Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 19 de julio de 2015

Música

Daniel Molloy ha vuelto a dejar un artículo de opinión e información. Pueden leerlo a continuación. 

Lestat de Lioncourt

La música es algo fundamental para los seres como nosotros. Nos sentimos completamente absorbidos por la melodía sutil de cualquier instrumento. Dejamos que el mundo quede atrás y los sentimientos ofrecidos en cada partitura, o estrofa de canción, nos alimente como si fuese la propia sangre. Permitimos que nuestro dolor se convierta en una miserable mota de polvo. Nos desnudamos y nos mostramos tal cual somos frente a la música, permitimos que toquen nuestras almas y nos dejamos llevar por completo a un terreno desconocido.

Hace algunos años conocí a una joven que era una excelsa pianista. Tenía la piel tan blanca como la leche de almendras, unos ojos claros intensos y un cabello que parecían hilos de oro. Sin embargo, lo más impresionante era que aquel cuerpo tan frágil pudiese tener un alma tan fuerte. Tocaba con una pasión incontrolable. Ella se retorcía frente al piano, se dejaba llevar y mostraba quien era realmente. Podías ver al Ave Fenix surgiendo de las cenizas y alzándose por la habitación llenándola de una acalorada interpretación de cualquier pieza, mientras que ella seguía siendo la muchacha maltratada, casi insignificante, que había moldeado el bastardo de su hermano.

Recuerdo la melodía mientras mi mente aún sufría ciertos estragos. Era inquietante y perfecta. Mis ojos se cerraban y mi boca mostraba una sonrisa única, casi mágica. Creo que desperté gracias al deseo de comprender más esa música, de dejarme llevar por cualquier melodía que fuese llegando a mí y finalmente, como si fuese un deseo concedido, la pude escuchar todos los días en la radio del joven Benjamín, al cual también conozco por fortuna.

Pero no es la única que conozco. Han existido muchos músicos entre los nuestros. Fue un concierto el que cambió de nuevo mi destino, mi vida, mis deseos, mis sueños, mis miedos, mis verdades y mi dolor. Fue el concierto de Lestat, cuando tan sólo era un joven vampiro, en el cual quedé tan aturdido y lleno de miedos que no era capaz de ser yo mismo. Sin embargo, Lestat, el mismo que hizo el concierto, siempre habló de los compañeros que quedaron atrás en París en un teatro, el mismo que incendió Louis. Y ese Louis, y no otro, me dio la llave a éste mundo.


La música influye sobre todas las bestias, pero sobre todo entre las bestias del alma y la sangre. Nosotros, seres que parecemos fríos e incapaces de amar, estamos creados para adorar el arte y no hay arte más magnífico, más expresivo, que la música. La música nos cura y nos llena de miedos, la música puede ser monstruo y héroe.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt