Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

martes, 16 de agosto de 2016

Enjambre

Desearía recorrer tu cuerpo como un bohemio vagamundo que borracho recorre las calles, de lado a lado, deteniéndose en cada esquina y observando, de vez en cuando, la furtiva belleza de la noche para poder contaminarme de tu aroma, de la sedosa sensualidad de tu bajo vientre y la calidez de tu torso desnudo. Quiero recorrer cada poro de tu piel, como si fuese una hormiga buscando labriego en tus océanos lechosos, pues allí encontraré el hidromiel humedeciendo tus sexuales encantos. Lameré como una abeja el polen para hacer mi propio alimento, uno tan pegajoso que terminará siendo nuestra absenta.

Desnúdate lentamente para mí, arrodíllate buscando piedad y mírame como si fuese un benevolente Dios en mitad de un altar bendito por el recuerdo de tus gemidos. Deja que bese tu frente como si fueras un santo que redime sus pecados, aceptando así la bondad de un ángel, y acepta entre tus labios la carne temblorosa que secuestrará tus gemidos. Aspiro a ser la espada que atraviese tu boca con la contaminada verdad de un veneno sutil llamado sexo. Obsérvame acariciando tu lengua para que esta, como enredadera curiosa, se convierta en nudo marinero sobre cada porción de la hombría que te muestro.


Hazme el favor de aceptar las impuestas ataduras como si fueras gusano que desea ser mariposa. Te ataré con cuerdas pesadas y luego, tras la epopeya de sentir como tus demonios murmullan el pecado que cometemos, te azotaré con el cinto para que el sacrificio final sea aún más placentero. Pues ahondaré en ti más allá de tu boca ya que abriré camino entre tus piernas y accederás así a la gloria. Una gloria reconocida como pecado por cientos de blasfemos llenos de rabia y desconocimiento.  



Sabes quien eres, lo que haces y que no puedo dejar de pensar en ti. 

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt