Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

lunes, 7 de diciembre de 2015

Recuerdos de un buen chico

Si tuviese que describirte sería sencillo, aunque tu belleza jamás lo ha sido. Te convertiste en mi sombra durante algún tiempo. Era tu ejemplo a seguir, por mi magnífica forma de enfrentarme a los problemas. Los mismos problemas que yo generaba, seamos sinceros. Jamás he dejado de ser revelde y de cuestionarme todo, pero tú no eras un revolucionario típico. En definitiva, tu belleza física no mostraba realmente el joven que eras, muy distinto a mí y a la vez tan similar que llegué a tenerte un amor indecible.

Eras torpe, pese a tus pasos y movimientos elegantes. Tus ojos azules, como zafiros, se clavaban en el mundo con una curiosidad insaciable. Poseías una boca carnosa, muy seductora, y que siempre estaba torcida debido a las preocupaciones. Esas mejillas sonrosadas, ligeramente llenas, y suaves mostraban a un chiquillo demasiado alto, que aparentaba ser maduro y centrado, para su edad. Tan sólo tenías dieciocho años, aunque ¿quién soy yo para juzgar la edad que poseías al ser creado? Yo tenía tan sólo un par de años más. Tenías unas manos suaves, de dedos largos y finos, que podían haber sido las de un excelso pianista, pero en realidad eras un chico bien acomodado que estudiaba con tutor privado y parecía aquejado de una enfermedad metal. Parecía, pero no tenías nada. El sol casi no te había tostado la piel, pues amabas demasiado encerrarte a leer y divagar sobre el mundo exterior. Querías explorar, rompiste varias normas para averiguar qué había más allá, y también comprender.

Deseabas tantas cosas, querido amigo. Me hice tu aliado, tu hombro donde llorar, los brazos que te rodeaban cuando sentías que nada merecía la pena y sequé tus lágrimas. Los consejos que te di son los mismos que nunca seguí, pero que tú parecías aceptar con una fe renovada. Intenté que fueras libre, que volaras lejos del nido oscuro donde yacías desesperado, y te alzaras con fuerza. Quizás fui el culpable de verte volar demasiado lejos, tal vez caíste muerto como Ícaro y eso, sin duda alguna, caerá sobre mi conciencia. Sin embargo, me siento orgulloso de ti. Si puedes escucharme, si puedes saber de mí, si has escuchado mi voz a lo largo de éstas líneas lanzadas a un mar tecnológico, querido hermanito, quiero que sepas que me siento dichoso de haberte conocido. Tu aspecto aniñado y delicado cubría un ser fuerte que languidecía, el cual terminó siendo de hierro e intentando alimentar su espíritu con dictámenes más allá de los establecidos.

Siempre te querré,
Lestat de Lioncourt


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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt