Lestat de Lioncourt
Observa el mundo bajo tus pies, vuela
más allá de las nubes y deja que tu alma ascienda. Escucha la
música que delata tu verdad, la verdad que yace moribunda sobre los
cristales de tus anhelos rotos. Acepta tu tragedia y haz del dolor
una partitura nueva. Cuéntale a la ciudad, que aún está enterrada
en sus propias pesadillas, lo que sucede tras la muerte. Grita y
permite que lo haga tu instrumento, el cual está bendito por el
diablo.
Mírame, estoy aquí un día más. Soy
el juglar de ésta revolución. He despertado sediento y sin dueño.
Mi alma baila como un diablo sobre las ascuas de mi propio infierno.
En éste teatro de sueños corruptos hallarás la verdad más oscura,
temible y desesperada. En mis manos tengo la llave hacia la galería
de los horrores. La sucia cara de la ciudad se convierte en
brillante, a la par que negligente. Tú sabrás si cruzas la puerta y
aceptas los pétalos de sangre sobre tus mejillas de nieve.
Damas, caballeras, putas y zafios
truhanes venidos de todos los rincones de ésta pocilga que llamáis
París... ¡Bienvenidos! La belleza y la fealdad se mezclan teniendo
un hijo bastardo que os encandilará. Dejad que los monstruos de
vuestras pesadillas os roben el corazón. Haré magia oscura para
vosotros y un trueque perfecto entre la vida eterna, vuestra codicia
y el arte que acaparo con mi troupe con dientes más afilados que las
navajas de vuestros bolsillos.
Sé que el príncipe que enterró
veneno en mi corazón, el cual hizo que mis deseos más patéticos se
perdieran en un huracán de odio, renunció a mí como yo renuncié a
volver a verlo. En ésta senda el Diablo soy yo. ¡Sé quien soy y me
burlo de la vida! Robaré cada gota de sangre frente a ustedes, los
cuales me daréis la bolsa y la vida. Bienvenidos al espectáculo que
truncará vuestros pasos...
La bohème!
No hay comentarios:
Publicar un comentario