Si lo hubiese sabido quizás la hubiese retenido y explicado que lo hice para no perderla. Ahora ya es tarde. Lean la carta, por favor, y comprenderán lo que deseo decir...
Lestat de Lioncourt
He observado la calle durante horas.
Creo que podría describir con detalle a todo el despojo humano que
ha desfilado bajo el balcón principal, ese que da al salón e
inmediatamente a mi encantador piano. Mis diminutos ojos grises han
contemplado con miseria el paso de la vida. Carezco de perdón por
parte de Dios, si existe, y también carezco de corazón. No siento
compasión por mis víctimas, pero sí un profundo y terrible dolor
cuando comprendo que yo jamás tendré mi vida soñada. He tardado en
hilar momentos y sentimiento. Ha sido duro comprender que nunca
llegaré a anciana y jamás disfrutaré de mi primer beso. Terrible.
Mis pequeños dedos acariciaron durante
horas la barandilla. Pensé en caer, como si tropezara, y sentir el
asfalto con la aspereza y dureza necesaria para quebrarme en mil
pedazos. Sin embargo, sé que no moriría. Sólo el fuego o el sol
podrían destruirme en su totalidad, aunque he leído otras maneras
igual de horribles. Actualmente no me encuentro con fuerzas de morir.
Deseo vivir el tiempo necesario para planificar y lograr mi venganza.
Lestat ha aparecido con otro vestido de
princesa de gasa azul, unos zapatos de charol negro y unos calcetines
blancos con encantadores lazos de la misma tonalidad que la tela. Es
insufrible. Sonríe como si me hubiese entregado el mejor de los
regalos. Yo sólo lo he mirado unos instantes con los ojos amargos,
como amargo será su final, mientras él suspiraba hastiado porque
nada me complace. Finalmente Louis me ha recogido en sus brazos, me
ha pegado contra su perfumado torso y me ha llevado hacia la
biblioteca. Sé lo que intenta. No quiere que discutamos como cada
noche. No lo soporto.
Me tratan como si fuese una niña. La
niña de un par de idiotas que jamás comprenderán que ya soy una
mujer. Ni mis dibujos o poseías le dicen nada. Jamás aprenderán
que las canciones que he logrado aprender son tristes y demenciales.
Me estoy volviendo loca. Temo perder el juicio y caer en las garras
del fuego por propia voluntad. Debo deshacerme de ellos, pero primero
lo haré con Lestat. Es tan estúpido. Pero tan estúpido. Creo que
me quiere mucho más que Louis. No puede discutir conmigo por más de
unas horas y siempre es él quien vuelve arrastrándose. Debo
hacerlo.
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