Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

jueves, 14 de mayo de 2015

Querido amigo...

Recuerdo tu hocico húmedo tocando mi rostro. Hace mucho tiempo que no nos vemos. No somos compañeros eternos, jamás lo fuimos. Nada es eterno, aunque en mi pecho llevo cada uno de tus ladridos y esos ojos oscuros que me vigilaban con tanta atención. Decidí darte la vida que te negaron y te ofrecí mi amor, del mismo modo que tú me ofreciste cada recuerdo y momento como si fuese único. Te convertiste en un tesoro que jamás voy a olvidar, vender o devaluar.

Siempre he admirado la belleza de la naturaleza. En el Jardín Salvaje existen miles de historias por descubrir y flores maravillosas que surgen desde la tierra, germinan con gran colorido y se convierten en buena parte de mis recuerdos en éste camino. Los animales son importantes para el mundo. Gracias a la evolución y compañerismo que hemos tenido con ellos, labrando amistades férreas, hemos logrado grandes proezas. El hombre no sería nada sin los animales de labriego, los de transporte, los fieros perros que custodiaban el hogar o los felinos que elegantemente se convirtieron en dioses en diversos pueblos de ésta gran tribu. Podemos contemplar pinturas muy antiguas de animales salvajes, pero también de otros que hemos considerado parte de nuestra familia.

Cuando era un muchacho tenía una camada de perros que me ayudaban a llevar alimento a la mesa. Cazaba en el bosque cercano al castillo, pues eran tierras de mi familia y teníamos la posibilidad de subsistir gracias a mi puntería y sus fieras fauces. Esas mismas fauces que jamás se mostraron en mi contra. Recuerdo bien sus ojos bondadosos y el calor que desprendían en mi cama. Del mismo modo que puedo escuchar aún los cascos de mi caballo galopando casi salvaje, persiguiendo mis propios sueños y fantasmas.

Ahora, frente a éste pequeño hueco en el mundo, observo el lugar donde yacen tus huesos. Has tenido una vida buena, has sido padre, y has conocido el amor. Me alegro haberte hallado en aquellos terribles días, pues hiciste que el infierno fuese agradable. Sólo espero que tus viejos sueños se cumplieran, igual que he logrado conseguir alguno de los míos. Te has llevado contigo muchos secretos. Creo que jamás he podido regresar todo lo que has hecho por mí, pero me conformo con que tu alma esté descansando más allá de éste pequeño montículo.

Tu amigo por siempre,

Lestat de Lioncourt   

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt