Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

viernes, 31 de mayo de 2013

Mi amarga sinfonía

Mi amarga sinfonía
By Nicolas de Lenfent
Jardín Salvaje


Y el violín se alzó
para curar mis lágrimas
usando sus cuerdas
como agujas en mi corazón.

Te amé más que a mí mismo, porque era la luz que no proyectaba. Noche sin luna y estrellas, fue en la que nací y caí en desgracia, mientras tu fuiste afortunado. Contaban tus hazañas amorosas por el pueblo cuando yo languidecía mirando el pasar de las jóvenes a las que engañaste, igual que contaban como mataste a los lobos.

“Deberías aprender de él” decía mientras cosía con esmero aquella capa que fue el primer regalo que te tendieron mis cercenadas manos.

Mi padre creía que mi madre me contagió de sus labios amargos, sus suspiros endiablados y los ojos llenos de lágrimas con los cuales me miró antes de morir cansada y dichosa. Él siempre se mostró estricto y duro, jamás me dejó tener sueños ni esperanzas. Trabajó incansablemente amando a su nueva esposa, mientras ella me detestaba a mí por estar seca.

“Ni siquiera miras a las mujeres con ardor ¿qué va a ser de ti cuando muera?” sostenía mi violín contra mi pecho escuchándole. “Eres como una doncella o una vieja alcahueta que llora por fantasías frustradas. No vas a ser nada por mucho que aprendas ¿lo sabías? Ni siquiera debí dejarte ir a París. ¡París! Diablos te envié para que trajeras noticias de la moda que allí llevan los nuevos burgueses y me traes partituras. ¡¿Eso vas a comer?!”

“Sólo quiero ser libre, como tú cuando creas tus trajes. Te sientes feliz y orgulloso, ¿por qué yo no puedo?” dije intentando imponerme aunque no logré más que molestarlo.

“Ten por seguro que si Emilie pudiera parir y darme hijos tú no heredarías ni mis viejas botas.”

Y aunque me burlaba de las muchachas que te amaban yo terminé siendo el más estúpido. Vendí mi corazón por unas cuantas borracheras y unas charlas ebrias sobre el bien y el mal. Me besabas con tanta premura y deseo que olvidaba que así eras con cualquier puta, sólo que yo te salía en ganancia. Sólo tenías que escuchar como tocaba y permitir que unos halagos, junto a una copa de vino, me abriese las piernas. Te dejaba hacer lo que quisieras con tal que fueses mi luz.

Pero fuiste tan idiota de no ver que sólo te echaba para que sufrieras lo mismo que yo sufrí. Ni siquiera tuviste en cuenta que me torturaría el Don que me obligaste a tener. Me rodeaste de sombras. Los demonios surgían de en cualquier esquina. Escuchaba a los espíritus danzar entre las ramas de los árboles y acariciando el telón pesado que cada noche se alzaba.

Sólo he venido para hacerte sufrir. Por eso estoy aquí.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt