Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

jueves, 17 de abril de 2014

Я тебя люблю (Te amo)

Я тебя люблю, o Te amo en Ruso, es un escrito que Armand me dejó ayer para Marius y todos ustedes. Espero que les guste.

Lestat de Lioncourt

—Cuando alzo la vista hacia tus imponentes ojos me cuestiono si soy realmente yo el demonio de los dos; pues sin duda siento como mi aliento se rompe, y estalla, contra las lágrimas que ya yacen frente a tus zapatos. Mi alma se agita hasta quedar en ruinas, mientras tú sonríes con furia, me azotas y arrojas palabras tan crueles como puñales. No eres capaz siquiera de ver que daría todo por ti. Soy un hermoso monstruo de rostro aniñado, pero ¿y tú qué eres? ¿Qué eres? Aún intento comprender si éste amor tiene solución o si sólo son clavos ardiendo en mis muñecas—mi cuerpo estaba arrojado frente a él. Llevaba unas prendas baratas que había robado a mi víctima, pues las mías estaban demasiado manchadas de sangre. La noche había empezado tan sólo, sin embargo para mí quizás estaba a punto de acabar.

Había viajado hasta Venecia. Si lo había hecho era para volver a encontrarlo en otro palazzo, para nada humilde. Era un lugar en el cual las fiestas, por supuesto en otra época, lo habían hecho deslumbrar. No obstante se sentía frío, lóbrego y solitario. Veía los hermosos frescos, molduras y columnas de mármol como si no existieran realmente y todo fuese una ilusión. Me había encerrado en la belleza que emanaba su presencia, tan sólo en eso, pues había aceptado conversar conmigo sin divagaciones ni negaciones.

—Gracias a ti descubrí que era el amor y la compasión, pero también he sentido el azote del desprecio y el odio más cínico y cruel. Soy torpe, lo sé. Cuando ya no me quedan fuerzas y creo que me matarás, pues eso es lo que siento que a veces buscas, me abres los brazos jurándome que es el único lugar a salvo para mí. Me convertí sin duda alguna en esclavo de cada uno de tus besos y también de tus convicciones. Quieres que crea y vea el mundo como tú lo ves, pero a la vez hablas de libertad y honor. ¿Qué honor puedo tener si no tengo elección y si lo único que puedo hacer es amarte?—él me miró frío, sin consuelo alguno, mientras sus brazos caían lánguidamente a ambos lados de su hermoso cuerpo. La belleza que emanaba de él era poderosa como la del propio Dios. Quizás era cierto que tan sólo sabía engañar con su encanto, pues era posible. Sin embargo yo quería seguir creyendo que en ningún momento dijo una mentira. Deseaba engañarme a mí mismo con la felicidad de aquellos pomposos días.

—Me salvaste la vida, ¿a que precio?—pregunté con la voz quebrada—. Marius, por favor, dime qué precio estoy pagando por cada acusación, azote y burla. Dime ¿qué es lo que tengo que hacer para que te des cuenta que incluso daría mi vida por tu seguridad y felicidad? La misma vida que tú me concediste y que aún conservo entre mis manos temblorosas, frías y blancas. Son las manos de un niño inocente que pintaba cuadros, pero las mismas que las de éste ser cruel que arranca los sueños de iguales a él—entonces se giró para caminar hacia el pasillo, alejándose de mí, pero lo detuve agarrándolo por las piernas y llorando otra vez con mayor intensidad. Me estaba echando prácticamente de su casa.

—Por favor, dime qué es lo que ves cuando me miras a los ojos—susurré alzando la vista para verlo—. Necesito saber si encuentras amor o simplemente te ciega la cólera que hay en ti. Posiblemente no veas que estoy de rodillas, con las manos en forma de oración y con la mirada perdida en el hermoso cuadro que tú eres. Un lienzo perfecto, eso eres. Tus cabellos dorados cayendo sobre tu chaqueta roja, ese elegante pañuelo de seda rodeando tu cuello, y la camisa negra perfecta para el duelo de éste asesinato por encargo—dije intentando incorporarme, pero las piernas me temblaban demasiado y acabé estallando— ¡Tú me estás matando! ¡Tú! Al negarme tus besos cómplices y esa seductora sonrisa que todo iluminaría.

Se inclinó suavemente y me tomó del rostro despejando mi frente. Mi cuerpo tiritaba por el miedo y la desesperación, si bien él parecía completamente entero. Era como si no estuviera allí fuera tan sólo un espejismo.

—Temo tocar tus manos y que se desvanezcan ante mí, pues no quiero que me apartes una vez más. Necesito que me abraces pues tengo miedo, un miedo intenso que paraliza mi cuerpo y hace que mi alma se ahogue. A veces las pesadillas regresan como encantadores murciélagos que pueblan mi alma, arrancan mi esperanza y huyen de forma cobarde—me apartó entonces y se marchó hacia el pasillo.

—Vete, no quiero verte—fueron sus únicas palabras que provocaron que mi corazón se rompiera—¡Vete!

—Por favor, por favor... maestro...


Hace una semana que pasó y aún intento comprender los motivos que le provocan dañarme de esa forma. Dice amarme, pero no lo demuestra. Siento que soy un ángel en el infierno y él es el verdugo.  

1 comentario:

MuTrA dijo...

Gran texto, ciertamente. Siempre he envidiado, de forma sana, el gran talento para transmitir sentimientos de las personas que escriben así. Me fascina. :)
Respecto a la desmotivación... Supongo que tú eres más fuerte que yo. O que yo llevo un tiempo en el que no logro levantarme y todo me tumba de nuevo cuando parece que lo estoy consiguiendo. Estoy cansada ya, supongo, de que algunas cosas, por mucho que me esfuerce, no cambien.
En cuanto a lo de tu página de Facebook, no sabía que tenías una, ya le he dado "Me gusta" (soy Cordelia Autum) y ahora podré estar al tanto de vuestras actualizaciones. ^^ De Nerissa y Miriamelle sí me acuerdo, aunque no fuera mucho lo que llegué a relacionarme con ellas, a Damihus no llegué a conocerle. Temo que yo perdí el contacto con todos cuando pasó lo del foro de Rol (que ni siquiera sé bien qué fue). De repente todos volasteis por vuestros caminos y yo... Bueno, me quedé sola andando por allí un tiempo. Incluso posteé un par de veces por si alguien lo veía pero no fue así. Por eso tampoco supe que volvió a haber rencillas y demás. Supongo que por haber perdido el contacto con todos, salvo contigo ahora puesto que te sigo leyendo habitualmente aunque no de muchas señales de vida.
En referencia a lo del blog impostor... Bueno, si te avisan porque tu trabajo es conocido también es querido y apreciado por los demás y eso significa mucho. En mi caso ni eso. Los que conocen lo que hago y mis esfuerzos no me avisan de lo que pasa con terceros eso tampoco ayuda nada, jejeje... Pero bueno, verás que todo se soluciona pronto, tienes gente que te defiende y tú también tienes armas poderosas para defender a capa y espada tu trabajo. :)
Y, por cierto, también envidio de forma sana los cursos que has hecho. Me interesan también los de cocina y repostería pero aquí no logro encontrarlos que sean asequibles o que no me obliguen a realizar un desplazamiento considerablemente largo para ello, sin embargo, el que estoy haciendo ahora me gusta y me motiva bastante, así que lo estoy disfrutando y estoy aprendiendo mucho. ^^
Disculpa el extenso comentario, pero no deseaba dejarme nada en el tintero de lo que quería responderte al leer tus comentarios. Quiero también darte las gracias por molestarte en pasarte y comentar. Recibo tan pocos comentarios que, créeme, los agradezco y aprecio muchísimo, te lo aseguro.
Un besote,
Mekare (Firmo así para que sepas quién soy. Nunca estoy segura de que la gente me recuerde por mi nombre u otro apodo que no sea el que utilizaba cuando me conocieron.)

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt