Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

viernes, 21 de abril de 2017

Nervios


Viktor es mi hijo, pero ella también.

Lestat de Lioncourt 


Desperté de golpe. No sabía dónde estaba. En esos momentos había olvidado incluso las últimas semanas de mi vida. Me encontré asustado y acorralado. Realmente el sueño me había sumido en un caos desafortunado lleno de un sabor amargo y algo ácido. Me llevé las manos al rostro intentando calmar mi respiración. Siempre había tenido miedo a los lugares demasiado cerrados y soñar con ser enterrado vivo me provocó un terrible impacto.

Supongo que no fue buena idea releer en los últimos días los libros donde mi padre era el protagonista principal de demasiadas aventuras llenas de infortunios, cargas pesadas, problemas de toda índole y victorias. Porque aunque caigas, y te rompas en mil pedazos, siempre tienes la opción de reconstruirte creando un nuevo ser siendo a la vez el mismo. La vida nos moldea, pero también nosotros permitimos hasta dónde y cómo.

Miré a mi alrededor intentando recordar dónde estaba, pero al verla a ella lo supe. Había estado esperando algo así durante años. Creo que siempre me sentí solo e incomprendido. Mi madre decidió abandonar la mortalidad cuando tenía apenas unos años, convirtiéndose así en un vampiro. Todos a mi alrededor tenían batas de científicos y doctores, pero en realidad eran seres dotados de una mente privilegiada, conocimientos que iban más allá de lo ofrecido a la sociedad y con unos poderes increíbles. Todos eran hermosos, jóvenes eternos, y poseían una fuerza magnífica. Por el contrario yo era un niño débil aunque con la salud de hierro.

Ella se había convertido en mi sustento en un mundo lleno de misterio. Una sonrisa simple, unas palabras llenas de amor, unos sentimientos complicados y una verdad difícil de asimilar. Eso era Rose. Demasiado hermosa, pero a la vez demasiado bondadosa. Sin embargo, había superado grandes conflictos éticos y una relación espantosa. Se convirtió en una mujer fuerte y yo la tenía a mi lado rendida a mis caprichos. Por un momento me sentí culpable, pero de inmediato emborroné todo con un sentimiento indescriptible.

No sabía cómo iba a ser la reacción de mi padre al vernos y saber que ambos estábamos unidos. Ella había sido criada, educada y amada por el hombre que me dio tan fantástica genética. Yo, sin embargo, había crecido al margen de su interés porque desconocía la verdad. Mi crianza fue distinta, pues lo hice entre tubos de ensayos y vampiros ensimismados en los datos de un enorme ordenador. Y la educación había sido esmerada, como la suya, pero lejos de los más prestigiosos colegios. Aún así era un universitario, como ella. Ambos teníamos unos conocimientos fantásticos para construir una familia maravillosa, pero habíamos asumido el riesgo de ir a Nueva York a encontrarnos con el hombre más importante en nuestras vidas: Lestat de Lioncourt, su padre adoptivo y mi padre biológico.

Justo en el momento en el cual decidí intentar dormir, pese al nerviosismo de todo lo que estaba por venir y de la propia pesadilla, ella se despertó. Pude sentir sus manos acariciando mi rostro, sus labios rozando los míos y el deseo insano de fundirnos de nuevo el uno en el otro. Me recosté en la cama y permití que me llenase de besos, caricias y palabras de amor. Por mi parte hice lo mismo. Necesitábamos algo más que sexo, necesitábamos corrompernos en un amor idílico que muchos tacharían de absurdo y extremadamente romántico para comprender que hubiese pasado en tan escasos días.


Esa mañana fue terrible y hermosa a la vez, al igual que la vida. Nos estábamos jugando la supervivencia y al final mi padre venció saliendo reforzado, igual que un héroe griego. No entiendo como alguien puede odiarlo o despreciarlo, pero supongo que todo héroe tiene que tener alguien que lo aborrezca. Si bien, siempre le estaré agradecido el haber salvado a Rose. Él salvó mi alma y el alma de una mujer dulce, sensible, inteligente, tenaz y firme en sus creencias.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt