Sé que piensas que no soy sincero
cuando te abrazo tras una disputa, porque no soy capaz de pedirte
perdón. Mi rostro se hunde en tu cuello y mis brazos rodean tu
cuerpo rogando que no te muevas. Extraño como eras al principio,
pero te has vuelto tan cínico que es posible que no haya vuelta
atrás. Cada vez eres más frío, como si el amor ya no deseara estar
de tu parte y aún así sé que amas. Sé que hay algo en ti que te
motiva amar, pese a todo.
La ternura y la sensibilidad huyeron
poco a poco. El primer golpe fue perder a nuestra hija, el siguiente
volverla a ver llena de odio escupiendo palabras crueles, tan
hirientes, que te hicieron caer en el deseo de ver el sol para no
volver. Quieres poner un muro de hierro a todos con una encantadora
sonrisa cordial y unos ojos tristes que brillan con veneno.
¿Te has parado en pensar en mí? Yo
también sufro, y he sufrido, porque todo lo vivido tiene un lado
positivo y otro tan negativo que lacera nuestras almas a cuchilladas.
Y aún así, Louis, estoy a tu lado besando tu mejilla y rogando que
olvides la noche anterior donde nos herimos. Me refugio en ti, pero
también en ella. Amo a ambos ¿no lo ves? Puedo coquetear con todos,
pero después siempre estás tú y está ella. Ya no somos dos, sino
tres, y aunque duele saber que soy incapaz de sobrevivir sin Rowan
deberías sentirte maravillado porque tras siglos aún te pido esas
caricias que me erizan.
Te amo Louis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario