Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

martes, 23 de diciembre de 2014

I want more

Claudia siempre quería más, pero jamás supe ver que era lo que quería. 


Lestat de Lioncourt



Me gustaría decir que siempre es agradable recordar el tiempo en el cual vivíamos los tres juntos, pero la verdad es que sería demasiado falso. No existía ningún momento mágico ni lleno de belleza. Veía muerte a mi alrededor. Yo era la muerte encarnada en una dulce huérfana que lloraba lastimeramente en mitad de las heladas calles nocturnas. Me dedicaba a mirar a los ojos a todas mis víctimas. Veía en ellos la vida que ansiaba, el calor que extrañaba, las esperanzas que ya no tenía y el motivo fundamental de mi odio se alimentaba del mismo modo que mi sed. Me convertí en un monstruo despiadado con una sonrisa de ángel, diminutas manos suaves y ojos similares a los de una muñeca.

Los primeros años quizás fueron fascinantes. Me tomaba las lecciones de Lestat como un juego. Jugaba a ser mala. Era divertido engañar. Sin duda, era fantástico ser abrazada y adulada hasta el extremo. Pero aprendí a odiarlo. Odiaba que me obligara a tomarlo de la mano y llamarle padre. Detestaba su compañía cada vez más. Y Louis, mi pobre y lastimero Louis, se dedicaba a cepillar mis cabellos como si fueran hebras de oro. Me miraba fascinado y solía recitarme poesía para endulzar mis oídos. Él me trató siempre como una madre amorosa, un padre precavido y un amigo que me dejaba llorar en su hombro. Sí, me ofrecía su bondad falsa, tan falsa como su cínica sonrisa cuando Lestat lo rodeaba. Sabía que no soportaba aquello, que era una cadena pesada, pero el conjunto le ofrecía una cierta felicidad.

Recuerdo una noche, de las primeras de mi vida inmortal, cuando los vi discutir frente a mí. Era una discusión distinta. No discutían sobre los negocios en los cuales debían invertir, sino sobre el amor y la pasión. Louis no dejaba de gritarle que se sentía ofendido cuando él coqueteaba con las mujeres, lo cual me resultó llamativo. Sin embargo, me inquietó la sonrisa de Lestat, que parecía divertido e incluso fascinado, por el drama que estaba presenciando. De inmediato lo tomó del rostro, se cortó la lengua y le ofreció un beso que jamás había visto. Un beso tan apasionado que ni siquiera mi padre, mi verdadero padre mortal, le había ofrecido a mi pobre madre.

Supe que yo quería ser amada. Que en un futuro quería ser amada. Sin embargo, me quedé ocupando un cuerpo pequeño para siempre. Un cuerpo que evitaba que un hombre me besara de ese modo. Ni siquiera Lestat me veía como una mujer. Él que siempre coqueteaba con cualquier hembra que se posara frente a él. No importaba su condición, su belleza o inteligencia. Él coqueteaba con ellas hasta el hartazgo y Louis lloraba en silencio, guardando las formas, para no parecer un débil enamorado. Quería ser amada. Deseaba que me amaran como a una mujer. Necesitaba escuchar adulaciones y tentadoras propuestas, las cuales no llegaban. Las únicas lisonjas eran de caballeros que veían en mí a una muñeca. ¿Eso era? ¿Una muñeca? ¿Una muñeca eterna a la que cepillar el cabello y recitar poesía? ¿Una muñeca con la cual paseas de la mano para atraer a madres solteras y viudas ricas?



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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt