Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 27 de septiembre de 2015

El mundo

Daniel Molloy vuelve a irrumpir con una crítica sobre lo fácil que es descalificar, olvidad e informarse en éste mundo de mentes enjauladas en la red.

Lestat de Lioncourt


Hay una epidemia terrible en éste mundo y no somos nosotros, aunque la padecemos constantemente. Es sin duda la estupidez. La mentira nos envenena, nos creemos todo lo que nos venden y aceptamos cualquier hecho como veraz si lo dice un prestigioso medio de comunicación. El periodismo está vendido a las grandes empresas, las mismas que controlan los bancos y partidos políticos de toda índole. A lo largo y ancho del mundo ocurren tragedias silenciadas, olvidadas a los pocos días y que se refugian en guerras terribles. Somos estúpidos, porque olvidamos y no sentimos el dolor en carne ajena, sólo en la propia como si la discriminación fuese un pequeño juego.

Actualmente se está viendo la incomprensión de los poderosos, esos que creen tener en su mano la vida de todos, sin importarles nada. Miran hacia otro lado mientras miles cruzan fronteras intentando un poco de esperanza. Ellos no son los únicos. Los niños Sirios ahogados en la playa no son víctimas aisladas. Hay miles de guerra por petroleo, poder o simplemente por incomprensivas religiones que hablan de paz en sus libros sagrados, los mismos que son olvidados mientras se les alecciona sobre un paraíso lejano.

Hemos vivido fechas oscuras donde la guerra dilapidó a los más jóvenes, aunque muchos quedamos en pie. Los antiguos perdieron el juicio gracias al germen, como si fuese un virus similar al alzheimer, convirtiéndolos en asesinos abnegados y entregados a la causa, adoctrinados por una verdad cuasi divina que les impedía pensar por sí mismos. Casi parece una metáfora de las doctrinas religiosas que oprimen a los más jóvenes, que intentan vulnerar la libertad y aplastar a quienes se interponen en su camino.

¿Cuántos niños tendrán que morir? ¿Cuántos ancianos deben llorar? ¿Cuántos soldados infantiles tienen que quedar mutilados porque una mina estalla? Lo desconozco.


Muchos critican cómodamente desde el sillón de sus casas, anclados a su silla tras el ordenador o en un teléfono móvil viajando en el metro. Todos tienen la información al alcance de la mano. La misma información que está provocando el cierre de los puntos de venta habitual de prensa y librerías. Una información sesgada, mucho más adulterada o edulcorada para las víctimas de los prejuicios. El periodismo está al alcance de la mano, cualquiera se cree periodista teniendo un blog en la red de redes, y las opiniones, junto a las descalificaciones, se propagan como un fuego incontrolable. La verdadera información, esa que haría libres sus mentes torturadas por la hipocresía y la mentira, queda sepultada y olvidada como los niños de la guerra. No importa el nombre del país donde mueren millones, pasan hambre o carecen de mantas. Nueva información los sacude, tragedias más lejanas de países que ni sabemos colocar en el mapa, mientras nos centramos en la información más banal.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt