Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

viernes, 18 de marzo de 2016

Mi hija

—¿Algún día me llevarás a tocar las estrellas?—preguntó aferrándose al borde de mi chaqueta de pana roja.

Incliné suavemente mi cuerpo hacia el costado derecho y sonreí mirándola a los ojos. Tenía una mirada limpia e inocente llena de vida y dulzura. Jamás había visto a una niña tan llena de vida como ella. Siempre había amado la inocencia pura que poseen los niños, pero la suya era exuberante como su imaginación y el deseo de creer que todo era posible.

—Es un secreto, Rose—dije colocando el dedo índice de mi mano derecha sobre sus pequeños labios—. No debes decírselo a nadie.

Acabé arrodillándome frente a su pequeño y delicado cuerpo. Aquel vestido de algodón sin mangas de flores de pétalos similares a las margaritas, pero algo más pequeñas y azules, provocaba que sus brazos se vieran más delgados y su piel mucho más clara. Parecía una muñequita que cobraba vida. Su largo cabello negro caía algo revuelto y la cinta, en forma de pequeño lazo, que recogía suavemente su flequillo se había desecho jugando conmigo por toda la habitación.

Olía a colonia infantil y chocolate. Había logrado que no comiera demasiados después de la pequeña cena a la cual había asistido sólo para comprobar que seguía siendo feliz, estudiosa y paciente. Sus progresos en el colegio eran evidentes y tenía una capacidad indecible para memorizar países con sus respectivas capitales, hacer grandes multiplicaciones y algunas divisiones sencillas, así como escribir correctamente con una caligrafía decente.

—Estoy muy orgulloso de ti—susurré abrazándola con cuidado.

Temía el día que tuviese que dejar de visitarla porque empezaría a percibir que no envejecía. Un miedo incalificable rondaba mi corazón llenándolo de dolor. No quería separarme de ella y cuando le decía a Louis, aunque fuese por teléfono, sobre sus progresos él me recordaba incansablemente que no debía cometer los mismos errores que tuve con Claudia.

—Tito Lestan—dijo rodeándome con sus pequeños brazos—. Quiero vivir contigo. Las tías son muy amables conmigo, me consienten todo siempre y cuando tenga hechos los ejercicios que me envían los profesores, y permiten que los viernes me acueste tarde tras ver alguna de mis películas favoritas pero no eres tú—me aparté mientras decía aquello intentando convencerme a mí mismo que no podía cumplir ese sueño. Sabía que yo sería un monstruo para ella en cuanto percibiera que era un asesino, un ladrón de tiempo y vida, que sobrevive arrancándole los sueños a otros monstruos menos literarios y más mundanos.

—Amor, soy un empresario muy ocupado y necesito mantenerme al frente de diversas empresas—expliqué una piadosa mentira, pues mis negocios siempre los llevaron numerosos subordinados con los cuales poseo cierta confianza.

—Aunque estés ocupado vendrás siempre, ¿verdad?—sus hermosos ojos azules me torturaban. Eran preciosas gemas que coronaban un rostro dulce y apacible. Deseé besar sus mejillas y jurarle mil veces que nunca me separaría de ella, pero era una mentira tras otra y jamás me perdonaría hacer aquello.

—Siempre intentaré estar a tu lado viendo como consigues todo lo que te propongas—respondí tras besar su frente.

Decidí que ya era tarde y que debía retirarse a descansar. Tomé su pequeño cuerpo entre mis brazos para llevarla a su cama, arroparla y contarle una pequeña historia sobre un valiente perro que salvó a un idiota de una fuerte nevada en mitad de Nueva York. El perro era mi viejo amigo peludo de cuatro patas llamado Mojo y el idiota, por supuesto, era yo. Me quedé hasta que el sueño se hizo profundo y su pequeña mente comenzó a soñar con el glorioso pastor alemán que me hizo compañía durante ocho maravillosos años.

—Louis y tú me arrancaréis el corazón si os alejáis—dije caminando hacia el interruptor apagar la luz y marcharme usando el don del vuelo.


Tenía una nueva hija que me veía como un héroe o un ángel que la había salvado. Frente a ella era un santo, pero cuando la noche se hacía oscura y los callejones se volvían peligrosos seguía siendo el asesino despiadado de siempre. El mismo desgraciado que se antojaba rebelde y pendenciero ante cualquier mujer u hombre. También era el desgraciado que había condenado su alma amando lo imposible envuelto en una mirada torva proveniente de unos ojos de color esmeralda.

Lestat de Lioncourt  

No hay comentarios:

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt