Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

sábado, 10 de junio de 2017

Arte

Bueno, estoy de acuerdo con él. No sé mucho de arte, pero sé cuando veo algo bueno.

Lestat de Lioncourt 



Siempre he reconocido que la vida está basada en números y los números logran formar conceptos matemáticos que influyen en el arte. No hay nada más natural que el arte y los números. La naturaleza está llena de grandes fenómenos artísticos que conmueven nuestras almas. Soy capaz de reconocer la belleza cuando la veo. Incluso en mitad de los grandes desastres soy capaz de palparla, observarla y sentirla en el fondo de mi alma. Mi corazón palpita cuando contemplo algo inusualmente bello o prodigioso.

Durante muchos años pensé que el arte estaba vinculado a los museos, pues allí podían conservar y exponer a los más grandes pintores, fotógrafos, escultores e incluso diseñadores de moda. Existen museos de objetos que revolucionaron la vida y el concepto de belleza como los museos de relojes antiguos, de huevos de fabergé, automóviles o hermosas cajas musicales. Contemplas historia, pero también el idilio con lo perfecto más allá de su función básica.

En estos días he decidido acudir a una exposición de “Arte Moderno”. Pensé que encontraría grandes influencias que me harían revivir la magia del arte y lograrían que probase nuevas técnicas. No obstante he visto cosas absurdas como basura regada por el suelo convertida en arte, sillas simples de plástico colgadas del techo representando la soledad o vasos de agua convertidos en obras emblemáticas. Ya no sabes si estás ante un objeto abandonado en mitad de la sala o realmente algo hecho a propósito.

Ayer me puse mi mejor traje, aunque siento que sigue siendo ropa bárbara y no me acostumbro a llevar pantalones, para pasear por una galería de arte muy cercana a la vivienda que ahora ocupo. Pensé que encontraría algún lienzo que me conmoviera. Si bien, sólo encontré objetos sin forma y fotografías mil veces reproducidas en cualquier otra parte. No hallé el alma de artista, salvo si el alma se compone del dinero que cuesta un jarrón inservible.

Por eso me marché indignado. Eché a caminar por las calles más céntricas y acabé, no sé como todavía, por uno de los barrios más empobrecidos. Hay numerosas casas abandonadas, una vieja fábrica destartalada que antes producía cartones y embalajes de gran calidad, y me detuve frente a un enorme muro. Había color, pasión en cada forma, y rostros de distintos rasgos con ojos profundos así como frases motivadoras. Me quedé asombrado. Contemplé la belleza de frente sin tener que pagar un sólo dólar. Mis manos temblaron y mi corazón se llenó de una excitación insana. Artistas callejeros, que suelen ser llamados vándalos por injustos y estúpidos que no ven más allá que un spray sobre un muro, me demostraron que ya el arte no se halla en los museos y que debe vivirse. Hacemos mal en guardar o refugiar el arte para que sea inmortal, cuando si realmente merece la pena ser conservado lo haremos. El arte debe vivirse, debe sentirse, debe fluir de forma natural y no tiene precio.



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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt