Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

sábado, 16 de mayo de 2015

Misterio gris

Recuerdo su esfuerzo por sobrevivir y aún siento escalofríos frente a la confesión de su próxima muerte. De eso ya hace más de dos siglos. El castillo se muestra imponente alzándose en medio de un mundo que parece perdido. No salimos en las guías turísticas, ni tampoco en muchos libros de historia, pero Auvernia tiene el placer de poseer un emplazamiento increíble y contener trozos de mi familia. Para mí eso basta para volver. Son mis raíces. He vivido en diferentes lugares. He visto la muerte a los ojos en el Cairo, pero también en donde siempre quise pertenecer que son las cálidas tierras de New Orleans.

En estos momentos, sintiendo el sopor del calor veraniego, vienen a mí diferentes vivencias ocurridas en cada una de las torres. Ella está cerca. Caza por los viejos bosques algún animal de gran tamaño. Hoy ha decidido que la sangre humana no calmará su sed. No quiere marcharse. Sabe que es una noche decisiva. Muchos están reunidos entorno a la mesa. Algunos se miran con impaciencia y otros con esquivas miradas. Yo aún no presido la reunión. Creo que los haré esperar durante algo más de media hora. Necesito cerrar los ojos, dejar que mis recuerdos fluyan y pueda verla como la mujer que fue.

Esa pequeña cintura, la cual se aprisionaba por el corsé, parecía tan delicada como el tallo de una flor. Sus manos temblaban por el frío y, a duras penas, sostenía algunos de sus libros. Creo que hacía mucho que no rezaba. No recuerdo plegaria alguna en sus labios. Para ella Dios estaba tan muerto como para mí. Sus sueños eran la única esperanza, sus recuerdos un leve alivio ocasional, y sus ojos grises, tan grandes como sus labios, parecían entumecidos en una añoranza eterna. Era como ver un cielo que está a punto de diluviar, pero no se atreve. Era terrible.

Hace unas noches nos quedamos a solas. No había nadie más. Sólo ella y yo. No hablamos. No hubo palabra que pudiese cruzarse entre ambos. Creo que ya nos hemos contado muchas cosas, aunque aún no la conozco del todo. Sólo sé que es como un animal salvaje. Sin duda parece una gata herida que protege su territorio. Tiene una erótica sonrisa y una mirada penetrante. Jamás la he visto con tanta vida. He notado como la Sangre de Sevraine ha cambiado algo en ella, pero aún no sé qué puede ser. Para mí ella es como una gema. Me siento atraído, sé que es un gran tesoro, pero temo que tenga una terrible maldición en su interior y me aterra.


Amel me ha susurrado que puede decirme todo lo que ella siente, pero me he negado a escucharlo. Con cuidado he pedido que me hablara de aquello que quiere conocer. Él simplemente ha reído, me ha pedido disculpas y ha hablado de sensaciones nuevas que ha sentido gracias a mí. Sensaciones como el amor tan profundo que siento hacia mi madre. Eso me ha reconfortado. Extrañamente me reconforta que él note el amor, pues creo que el amor puede generar en nosotros cambios más beneficiosos que la ira o el temor.

Lestat de Lioncourt   

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Lestat de Lioncourt