Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 2 de junio de 2013

Mi peor enemigo

Cuando te conocí eras un niño temeroso bajo las faldas de tu madre. Deseabas que ella te contemplara a cada momento. No sabías hablar de otra cosa que de su belleza junto al fuego, las pulgas de tus perros y lo cómodo que era dormir entre ellos. Tenías una sonrisa boba pero franca, tus cabellos rubios estaban revueltos y tus ropas sucias de estar tirado por el suelo creando tus propias aventuras. Siempre me dijiste que me comportaba demasiado correcto, pero la verdad es que deseaba hacer lo que tú hacías. Mi padre nos observaba deseando tener el prestigio de tu apellido para mí, aunque sin dejar el dinero que nosotros sí sabíamos amasar.

Tuve buenos estudios, vi mundo, y tú seguías allí persiguiendo a mujercitas que a penas sabían contar con los dedos de las manos. Te convertiste en un joven atractivo, furioso con todo lo que le rodeaba, encandilado y dominado por los consejos de tu madre, deseoso de yacer con cualquiera y amante de los animales hasta el extremo. Y fueron ocho lobos los que te dijeron basta, lo que provocaron que esa luz incluso se intensificara aún más hasta cegarme. Entonces pensé que podía amarte, que podía tenerte y dominarte, pero mi oscuridad no fue suficiente.

Mientras yo tocaba en el tejado intentando ser libre tú bebías gritando incoherencias, a la vez que tú soñabas con riquezas yo lo hacía deseando tener la luz que despreciabas. Y no te dabas cuenta que eras feliz con poco, incluso con menos de aquello que yo te tendía, y que yo jamás lo fui. No te importó que tuviese los ojos más tristes de París, porque tú te divertías y todos te aplaudían sin cesar hasta que sus manos se cansaban.


Mi peor enemigo eres tú, lo cual es extraño porque fuiste mi gran amor.  

Por Nicolas, Jardín Salvaje

No hay comentarios:

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt