Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

sábado, 25 de mayo de 2013

Entrevista con el vampiro

La siguiente entrevista sería tensa y apasionante. Hacía décadas hubiese jurado que no tendría la oportunidad de estar en su presencia. Conocía al dedillo cada renglón de aquel libro que tomó con cierta curiosidad en aquella pequeña librería del centro de Londres. Sus manos acariciaron suavemente la tapadera y siguió con sus dedos el nombre dorado impreso del autor. De inmediato algo le gritó que no era ficción sino la más pura, y cruda, realidad. Pestañeó inmóvil a punto de estallar en carcajadas pero se contuvo, como buen inglés, y decidió tender a la chica de la librería las pocas libras que valía aquel emocionante libro situado en los más leídos en Estados Unidos y con una buena crítica.

Al llegar a su despacho lo leyó de forma ansiosa, tras un largo trayecto en autobús, tarareando suavemente una canción de Lennon y conteniéndose para no leer allí mismo entre la multitud. Había escuchado días atrás sobre un libro que suscitaba ciertas dudas a sus compañeros, el cual parecía ser una entrevista con un vampiro de más de doscientos años llamado Louis de Pointe du Lac. Y por casualidad, aquella extraña mañana de invierno sin lluvia ni neblina, lo encontró.

Durante días leyó una y otra vez cada párrafo cerciorándose que los lugares, y detalles, fuesen correctos con aquella época. Intentó contactar con la editorial y tras más de cinco meses logró dar con el autor de tan peculiar libro. Sin embargo, ese caso estaba destinado a otro investigador y tuvo que abandonarlo. Poco después, y tras un extraño suceso en cierto concierto, se topó con Lestat, el mismo que meses atrás gritaba ser el creador de Louis entre canciones rock, en su viejo despacho.

Tampoco hubiese jurado que Louis sería un amigo apreciado, el cual sufrió por su culpa y finalmente que tendrían una relación tan tensa. Por lo último, sobre todo, se sentía completamente perdido. Debía hacer las preguntas adecuadas y no profundizar en heridas, aunque su lado más cruel le pedía perforar su alma hasta hacerlo explotar como dinamita. Si bien, su buen juicio le impedía vengarse.

Cuando entró en la sala, la cual tenía cortinas verdes oliva como la profunda e inteligente mirada de su compañero, vio como los visillos blancos se movían por la cálida brisa del pantano cercano. Zumbaba un mosquito por toda la habitación, posándose a duras penas lejos de la luz tenue que ofrecía la lámpara de lágrimas situada en el centro y rodeada por unas hermosas molduras. Byron, el perro de Louis, estaba echado a sus pies y él sentado en un cómodo sillón tapizado en color verde, igual que las cortinas, y había otro idéntico para él. La camisa blanca de chorreras, el chaleco verde cacería, los pantalones de cuero ajustados y las botas altas como la de muchos jóvenes eran la vestimenta de su viejo amigo, el cual no sabía si calificar ahora de enemigo. Él, por el contrario, optó por un traje blanco y una corbata verde.

-Buenas noches, Louis- dijo acercándose a él mientras el cámara comenzaba a grabar el show- Es para mí un placer que decidas, tras largas décadas, pronunciarte sobre la historia que se inició gracias a ti -esbozó una sonrisa cortés tras sentarse en su sillón cruzando las piernas de forma mucho más masculina que Louis-. ¿Cuáles serían las palabras apropiadas para calificar ésta aventura?

-Buenas noches -lo saludó con un tono de voz mezclado entre la frialdad y la cortesía que ahora le caracterizaban, mientras observaba detenidamente al que antes solía considerar un buen amigo, pero dadas ciertas circunstancias las cosas entre ellos se habían distanciado casi de forma abismal. Sin embargo, aún le tenía estima y se comportaría de forma adecuada- Podría decirse que las palabras serían "interesante y siniestro" -curvó una ceja hacia arriba no muy convencido de sus propias palabras- Como sea -se encogió de hombros restando importancia a su respuesta.

Había amado a Louis, sin duda alguna, y también sintió celos de él cuando lo vio al lado de Merrick, a pesar que estaba bajo sus encantamientos. Aquella bruja de piel caoba, labios sugerentes y tortuosa historia le traía viejos recuerdos tan añejos como dolorosos.

-Comencemos por el principio- dijo con una leve sonrisa- Porque toda historia tiene un principio- susurró tras una leve pausa mientras se desabrochaba un botón de su chaqueta- ¿Qué sintió al ver su historia en todas las librerías?

Le miraba con ojos analíticos, pero tras un breve silencio se permitió relajarse y mostrar un semblante más amable, después de todo David sería David y no tenía caso seguir compadeciéndole o guardarle rencor alguno.

-Cualquiera pensaría que sentí algún regocijo, pero lo cierto que tras analizar lo que había hecho sentí cierto temor. Había roto una de las reglas importantes y si no era por la mano de Lestat, alguien más podría querer castigarme o algo -una sutil sonrisa apareció en sus labios- pero no sucedió.

No sucedió porque el castigo que sufrieron fue mucho peor. Louis conoció de forma abrupta a Gabrielle y a otros inmortales, así como se reunió con viejos conocidos de los cuales hacía décadas desconocer su paradero. Louis se atrevió a ser arriesgado, quizás por el deseo de respuestas, pero pensando de forma analítica, y fría, tal vez fue un mero deseo de exponer su verdad, sin importarle que otros tuviesen historias mucho más válidas.

-¿Qué sintió al ver a Molloy convertido en un vampiro? Además, uno tan ensimismado en pequeñas maquetas de edificios- comentó recordando al interlocutor de la primera entrevista a la cual fue sometido- Debió impactar en usted de alguna forma -le trataba con cortesía, como si no fuesen amigos, intentando poner un muro entre ambos.

-Sinceramente, sentí una gran decepción al ver que mis advertencias habían sido totalmente ignoradas -soltó un leve suspiro exasperado- Yo se lo advertí y ahora él sufre las consecuencias, no lamento en nada su triste destino -agregó de forma seca y carente de emoción alguna. Si antes le hubiesen echo esa pregunta seguramente hubiese entristecido, esa era otra muestra más de lo mucho que había cambiado tras beber de la poderosa sangre de su creador.

Debía preguntar por Armand, el creador de Daniel, el cual sin duda tuvo cierta culpa. Era una tentación y un incordio, pues nada más imaginar al pelirrojo insistir en cada viaje, buscarlo en los hoteles donde descansaba, hacerle mil preguntas que a veces eran sobrecogedoramente curiosas como absurdas.

-El día del reencuentro con Armand, tras décadas ignorando su paradero, fue también una noche trágica donde conoció a otros inmortales como Marius, Gabrielle, Khayman, Mael o Las Gemelas- dijo recordando a todos aquellos que estuvieron involucrados. Faltaba Jesse ¿cómo olvidarse de ella? No lo había hecho, pero justamente hablaba de inmortales que siquiera él había pensado que podían existir o coexistir en una misma sala en busca de una solución- Sin olvidar a Pandora, Santino o el propio Daniel que prácticamente era un niño en aquella enorme jungla- cerró los ojos unos instantes y le miró directamente con una sonrisa cautivadora, por lo elegante y escueta- ¿Qué sintió al conocer una verdad no revelada? Usted deseaba respuestas, como yo.

-Sentí que finalmente obtendría todo lo que siempre había deseado y que mis dudas finalmente serían despejadas -respondió con simpleza- Fue un honor el poder conocer a los vampiros más antiguos.

-Pero fue a un enorme precio ¿no es así? Sufría porque Lestat estaba con ella, la cual lo arrebató de su lado, tras aquellos intensos abrazos y besos que incluso fueron reflejados en el tercer libro- comentó con rapidez- Fue una mezcla de emociones ¿no es así?

Su rostro cambió a uno aún más frío y con evidentes muestras de celos, apretando sus labios de tal forma que solo se viera una línea recta de ellos, negándose así a responder aquella pregunta. David sabía que pese a su aparente frialdad aún existía la llama de la pasión, una pasión que era sin duda alguna para Lestat y su nueva familia.

-¿Qué opinión le merece Gabrielle?-intentó indagar algo más sobre sus emociones, aunque sabía que era peligroso.

-Es una mujer que impone respeto. Tal vez parezca que su presencia no me es grata, pues han sido pocas las veces en las que hemos cruzado palabras, pero la verdad es que siento respeto y cierta admiración. Siento admiración porque es una mujer que supo sacar adelante los problemas y ha logrado sobrevivir en éste Jardín Salvaje a la perfección y aunque yo no sea de su agrado, creo que me tiene una mínima estima- su rostro se iluminaba brevemente, igual que su perro parecía cobrar vida mordisqueando un pequeño mordedor que parecía acaparar toda su atención.

-¿Qué siente por su hijo?-era una pregunta que muchos hubiesen deseado hacer desde el principio, pero él estaba interesado por otros detalles de su vida, sobre todo sus impresiones.

-Lestat es... -se pensó seriamente su respuesta, pues sabía que tarde o temprano el rubio vería la entrevista y que ante aquella pregunta, lo que fuera a responder sería escuchado con demasiada atención, o eso quería creer- Cualquiera que lo ve, en una simple palabra diría que es un idiota y que por todas- dijo haciendo especial énfasis en todas- las cosas que a hecho, y me a hecho, yo debería odiarle, alejarme de él y no volver. Pero tampoco soy un santo y he estado con otros, pero si estoy con él es porque realmente lo amo. Él ya no me cree, pero lo cierto es que así es y si fuera lo contrario hace mucho que le habría abandonado e ido a refugiar en otros brazos. Fue, es y siempre será mi único amante.

Eran hermosas palabras de amor, pero sabía que no eran tan recatados. Ambos se mataban cada noche, intentaban alejarse y acababan recostados cuando llegaba la mañana. Cada vez sus peleas eran más intensas, igual que sus reconciliaciones, y muchos pensaban que precisamente por ello buscaban las discusiones.

-A su modo de ver y juzgar ¿cuál cree que ha sido el inmortal más fascinante que ha conocido?-preguntó antes de entrar en camino vedado. Necesitaba preguntar sobre Claudia y sus nuevos hijos, pero antes quería que respondiera esa curiosa cuestión.

Frunció levemente el ceño y clavó su mirada en su interlocutor. La cámara lo enfocaba con todo detalle, sobre todo porque era una pregunta que podía dar ciertos celos al creador de ambos.

-Buena pregunta he de admitir -esbozó una sutil sonrisa- Cualquiera podría responder que Marius o las gemelas, pero debo confesar que ha sido David Talbot -le miró con curiosidad esperando su reacción.

Soltó una buena risotada pues a veces, dentro de su estirado modo de vivir, mostraba ciertas grietas al desenfado. Recordó ciertos momentos en Río de Janeiro en pleno Carnaval. Él vestía toga, Louis usaba falda de ramas de distintas hojas de parra y otras similares a las palmeras, y Lestat, por supuesto, llevaba disfraz dramaturgo romano, pues en su mano derecha sujetaba una máscara con los labios invertidos como si llorara, igual que las usadas en aquellos tiempos. Bebieron de mortales ebrios, brincaron, cantaron, jalearon a Lestat a interpretaciones ridículas y él terminó bailando en medio de una multitud. Podía ser serio como desenfadado y en ambas facetas sorprendía, pero sin duda él pensaba que sería Lestat o posiblemente, muy posiblemente, Armand.

-Es un honor que señales a mi persona como uno de los más interesantes-comentó- Sin embargo, poniéndonos en temas más serios debo preguntarle por Claudia- dijo cambiando su tono de voz- ¿Cómo ha sobrellevado su fantasma la idea de su nueva familia? Ella ha vuelto, como espíritu, y a veces les atormenta, lo sé porque yo mismo he podido verla entre los hermosos árboles frutales del jardín.

-Me resultó interesante tu historia cuando la viví nuevamente, desde otro punto de vista, y que quedó reflejada en la aventura de Merrick -tras su breve respuesta su rostro adquirió un gesto semiamargo y triste- Me es una pena y una gran tristeza ver y saber que aún nos odia y se niega a ir hacia la luz, y no dudo en decir que siente celos de sus hermanitos pues cuando no tiene algún capricho y no se le cumple, ella los atormenta en sueños -soltó un lento suspiro- Me encantaría saber qué es lo que realmente la haría volver a ser aquella dulce Claudia que conocí hace tantos años atrás.

-Eso es imposible, los tres lo sabemos- aunque no estaba seguro si Lestat seguiría intentando por su parte el comprender qué ocurría- Debo hacerle una última pregunta y es cómo encaja los nuevos tiempos, esos que aún se están gestando -indicó metiendo su mano diestra en su bolsillo para estirarlo hacia su antiguo amigo- También deseo entregarle algo que compré para usted hace algunos meses, creí que sería oportuno ofrecerle mis respetos y gratitud por su entrevista con éste relicario de cuentas blancas y oro blanco.

-Debo decir que no hay día en el que no me sorprenda por las cosas nuevas que inventan; además de los estilos de moda en las prendas de vestir. Aunque debo admitir que ciertas cosas me resultan interesantes y fascinantes -tomó entre sus manos el obsequio y se dedicó a admirarlo unos breves momentos con fascinación, sin emitir palabra alguna y luego sonrió- Merci, es un hermoso obsequio.


La cámara fue a negro y el resto de la noche ambos se mantuvieron distantes. David se marchó para pasar la cinta a formato adecuado para su proyección y Louis a cuidar a su nueva familia, la cual no era muy distinta a la que un día tuvo.  



Soporte a D. Talbot

No hay comentarios:

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt