Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

sábado, 12 de septiembre de 2015

Hijo mío

Gregory es un gran hombre y un valiente guerrero. Me alegra haberlo conocido. Hoy Flavius nos describe algo que ha ocurrido hace unos días.

Lestat de Lioncourt.



—Gregory...—dije interrumpiendo en la sala de juntas de su empresa.

Estaba solo. La reunión había concluido hacía más de una hora. Él estaba allí observando las imponentes vistas. Recorría con la mirada los edificios más hermosos de la ciudad. Creo que los memorizaba cada día, como si fuese a olvidarlos. Se encontraba en silencio, recostado en su elegante sillón ejecutivo, mientras sólo la suave luz de dos lámparas permitían ver con claridad el lujoso, aunque minimalista, decorado.

—Parece que nada cambió, pero es sólo una ilusión—dijo mientras se giraba.

Vestía un elegante traje a medida en color negro, igual que la camisa, pero llevaba consigo una hermosa corbata café. La misma corbata que yo le había regalado hacía tiempo. Me acerqué para sentarme a su lado, no muy lejos, en usa de esas confortables sillas. Él me miró cansado, algo disgustado, y luego suspiró.

—Muchos jóvenes han muerto, Flavius—murmuró.

—Es algo que no podemos solucionar, amigo mío—respondí con una sonrisa gentil y amable.

Él tan sólo asintió y se incorporó de la silla. Después dio media vuelta, quedando de cara a la ciudad y dándome la espalda.

—He vuelto a pensar en ella—dijo—. La he visto tan real en mis sueños...

—Akasha—musité.

—Fareed desea hacerme pruebas para vislumbrar si está en lo cierto.

—Si es así... ¿qué harás?—pregunté.

Hablaba de su paternidad con Seth. Las muertes de muchos, el conocimiento que tenían todos ahora de los pecados de la Reina y sus debilidades, la verdad de los guerreros que tuvieron que dar su vida por ella y el calor de Egipto, que aún parecía calentar sus rostros, era algo que parecía presente todavía. Habían pasado miles de años, pero tan sólo unas décadas desde el terrible desenlace. Además, los últimos acontecimientos movieron la tumba de los recuerdos que Gregory creía haber enterrado.


—Abrazarlo y llamarlo hijo—susurró. 

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt