Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 19 de mayo de 2013

Sucesos en el metro


Hay noches en las cuales no puedo dormir y suelo ir a Londres. El metro cerrado, a altas horas de la madrugada, sin nadie en los andenes salvo los guardias de seguridad y las cámaras que vigilan incesantemente las fantasmagóricas bancas de hierro que esperan imperturbables el incesante ir y venir de los pasajeros. Como dije una vez, no hace mucho, en el metro se hallan las historias de terror que provocan escalofríos en los habitantes de las grandes ciudades.

Hace unos años, después de ser convertido en vampiro, pensé que no podría sentir nuevamente la presencia de un ser de otro plano. Los fantasmas están en otro plano, en ocasiones sólo son ecos y en la mayoría de las veces poseen aún memoria. Las almas encadenadas a éste mundo siempre aparecen a los que tenemos un don especial desde nuestro nacimiento.

Éstas historias suelen llamarse “Misterios de Subsuelo” o “Puerta del Subsuelo”. El terror en las vías siempre han existido, desde su nacimiento. Se han encontrado en estaciones abandonadas ciertas leyendas, también esqueletos en su restauración o movimientos extraños de sombras que nunca se alcanzan a ver en su totalidad.

Tengo en mi poder un expediente sobre un asesinato en el metro. Un joven subió en unas de las numerosas estaciones de Londres. Iba de camino a casa tras estudiar arduamente en la biblioteca de la universidad. La música le impidió escuchar como se montaban nuevos ocupantes en el vagón. Allí sólo estaba él y tres individuos. Uno de ellos, el más pálido, parecía observarle minuciosamente sin apartar sus enormes ojos oscuros de él. El chico se sintió incómodo y decidió mirar hacia otro lado. Minutos más tarde otro hombre subió y le pidió que le acompañara fuera, en la próxima parada. Allí mismo, de forma fría y concisa, le explicó que había un muerto en el vagón. Ésta historia urbana no es una leyenda, sino completamente real. Sin embargo, lo han situado en numerosos países y sus distintas grandes ciudades.

El metro, ese lugar de pasadizos y raíles que conducen hacia otra realidad. La ficción siempre se ve superada ¿no creen?  



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Lestat de Lioncourt