Fareed es uno de esos vampiros que hacen todo lo posible por cambiar lo que conocemos, lo que tenemos y lo que tendremos. Su labor es muy importante entre los nuestros y es conocido por sus conocimientos y predisposición. Me alegra que Seth lo hiciera uno de los nuestros. Gracias a él soy padre.
Lestat de Lioncourt
La vida cambió. Fue un giro radical.
Mis pasos se convirtieron en pisadas más firmes y terribles. Mis
manos se cubrieron de sangre, igual que mi boca se llenó de un sabor
distinto. Sin embargo, hay algo que jamás sufrirá cambio alguno. No
permitiré que haya mella en mis deseos de salvar al mundo de las
terribles epidemias que nos envuelven, asfixian, atemorizan y matan
como si fueran las plagas del Antiguo Egipto.
Juré hace más de cuarenta años sobre
mis principios, así como mis valores fundamentales, que jamás
dejaría que un enfermo muriera sin ser atendido. Confieso que desde
mi más tierna infancia deseaba dedicar mi vida a salvar a los más
desamparados. Mi sociedad, el mundo donde nací, posee una cultura
nefasta donde se puede dejar morir a cualquiera por el simple hecho
de ser pobre. Algo en mí se retorcía al comprobar que no había la
suficiente esperanza si no tenías los bolsillos llenos de dinero.
Por eso, cuando triunfé como doctor y me involucré en diversos
proyectos, tomé la decisión de colaborar activamente en estudios
sobre diversas enfermedades intratables hasta el momento.
Yo decidí ser vampiro pasa salvar a
otros. Quería salvar al mundo. Mi deseo no es ser un héroe, pero sí
alguien que contribuya con su esfuerzo, así como el esfuerzo de su
equipo, en lograr lo imposible. Hemos realizado grandes avances y
tenemos las esperanzas puestas en firmes proyectos. Pronto habrá
tipos de cáncer que serán tratados con facilidad, enfermedades
tropicales que no tendrán repercusión entre los mortales y
reconstruiremos con facilidad a los vampiros dañados por el fuego o
por el sol. Será fácil, como encender un interruptor.
No voy a detenerme. Jamás me cruzaré
de brazos. No pienso volverme un cobarde. El mundo nos necesita.
Podemos hacerlo, pues está en nuestras manos. Rendirse es de
cobardes, luchar es la valentía que nos llevará a conquistar
imposibles. Tal vez fracasemos en alguna ocasión, pero el fracaso
nos enseñará a como pisar la próxima vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario