Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

miércoles, 31 de mayo de 2017

Semilla

Entiendo a Khayman ahora que tengo a Viktor...

Lestat de Lioncourt

La recordaba cada vez que me incorporaba en aquel sarcófago. Podía ver sus pequeños ojos siendo la semilla del cambio. Ojos oscuros en un rostro de piel aceitunada y hermosos cabellos de fuego. Era la perfección hecha realidad. Su belleza no tenía límites a pesar de ser una belleza puramente infantil, delicada, dulce y armoniosa. No había rastro de dolor en esa mirada. Su sonrisa era auténtica, aunque no lograba discernir cuál era el origen de esta. Sólo la tuve unos minutos entre mis brazos y la amé para siempre.

Realmente no suelo escribir sobre ella. Pero a veces no puedo remediarlo. Necesito rememorar ese rostro pequeño y ese cuerpo frágil. Lo necesito. La necesidad surge de un motivo imperioso de recordar los motivos por los cuales lucho y me impongo ante cualquier adversidad. Mi pequeña, niña, mi semilla...

Hay algo peor que no poder ser padre y ser padre pero sin poder ejercer como tal. Pensé que podría regresar a su lado, cubrir su rostro con mis besos y alzarla ante los rayos del cálido desierto en el cual vivíamos. Seríamos nómadas y llevaríamos una vida simple al lado de su madre y su tía. Rogué porque eso sucediera. Imploré a mis viejos dioses. Pero finalmente el desastre nos cubrió por siempre.

Jesse me recuerda a ella. Cuando la vi en aquel concierto comprendí que poseía en sus ojos la fuerza de Maharet. Era la llama viva de unos orígenes que no comprendía. Estaba al lado de alguien amado por ella, un druida de cabellos casi blancos, que la custodiaba como si fuese un león y ella su cría. Decidí arriesgarme para escuchar su voz y estuve a punto de derrumbarme en llanto. Recordé a mi hija, esa hija que no pude tener entre mis brazos, y entonces supe que tenía que imponerme frente a Akasha. Ella no podía arrebatarme de nuevo a nadie más de mi familia.


Hoy escribo esto porque la locura está llegando. Siento que mi mente se enturbia. Tengo miedo. Hace unas noches ardieron cientos de jóvenes y fue mi culpa. Una voz me está destruyendo. Temo que en algún momento todo se pierda.

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt