Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

martes, 6 de mayo de 2014

Perdóname aunque yo no lo pida

Marius ha decidido dejar un poema para Pandora ¿quiere competir con Arjun y Flavius? Esto se pone interesante. Aunque supongo que simplemente son sus sentimientos plasmados en versos. 

Lestat de Lioncourt 


Contemplarte se ha vuelto un juego
en el cual intentamos participar con miradas.
Quiero atraparte entre mis brazos de oscuridad
y ofrecerte al oído revoloteo de palabras enamoradas.

El canto de las aves al despegar en la mañana
se ha vuelto cómplice de nuestras pesadillas...
es una radio que ofrece la vida en todo su esplendor
mientras nos hundimos precipitadamente en la almohada.

La sangre derramada en las calles sin nombre,
de oscuros y sacrílegos callejones sucios,
no son más que parte de lo habitual en el enjambre
donde el hombre invoca sus propios demonios.

Me miras con la suficiente convicción
que el mundo caerá como nosotros lo hacemos.
Sé que has tocado con tus dedos fríos mi corazón
porque sonríes como si me hubieses condenado.

No somos ángeles, pero viviremos eternamente
con la belleza que una vez nos ofreció la naturaleza.
No pertenecemos a los ríos de simpleza
sino al mar tétrico que tan bien ocultamos.

Perdóname mis caprichos como yo me los he perdonado...
Perdona mi ceguera porque creí estar viendo la verdad...
Perdona mi estupidez y deja que te estreche entre mis brazos...
Perdona todo y vuelve a la senda que yo te ofrecí.

Perdóname aunque yo no lo pida.

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Lestat de Lioncourt