Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

lunes, 20 de mayo de 2013

Discusiones de hermanos


-Mi Jardín Salvaje, mi vida y obra- dijo con una leve sonrisa sentado en el diván de una de las numerosas salas. Estaba a solas contemplando las molduras y las numerosas estanterías llenas de recuerdos.

El olor infantil viajaba por las estancias cercanas, pues la habitación de sus hijos no estaba lejos, y Louis tarareaba una canción que él desconocía pero que tenía una melodía encantadora. Las cunas se mecían suavemente y creaban un sonido único en la mansión, el cual escuchaba con detenimiento.

Abajo, en el gran salón, estaban la mayoría de los que apreciaba y muchos de ellos observaban como Armand estaba inmerso en silencio observando como se entretenían e intentando hallar como conseguir que su experimento saliese adelante. Marius discutía, sin duda, con Mael, como no, mientras Avicus y Pandora habían decidido bailar mientras Gabrielle observaba un nuevo mapa ¿dónde iría? Todos tenían sus preocupaciones creando un microclima agradable. Las voces de los humanos, tan chillonas en ocasiones, esa noche eran muy lineales y sus risas refrescantes, sin duda.

-¿Crees que podríamos viajar en éstos días?-preguntó Quinn con gesto dolido-. No soporto mucho estar por aquí.

-No, aún no- respondió con simpleza-. ¿Ya te quieres ir? Sólo hace unos días que fuimos unas horas a New York para que cumplieses el capricho de caminar por sus calles.

-No sé- dijo encogiéndose de hombros- Me gustaría ir a Las Vegas. Una vez fuiste, recuerdo como me contaste las semanas eternas de juerga donde dejaste de ser tú para ser alguien diferente. Una noche continua llena de licor, sangre, chicas atractivas y campanillas.

-No, no- negó entre carcajadas- Ahora no puedo hacer eso, Louis me aniquilaría y se marcharía con los niños- comentó- Además, Rowan me necesita más que nunca.

-¿Y si salimos?-preguntó ansioso.

-Saldremos entonces, quizás en el Santuario esté Petronia y pueda hablar con ella- un gesto molesto cruzó el rostro de Quinn.

-Oh, vamos hermanito- dijo con soltura echándose a reír- Es divertido como os peláis igual que niños pequeños.

-Se nota que es a ti a quien no golpea.

Las carcajadas de Lestat eran terribles y se alzaban por toda la sala prendiendo la tranquilidad aparente. Tarquin estaba sentado en un sofá de piel con un libro sobre sus muslos y una expresión apática. Realmente no comprendía como podía saborear su frustración, realmente no lo comprendía.

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt