Revisaba su agenda cuidadosamente con
sus dedos. Aquel papel grueso lleno de letras, fechas, números y
claves que él únicamente sabía conocer y apreciar. La funda de
cuero descansaba por completo sobre la mesa de roble y sus codos
estaban apoyados en el borde de ésta. Tenía la mente perdida en
todo lo que recordaba de la persona que pronto tendría frente a él.
Un hombre atrayente con una historia oscura y llena de certezas, que
no casualidades. Había apreciado a Michael Curry desde el primer
instante en el cual supo de él. Por supuesto primero fue mediante
los informes de Talamasca, después por la historia que fue narrada
lentamente y sin pausa en la cronología de aventuras en las cuales
dejaba en claro quién era él, las Mayfair y todo el mundo que las
rodeaba.
Había decidido que su entrevista sería
en un sitio elegante, concurrido usualmente, y con alcohol cerca si
Michael creía oportuno deleitarse con una cerveza bien fría durante
el reportaje. Justo miraba el nombre del bar que era bien conocido
por su amplia gama de cervezas y los combinados perfectos de su
carta. Estaba situado cerca de First Street y no se hallaba lejos la
mansión de Lestat. Así que simplemente se incorporó, acomodó su
traje y cerró la agenda para salir de su despacho rumbo al lugar
donde había quedado.
Su equipo de jóvenes mortales
aficionados, y otros licenciados en periodismo, le esperaban
terminando de colocar el material. Michael estaba sentado en la mesa
con sus gafas de montura negra, una expresión algo relajada y una
cerveza alemana Gilde bien fría, con buena espuma y llamándole la
atención de forma tentadora.
David llegó en pocos minutos gracias
al don de los aires, el cual aún le costaba perfeccionar aunque para
él era mucho más sencillo que controlar otros poderes que
lentamente se iban superando con creces en sus expectativas. Entró
acomodando su chaqueta beige, la cual cubría su camisa celeste y su
corbata azul marino. Llevaba unos jeans muy elegantes, los cuales no
eran más que una informalidad debido al lugar donde se hallaban. Era
un hombre que sabía vestir elegante incluso en esas circunstancias,
y por supuesto Michael no quedaba atrás.
Sus ojos chocaron examinándose durante
unos segundos y después se tomaron de la mano en un leve apretón.
Los ojos azules, de un azul intenso, le hicieron naufragar junto a él
en aquel día. Los oscuros de David parecían fascinados ante la
persona que iba a ser parte de su pequeño y selecto grupo de
entrevistados.
-Buenas noches- dijo notando como la
cámara grababa- Estamos hoy con Michael Curry, un hombre cuya vida
dio un giro terrible y lo regresó a la niñez. Un hombre, un jardín,
un misterio que fue resolviéndose y convirtiéndose en su historia y
la historia de una familia, la familia Mayfair- comentó mirando a
cámara con una elegante sonrisa, tan escueta como brillante- Él es
un hombre que esconde un pasado amargo y dulce a la vez. Dotado de
algo más que un don de feria, sino del talento de un arquitecto que
da vida a viejas casas a punto de derrumbarse. Sin duda, es un hombre
diferente a tantos otros que hemos tenido la agradable fortuna de
tener con nosotros- se giró hacia él tras los diversos halagos y
sonrió más abiertamente- Debo admitir que dudaba que quisiera
trasnochar con nosotros, pero aquí está. Para mí es sin duda un
placer poder ofrecerles a todos los que nos ven un lado suyo que
quizás desconocen aún. ¿Cómo se encuentra?
-Buenas noches -saludó con la diestra
al momento de ponerse en pie y estrechar la blanca, y algo fría mano
de su entrevistador, sabía que se trataba de un vampiro al igual que
el rubio por el que su esposa enloquecía y que llevaba por nombre
Lestat, así que sentir tal frialdad en el tacto no le sorprendió.
Metió la mano izquierda dentro del bolsillo de su pantalón de traje
sastre color negro- Me encuentro bien, gracias por preguntar -le
sonrió de forma amable y volvió a tomar asiento mientras miraba con
cierta ansiedad su lata de cerveza, pero no bebería de ella mientras
la cámara estuviese encendida.
-Debo admitir que deseaba tener una
conversación profunda con usted, porque sin duda sabía que iba a
tener un sabor agradable- dijo con franqueza, sin un ápice de
mentira en sus palabras. El bar no estaba concurrido debido a un
soborno a los camareros, habían pagado por algo más de una hora a
cambio de sólo permitirles a ellos estar allí- Dígame ¿aún
siguen siendo sus compañeros de viaje Dickens y Vivaldi?
-¿En serio? -una expresión de
sorpresa apareció en su rostro- No sabía que aún le resultara
interesante saber de mí cuando estoy seguro que ya debe saberlo todo
-respondió con delicadeza pues no quería que sus palabras sonaran
sarcásticas, o mal intencionadas- Sí, efectivamente ellos son y
serán mis eternos compañeros. Los que nunca me traicionarían o
abandonarían a pesar de que yo a veces no quiera saber de ellos.
-Por supuesto, todos queremos saber de
un hombre que supo sacar la cabeza por encima del lodo. Pudo aprender
más que sus compañeros de escuela, llegar a la cima y tener
creatividad. Usted es una proeza, pero también alguien sensible
lejos de su aspecto algo grande. Tiene un corazón intenso y eso
llama la atención a todos ¿lo desconocía?-no eran halagos vanos,
sino ciertos.
David admiraba a las personas que no se
quedaban atrás lamentándose por su situación, sino que terminaba
lanzándose a la aventura. Un hombre que había superado tantas
barreras, fueran cuales fuesen, merecía ser digno de ser halagado y
escuchado. Él mismo se había superado desde su noviciado en
Talamasca, porque llegó a ser uno de sus mejores directores, y en
éstos momentos era un vampiro con un cuerpo atractivo y joven que
tenía la inmensa fortuna de conocer a un hombre como Michael.
-Le agradezco sus sinceros comentarios
sobre mi persona -sonrió ruborizándose un poco al ser elogiado con
tanta sinceridad y vehemencia- Desconocía que fuese visto de tal
forma -agregó en un tono sencillo, sin llegar a sonar presuntuoso-
Fueron esos duros golpes de la vida los que me enseñaron a ser lo
que aún soy hoy en día, un hombre y un caballero ante todo. No soy
de los que gustan quedarse de brazos cruzados y siempre que haya algo
por hacer y esté al alcance de mis manos, lo haré sin mas.
-Un caballero de la mesa redonda, como
quien dice- dijo con una leve risa al comprobar que era cierto, un
hombre que se ruborizaba y que era franco- Alguien en quien confiar,
por ello creo que muchos le admiran y quieren aunque lo desconozca-
confesó contemplando la cerveza. Había pedido que trajeran una de
las mejores rubias alemanas para él, como un obsequio- Dígame ¿cuál
es la última película que ha visto? Recuerdo que amaba el teatro y
el cine.
Quería hablar de cultura primero,
después de sus impresiones sobre Talamasca y por último de su vida
y aspiraciones actuales. Un recorrido a lo que es y será con
minuciosidad.
-¿Puedo? -preguntó al momento de
tomar la cerveza en su mano, tanta tentación no podía soportarla y
necesitaba beber aunque fuera solo un trago. Al recibir un leve
asentimiento y un "adelante por favor" departe de su
interlocutor, dio un largo trago a su cerveza, disfrutando su
frialdad y el delicioso sabor que poseía- Bueno... -se lamió
discretamente sus labios y prosiguió- Últimamente no he podido ir
al cine, dado que estoy al cargo de First Street, pero la última
película que vi fue Les miserables, una muy buena película a mi
parecer, en cuanto al teatro, he querido ir a ver la representación
de Misery, me han dicho que la representación es excelente.
-No se vea tentado ni se coarte, le he
traído a un bar con buenas críticas por las marcas, y calidad, de
sus cervezas y decidí que para un amante de dicha bebida debía
conocerlo. Además, creo que seguramente se siente más relajado que
con tantas obligaciones- quería relajar a Michael ante todo, porque
sabía que algunas preguntas podían ser difíciles- Dígame, si no
hubiese conocido a Rowan Mayfair ¿habría aceptado ser de Talamasca?
Como sabe fui miembro.
Pensó que era una lástima que no
tuviese tiempo para ver algunas joyas. Había películas deleznables,
pero otras eran sin duda delicadas, y vigorizantes, adaptaciones de
obras de teatro, series o simplemente historias sacadas de la
imaginación propia de un guionista cargado de cafeína, muy
posiblemente con olor a tabaco en sus dedos y el cabello revuelto
intentando ocultar unas horribles ojeras.
-Muchas gracias, ha sido muy atento de
su parte el tomar en cuenta mi gusto por la cerveza, aunque no quiero
verme impaciente, me la llevaré con calma -mencionó con una leve
sonrisa tras dar otro trago a su bebida- Y agradezco también el que
me permita un momento de distracción y relajamiento -se sintió más
a gusto y se animó a responder con total calma la pregunta
realizada- Sí, definitivamente habría aceptado ser parte de
Talamasca, el haber leído a gran detalle los reportes que usted dejó
en mis manos me hizo tener deseos de poder formar parte de una
institución tan enigmática y maravillosa como me lo pareció la
Talamasca.
-Nuestros miembros dejaban aportes muy
curiosos, actualmente se ha visto afectada y he decidido llevarme mis
trabajos, así como otra documentación, que se hallaba duplicada.
Tengo en mi poder las carpetas sobre Mayfair, las mismas que leyó
con cautela y desesperación aquella mañana- aseguró con calma
mientras le miraba con franqueza. Su acento inglés y su porte le
hacía ser completamente de otro mundo- ¿Volvería a querer conocer
a Rowan después de todo lo que ha sucedido en sus vidas? Es decir,
se habría quedado con su tía Viv en vez de lanzarse a la aventura
si hubiese sabido lo que ocurriría después.
-Es una pena enterarse de tal suceso,
aunque no dudo que todo lo que usted haya rescatado se encuentre en
muy buenas manos. Nunca he dudado de su palabra señor Talbot, es
usted un hombre muy noble y de buenos principios -dio un último
trago a su cerveza, bebiendo todo el contenido para obtener el valor
suficiente para poder responder- Sí, sin duda volvería a vivir lo
mismo, no me arrepiento en nada el haber conocido a Rowan y haber
vivido lo que vivimos. Ella es la mujer de mi vida, la que siempre
deseé y esperé tener a mi lado. Si bien las cosas no han resultado
como lo había esperado, me siento tranquilo de estar con ella pese a
todo. La amo y eso es todo, así de simple. Lo nuestro ha sido una
gran aventura y estoy feliz de haber formado parte de ella.
En ese momento se sintió culpable de
haber realizado esa pregunta. Sin embargo, sabía que era necesaria
hacerla. Miró sus manos y observó sus dedos mientras seguía con
sigilo hasta sus fuertes brazos y anchos hombros. Podía ser un
hombre radicalmente distinto, sin embargo tenía parte de ese corazón
noble que se espera de alguien como el que fue su padre.
-¿Sigue recordando el sonido del coche
de bomberos?-preguntó intentando atraer buenos recuerdos para su
entrevistado.
Se sentía halagado por sus palabras,
porque sin duda las creía y no dudaba de la confianza que David le
tendía. Era una entrevista que estaba siendo un placer para él,
pero también cierto regusto amargo.
-Claro, ese es un sonido que jamás
podré olvidar pues me recuerda los valores y la valentía que tuvo
mi padre hasta el final, arriesgando su propia vida para salvar la de
otros.-Si no fuese por él, por mi madre y otras cosas, no sería lo
que soy hoy en día.
-Siempre deseó no odiar el lugar donde
nació y finalmente regresó, aunque no precisamente a la casa donde
intentó superarse -remarcó su acento y se acomodó en su asiento
mientras lo miraba perdiéndose en su mirada- ¿Había pensado cuando
era pequeño la importancia de aquel hombre? Y por supuesto ¿pensó
alguna vez que podía ser semejante ser?
-Las vueltas que da la vida, nunca se
sabe las sorpresas que te puede dar -murmuró más para si mismo que
para David mostrándose algo retraido y pensativo- La verdad, es que
no me esperaba que El Hombre fuese tal cosa, creía que era un simple
fantasma, me causaba curiosidad y cierto miedo pero jamás llegué a
imaginar que sucedería lo que sucedió... -en ese momento apretó
sus manos en puño al recordar con amargura el daño que le causó
Lasher y su intento por matarlo.
-Por eso se le envió ayuda intentando
que razonara o al menos supiese a qué se enfrentaba- explicó con
gentileza- Dígame, ¿qué pensó la primera vez que conoció a
Tarquin Blackwood?
-Sí, gracias a eso supe a que atenerme
-respondió relajando su semblante- ¿Tarquín? -frunció levemente
el ceño- A simple vista me pareció un chico bastante peculiar y
curioso, ver esa chispa de alegría y amor en sus ojos me hizo
recordarme a mi mismo cuando vi a Rowan por primera vez. Lástima que
no podía intervenir a su favor pues Rowan era quien decidía con
quién podía estar Mona.
-Mona ha cambiado en los últimos
tiempos, aunque básicamente sigue siendo ella- dijo con franqueza.
Creía que Mona había cambiado, aunque en ocasiones temía que no
fuese así- ¿Podría hacerme un breve resumen de su vida? Estoy
seguro que a más de uno de nuestros invitados querrían escuchar de
sus propios labios como ve su propia historia, su propio mundo. Sobre
todo, aquello que le aterró y las alegrías que tuvo- comentó
mirando de nuevo a la cámara- Estoy seguro que ustedes, al igual que
yo mismo, desean escucharlo de sus propios labios.
-Para mí, Mona será siempre Mona.
Aquella traviesa chiquilla que tuvo el valor de hacer cosas que nadie
más hizo y me enorgullezco de su inteligencia y astucia -hizo aquel
comentario porque así lo sentía y creía necesario. Sabía que su
sobrina vería la entrevista y quería hacerle saber su sentir- Ahora
respecto a mí, mi vida ha sido una gran experiencia, no hay día en
el que no aprenda algo nuevo, tanto del pasado como del presente por
muy oscuro y tumultuoso que sea el camino. Todo lo vivido me han
hecho ser el hombre que soy ahora y como dije, no me arrepiento de
nada, si volviera a nacer estoy seguro de que me gustaría volver a
ser yo mismo.
-Sé que no tengo porque preguntárselo,
sin embargo, tengo que hacerlo ¿sigue enamorado de Rowan Mayfair
como aquel día?-preguntó antes de comprobar como el camarero dejaba
con rapidez y elegancia una nueva cerveza frente a Michael.
-No se preocupe -soltó un leve "hn"
y sonrió de medio lado- ¿A caso no se me nota? -le vio mostrarse un
poco incomodo por su respuesta así que decidió hablar un poco más-
Rowan Mayfair, mujer excepcional de la que uno puede quedar
perdidamente enamorado y no poder olvidarla jamás, y si eso aún te
causa duda. Sí, sigo enamorado de ella y lo seguiré hasta el final
de mis días, a estas alturas dudo volver a enamorarme de otra mujer
como lo estoy de ella y aunque estoy consciente de que ella ya no me
ve de la misma forma pues ahora ama más a Lestat que a mi, mi amor
por ella prevalecerá hasta la tumba.
-Las Mayfair son mujeres excepcionales,
todas ellas, pero ¿la historia de alguna de ellas le conmovió de
forma más terrible? Tal vez la de de Deborah ¿no es así?-intervino
con una sonrisa cálida- Son matriarcales, es decir quienes cuentan
las mujeres, y es seguro que alguna de ellas, su historia, le ha
conmovido más que las restantes. ¿Estoy en lo correcto?
-Todas han tenido una historia bastante
triste y conmovedora, no hay una que no haya causado un sentimiento
de pena y dolor en mí, sin embargo la que me causó gran impacto fue
la de Stella, tan joven y haber muerto de esa forma, aunque Deborah
no se queda atrás.
-Muerta joven y en presencia de su
hija, cabe destacar- dijo con amargura recordando él mismo los
informes que mil veces había leído- Ha sido una entrevista
interesante, su punto de vista y también el recordar sus pasiones
nos ha mantenido ocupados un largo rato- comentó con franqueza-
Podría preguntarle algo ¿podría dar un consejo para aquellos que
temen seguir sus sueños o aspiraciones?
-Claro, con todo gusto. Mi consejo es
que nunca jamás se den por vencidos, persigan sus sueños y sus
anhelos hasta conseguirlos, no permitan que alguna piedra en el
camino les impida continuar, si ustedes quieren, todo lo podrán- sus
ojos fueron enfocados por la cámara, igual que su voz fue grabada.
David se sentía satisfecho con aquella
entrevista y cuando la cámara quedó en negro le estrechó de nuevo
la mano y le permitió tomar otra cerveza, que por supuesto él
gustoso pagaría. Poder conversar con una persona como Michael era
sin duda un auténtico placer.
Reservado para David Talbot
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