Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

lunes, 1 de diciembre de 2014

Héroes

Benji siempre me sorprende en muchos sentidos, pero no soy el único que queda impactado con este joven vampiro. 

Lestat de Lioncourt 


Dicen que la música calma a las fieras, pero a mí siempre me ha incitado a bailar como si estuviera en mitad de una tribu. Reconozco que me he convertido en el guía perfecto para las solitarias noches de cientos de jóvenes y ancianos. Soy caprichoso cuando tengo que elegir la temática de un programa, quisquilloso con las entrevistas y precavido cuando doy una noticia. En el pequeño cubículo donde nadie puede hacerme daño, sólo mis elucubraciones, sonrío ante el micrófono antes de dar paso a las llamadas o hacer entrar al vampiro de turno que hablará a través de las ondas, mis ondas, de radio.

Siempre quise expresarme, dando a conocer mis más profundos pensamientos y dejar un poco de mí en alguien. Era muy joven cuando tuve que abandonar mi tierra, el hogar que siempre había conocido, por un par de monedas. Me sentí como Jesús frente a Judas, aunque a él lo vendieron con mejor precio. Si bien, no me importa actualmente nada de lo ocurrido. Doy gracias y me siento fuerte. No tengo religión, patria o marca alguna que me ancle a un lugar; pero, estoy con ellos noche tras noche. He cumplido mi sueño y ellos me han ayudado. Como agradecimiento, y por amor, he decidido quedarme en esta gran ciudad rodeado de quien ha sido algo más que mi maestro, amigo y gran amor. Armand, junto a mi hermosa y dulce Sybelle y a un melancólico cínico de ojos verdes llamado Louis, me ha ofrecido la oportunidad que nunca habría logrado tener: una radio.

Ahora mismo está sonando «Heroes» del incombustible David Bowie. Me siento un superviviente, no un héroe. Sin embargo, quizás es el himno más apropiado para hacerlo sonar tras semanas de silencio. Miles de jóvenes esperaban mi regreso tras la calma. He tardado en abrir la emisora, colocarme tras la mesa y encender el micrófono. Un par de chicos de mi peculiar equipo han desaparecido envueltos en fuego y dolor. En estos momentos la vivienda donde comparto vida, tragedias y sueños, se ha llenado de vampiros. Allí David, Lestat y un pianista llamado Antoine han hecho acto de presencia. No es un hostal, pero tampoco se quedarán muchos meses con nosotros. Sé que Louis desaparecerá del brazo de Lestat, David huirá a cualquier parte del mundo buscando noticias de todos los que una vez estuvo en su vida y Antoine es posible que vuelva al tugurio de Chicago donde suele actuar. Quedaremos de nuevo a solas Sybelle, Armand y yo. A solas con los recuerdos de una gran tragedia.

He salvado vidas, pero no tantas como las que he arrancado. Además, las vidas que he salvado son las de otros como yo. No he librado al mundo de ningún mal, pero el mundo ya era así antes que yo abriera los ojos en mitad de una terrible sed. Mis comunicados hoy no serán de precaución, sino los habituales comentarios llenos de humor, pasión por la música e información sobre reuniones clandestinas de vampiros de todas las edades y lugares.

Al fin encenderé el micrófono. Hablaré para todos. Seré de nuevo la esperanza tras un pequeño aparato, Internet o la radio del salpicadero de un coche. He vuelto, igual que ese dichoso rubio engreído, para conquistarlos a todos.

—¡Buenas noches amigos de las ondas! Os habla Benjamín. Hemos vuelto una noche más, como si nada hubiese pasado. Todos nosotros somos un poco héroes y villanos. La lucha acabó hace unas semanas, el miedo nos ha mantenido atados a un desafío casi imposible de superar, y ahora, tras el pánico, hemos llegado a la calma final. Si me están escuchando sabrán que son afortunados. Muy afortunados. Se abren las líneas. Todo aquel que quiera comunicarse conmigo tendrá la oportunidad perfecta. ¡Esta noche los vampiros volvemos a estar en boca de la inmortalidad!



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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt