Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 25 de septiembre de 2016

Revolución

Con el paso de los años he aprendido a soportar demasiadas guerras a mi espalda. Una de esas guerras fue, sin duda alguna, el momento en el cual tuve que asumir que el mundo cambiaba. Como si la Revolución Francesa no hubiese hecho suficiente, pues sólo fue una pequeña grieta en la sociedad. Pronto todo comenzó a desquebrajarse, cayendo a pedazos, incitando a los demonios a surgir en la mente del hombre y convertirse, de ese modo, en progreso. Demonios que mataron la fe ciega en un Dios silencioso, muerto hace demasiado, cuyo cuerpo quedó desamparado en las hermosas iglesias.

He visto reyes caer derrocados, manchando el suelo que antes parecían siquiera tocar, mientras que el pueblo burgués se coronaba, de forma distinta, en la cima de la pirámide para ejercer su tiranía. He contemplado tiranos reemplazados por otros. También he conocido grandes pintores que no fueron afamados hasta su muerte. Jóvenes músicos que dieron su infancia para ser reverenciados a la edad adulta. Muchachos castrados para la ópera y la música celestial de las iglesias. Mujeres que daban su vida, en cada instante, en fábricas donde sus corazones eran aplastados. He visto damas exigir el voto y ser sentenciadas a vivir en cárceles por ello. Revoluciones buenas, dignas o peligrosas.

Hoy en día veo otras más silenciosas, pero igual de efectivas. Me siento ante el televisor y observo la revolución cómodamente desde el sillón, aunque no es igual de efectivo en mí. Necesito salir ahí fuera, descubrir que hay tras cada muro. Necesito incluso saber lo que puedo encontrar en las profundidades del mar. Es algo que no puedo evitar.

Sin embargo, hay una revolución que ocurre a diario. Es como si una semilla pudiera germinar por las mañanas y mostrar una flor radiante nada más caer la noche. Aunque en realidad es un ser que siempre está ahí, que despierta insaciable como yo. Juré eterno amor a sus labios condenados por mis sonrisas burlonas, por mis ojos llenos de ese salvajismo tan natural, y por mis rápidas manos. Cuando no está entre mis brazos lo busco en mi memoria, pues en mis recuerdos resalta como una mancha de arándanos en un hermoso y delicado mantel blanco. Quizá parezca que lo idealizo, pero la verdad es que la oscuridad es más hermosa cuando logro envolverme en su perfume, en la elegancia de sus pisadas y en ese acento francés tan marcado.


Para mí, la auténtica revolución de mi vida, se llama Louis de Pointe du Lac. Mientras él viva yo seguiré viviendo, buscando superarme e intentando alcanzar una fama extraordinaria. Deseo ser su héroe, su santo, su Dios... Quiero hacer grandes cosas para que él vea lo poderoso que soy, que no tengo remedio y que jamás dejaré de luchar. Él, si no contamos mi amor hacia mi madre, es el único ser que siempre he amado de forma pura e incondicional.

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt