Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

miércoles, 5 de julio de 2017

Chispa de felicidad

Antoine es demasiado tierno... ¡Cómo puede enamorarse de Armand!

Lestat de Lioncourt


La vida puede ser insoportable. Sobre todo cuando sabes que no hay remedio alguno a tu sufrimiento. Comprendo que muchos tengan sueños grandilocuentes y la extraña sensación de triunfo, pero en realidad las cosas materiales no son nada. Yo jamás deseé tener muchas cosas en propiedad. Sólo he deseado tener una pequeña casa a la cual regresar cada día, sentarme en el sofá y estirar mis piernas pensando que al menos tenía un techo donde resguardarme de la lluvia, el frío y la miseria humana que circulaba, y aún circula, por las distintas avenidas de este glorioso mundo lleno de ratas.

La felicidad a veces desaparece muy rápido, sin dejar siquiera una breve carta pidiendo disculpas. La buscas en vano. Nunca volverá del mismo modo y ni siquiera con la misma fuerza. Viene, ilumina todos los rincones de tu alma, y se va quedando un hueco profundo en nuestros sueños.

La felicidad vino una vez a mi vida en un día claro de octubre. De esos octubre que no son lluviosos, ni hace demasiado frío aún o la humedad suficiente para calar los huesos. Caminaba por las empedradas calles de París e ignoraba que el dolor pronto me haría sucumbir. Había dado un recital de piano y mis padres estaban más que orgullosos. La noche anterior había sido mi gran momento. Tenía dieciocho años.

Pasé por la pequeña panadería y adquirí un bollo pequeño de pan. Antes el pan no se vendía caliente. El pan caliente es una aberración moderna debido a que se vende una masa deforme y congelada, llena de aditivos y harinas baratas. El pan que yo comía era pan de verdad. Sentía su enorme sabor en la punta de mi lengua cuando lo vi. Era un joven muy atractivo. Me quedé asombrado por su belleza idílica. Él me inspiró a escribir uno de mis mejores poemas, aunque no soy poeta sino músico.

Ese día fui feliz. Intenté buscar por todos los medios ese momento. Ni siquiera lo hallé cuando Lestat se hizo mi mecenas y me regaló el mejor piano que pudo lograr para mí. No lo hallé durante siglos. Ahora puedo decir que lo he vuelto a vivir. Ha sido al verte a ti. Tal vez has escuchado estas palabras otras veces, pero tus ojos tienen una belleza lacónica que quiero secuestrar entre mis manos. Me he enamorado profundamente de ti. Espero que me aceptes como amante o al menos como buen amigo.



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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt