Con el dulce murmullo de las tristes
aguas,
tan dulce como las alabanzas a las
cenizas
que se expanden por los cielos ¿puedes
sentirlo?
¿En el nombre de qué Dios? ¿En el
tuyo o en el mío?
En mis sueños puedo sentir la tierra
fresca
y escuchar los cascos de los caballos
de batalla.
Los cielos se vuelven turbios y la
lluvia cae
dejando que las ninfas se ahoguen en el
río
para salir convertidas en musas de
viejos druidas.
He dejado atrás los errores del pasado
y he entrado en la guarida del recuerdo
en tu nombre.
Quiero recordar lo que hoy está en
ruina.
¿Con la sangre de qué Dios? ¿Con el
tuyo o el mío?
En mis sueños puedo sentir la espada y
su filo
mientras el frío rechina más allá de
las murallas.
El aire habla de mí, de la sangre
derramada y el fuego.
Las aguas lamen mis heridas de toda una
vida
tan eterna como éste mundo anciano y
cansado.
Creado con la colaboración de
Mael
Para el Jardín Salvaje
No hay comentarios:
Publicar un comentario