¿Crees que soy un sueño?
¿Podrían mis manos acariciarte si lo
fuera?
Deja que lave tu cuerpo con caricias
y llene tu alma de emociones
desconocidas.
No, no soy tu esclavo ni tu dueño.
Tú y yo somos ciudadanos libres.
Permite que te muestre el cielo
de vivir sin dolor y sin miedo.
¿No me crees pequeña mía?
¿A caso soy el monstruo de tus
pesadillas?
Deja que deje caminos de besos
y que toque los sentimientos de tu
pecho.
Luces apagadas, ambos en completa
oscuridad
para obrar el milagro en las temibles
sombras
mientras en frío silencio apaga la
ciudad.
¿No lo notas? Mis latidos son los
tuyos.
Sin oportunismo, rencor o limitaciones
dejaré murmullos libres en tu cuello
de ideales e idílicos paisajes de
canciones
que tú y yo conoceremos libres de
todo.
Seremos libres, seremos deidades...
seremos felices.
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