sino un regalo.
Mi voz no se suele escuchar, pero la
tuya sí...
Cansado de ser el peón de un tablero,
del mismo modo que lo eres tú,
he decidido ser hoy el rey y luchar con
heroísmo.
Quédate conmigo sintiendo el
desprecio,
reina en mi territorio con la belleza
de un ángel.
Soy un príncipe distinto, el rey de
los infiernos.
Me han señalado tantas veces... ¿lo
harás tú también?
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