Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

viernes, 16 de septiembre de 2016

Desafío

¡Dios! ¿Cómo logra contactar con mis abogados? Esto ya es... ¡Louis! ¡Sólo tienes que buscarme!

Mon coeur:

Ni sé cuáles son los motivos reales por los cuales escribo estas líneas. Me ha costado algún tiempo adaptarme a los nuevos tiempos, y más aceptar que es posible que mis palabras lleguen primero a mis abogados que a ti. Por eso, y no por otro motivo, estoy enviándola por este medio digital que parece magia, el dichoso correo electrónico, y espero, o más bien deseo, poder aclarar mi corazón.

Siempre te he amado. Para mí, si hay un Dios eres tú. Tú eres el único pensamiento agradable que termina haciéndome inmensamente feliz. Devoro siempre tus palabras. Te busco en cada uno de esos dichosos cantantes rock que tanto te fascinan. Incluso he adquirido la marca de fragancia masculina que sueles usar, para poder tenerte presente. Pero no es igual. Me faltas tú. Por mucho que discutamos siempre recurro a ti. No sé como no me has empezado a odiar tras tantos años.

Te he ignorado tantas veces, no he podido aceptar doblegar mi orgullo, he carecido de falta de tacto cuando hemos discutido y tengo una obsesión injustificada con el pasado. Sé que tú también has sido orgulloso y egoísta, pues lo has asumido tantas veces que ya se ha convertido en un mantra. No he sabido estar ahí, pero tú siempre has regresado a por mí. ¿Me lo merezco? No. Estoy seguro que no me merezco siquiera las migajas de tu amor. Aún así acepto tus palabras de amor como las indecentes, tus caricias y tus besos que destruyen mi cordura.

He pensado en nosotros. Confieso que es algo habitual que lo haga, pero no lo hacía de este modo desde hace algunos siglos. Ella podía haber vivido hasta ahora y quizá se hubiese beneficiado de la ciencia moderna. Pienso en nuestra hija continuamente, pues Rose parece ser la joven que ella no logró ser. Además, mon amour, es tan dulce como soñadora. Cuando logro abrazarla, Lestat, siento que estoy abrazando a un pedazo de ti aunque tú no eres su padre biológico.


Me gustaría volver a tener contigo una familia, a ser parte de tu día a día. Ya estoy cansado de Nueva York, de esta ciudad vertiginosa. Sé que a veces paso tiempo contigo en Auvernia, pero viajas demasiado. Quizás esto es sólo una petición formal para que me aceptes a tu lado, allí donde vayas, aunque podamos perdernos por el camino.  

Siempre tuyo,
Louis.

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt