Benji sin duda es uno de los más inteligentes de nuestra "tribu". Una tribu en la cual no estamos solos los vampiros. Es un intelectual y un hombre de principios. No importa su aspecto. Tampoco que fuese creado cuando era un niño. Lo importante es que él ha logrado iniciar una rebelión y una información cercana sobre los hechos que hemos vivido.
Lestat de Lioncourt
Siempre me pareció interesante el
fenómeno de las ondas de radio. Despertaban en mí cierta curiosidad
que ni de lejos era una etapa. Cuando era niño suponían algo más
importante que la prensa escrita y, todavía, eran fundamentales en
la vida cotidiana. Poco a poco se ha ido relegando a un plano más
que secundario. Las sombras engulleron a la radio y la hicieron
desaparecer, salvo en los largos trayectos de coche y en nostálgicos
que conectaban, a través de todo el mundo, vía Internet.
Conozco a quienes jamás pensaron que
nos pudiésemos conectar de ese modo. La música prácticamente era
creada para agasajar a la afortunada corte, momentos de guerra o obra
del diablo. La lluvia era la única melodía que ellos podían
escuchar de forma cotidiana, así como las aves o el viento colándose
entre las ramas. La invención de la radio supuso un cambio brusco en
sus pensamientos, así como en las comunicaciones. Radio, televisión,
teléfono y periódicos son inventos que nos unen a pesar de la
distancia. Y, hoy en día, Internet es fundamental porque alberga a
los anteriores en el culmen perfecto de tecnología al servicio de la
comunicación.
Decidí que, además de mis múltiples
negocios en hostelería y tiendas de ropa masculina, debía invertir
en algo que nos hiciese felices y próximos. Estábamos diseminados.
Como dice ocasionalmente mi compañero Armand: como niños perdidos.
Creé la primera radio para vampiros
que emitía en unas frecuencias que ningún mortal podría captar,
pero algunos inmortales eran incapaces de acceder. Los más jóvenes,
y menos poderosos, se veían sordos ante las noticias, música y
debates que proponía. Por eso, gracias enorme desarrollo de
Internet, creé una plataforma vía web y desde Nueva York emito a
diario.
Muchos creen que sólo es un juego. Los
mortales me han escuchado y creen que yo mismo imito las voces,
invento las noticias y recreo un mundo imaginario fabuloso, rico en
detalles y muy creativo. Mentira. La triste situación actual de los
vampiros, y las terroríficas Quemas, son actos reales. Tal vez mi
dulce apariencia les hace pensar algo radicalmente distinto, pero ¿no
les parece extraño que no envejezca como debiera? No llego al metro
sesenta. Tengo la piel de un niño y los rasgos de un adolescente.
Sin embargo, con la pose adecuada y las mentiras justas puedo ser el
hombre que desean como comensal, el amigo ingenioso para trasnochar y
un amante indiscreto que, habitualmente, se marcha mucho antes de
saber qué ocurrió realmente entre los dos.
Aún vivimos en el escepticismo y la
ingenuidad. Muchos adoran al dinero sin saber que no tiene valor
alguno. Para mí carece de interés. Sólo son recortes de papel que
puedo usar para doblegar a los más borregos. Compran y venden sus
almas. Los vampiros, sin embargo, vivimos en otro mundo donde el
deseo va más allá de un fajo de billetes.
Sea como sea... seguiré con la tribu.
Nadie me arrancará mis ideales, mi forma de amar y actuar, tampoco
logrará convencerme que todo lo que hemos hecho está mal. Hemos
sobrevivido, pero ésto sólo era una prueba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario