Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

jueves, 3 de marzo de 2016

Ella y nosotros

Marius vs Flavius... ¡Estas peleas son las que emocionan!

Lestat de Lioncourt


La biblioteca era mi lugar favorito. Siempre he amado estar rodeado de libros. Aquella vivienda tenía una sala repleta de manuscritos en varios idiomas, algunos no los dominaba del todo pero no era lo importante, llenando de conocimiento sus estanterías y mi corazón. Quedé obnubilado con un ejemplar de algunas hojas, mal cosidas y colocadas aleatoriamente. Eran anotaciones de mi amada dueña Pandora. Siempre la vi como una amiga, una compañera a la hora de discutir y un ejemplo a seguir para cualquier mujer que desea retomar el control de su vida. Jamás comprendí porque no era amada como merecía.

—¿Has visto a Pandora?—preguntó interrumpiendo.

Su túnica blanca de alta calidad se cubría con elegancia con una toga roja escarlata le daban la esencia de un hombre culto, bien posicionado en nuestra sociedad, y una elegancia inusual en alguien tan torpe. Era torpe con ella pues nunca ha sabido escucharla ni cuidarla. Sus cabellos rubios paja caían a borbotones sobre sus hombros rozando la cruz de su espalda. Reconozco que era y es hermoso pero no deja de ser un completo imbécil.

—Posiblemente en el mercado—respondí tomando aquel escrito.

—¡Ya es de noche! ¡Cómo va a estar en el mercado!—gritó.

—Hay unos amanuenses muy notables en una de las calles aledañas al mercado. Ella suele ir a contemplar como escriben y discrepan sobre filosofía, poesía y teatro—expliqué—. Además, te recuerdo que ya es inmortal. Nadie hará daño a Pandora—me giré observándolo y comprobé que sus ojos gélidos me observaban.

—Tu túnica es muy corta—comentó.

—¿Ahora te has vuelto púdico?—dije sin elevar el tono de voz—. El mismo hombre que pidió la mano de una niña para poder tener algunos años de libertinaje, que jamás agradó por ello a su suegro y que fue quebradero de cabeza de su padre, desea darme lecciones de pudor—sonreí leyendo algunas líneas de aquel relato sobre espíritus y sueños de sangre. En esos momentos deseaba saber cómo ayudarla. Él ni siquiera echaba cuenta de su dolor y eso era lo que más me indignaba. Pandora era mi dueña, pero también era mi amiga y la tenía como una hermana.

—¡Cómo te crees capaz de hablarme así!—dijo llevando su mano al cinto donde colgaba su cinturón.

—Deja caer tu látigo sobre mí y jamás volverás a ver a Pandora—no tuve miedo al pronunciar tales palabras. Decía la verdad y él sabía que nunca mentía. Conocía bien el amor que ella tenía hacia mí y que yo era su protegido.

—Maldito lisiado…


Ahora, siglos más tarde, me encuentro en una misma habitación frente a él. Mis ojos claros no dejan de clavarse en los suyos. Tenemos un duelo silencioso donde ambos dejamos ver la evolución de nuestro dolor, historia y verdad. Él sigue siendo un cobarde que huye descaradamente de sus sentimientos al no saber comprenderlo y yo… yo sigo siendo un hombre apegado a la verdad.

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Lestat de Lioncourt