He terminado una etapa. He gastado el
último cartucho. Debo aprender a pensar primero en mí y luego en
los demás. Dicho así suena muy egoísta, ¿verdad? Sin embargo, si
yo no estoy bien, ¿cómo voy a cuidar de los míos? Si yo estoy bajo
de ánimos, sin posibilidad de remontar, ¿cómo diantres voy a tomar
mi espada imaginaria y luchar contra los molinos de viento que se han
convertido en auténticos gigantes? Imposible.
Durante algún tiempo hice lo que
muchos esperaban de mí. Decididos me habían elegido como el líder
sabio de una tribu egoísta, sedentaria y que pocas veces alababa mi
labor. Sólo un puñado de ellos estaban ahí apoyando mis
decisiones, respetando mis malos momentos y flaquezas. El resto
pedían más y más sin dar nada a cambio. Si empecé esta andanza
con una sonrisa, dispuesto a degustar el éxito, fue porque realmente
creía que era necesario que estuviera ahí para los demás. Sin
embargo, los demás no han estado siempre para mí.
Me han mentido, vendido, humillado,
olvidado y también ocultado la verdad. Han quienes se acercaron a mí
para conseguir beneficios, también están los que no lo hicieron por
timidez o porque pensaban que no era alguien a quien seguir. Enemigos
los tenemos todos y el principal es uno mismo. Nunca me he dado por
vencido, que nadie crea que esta etapa es cuando bajo los brazos y
digo que me rindo. Simplemente he optado por pensar en mi futuro y en
lo que quiero hacer. Deseo algo que me recompense más allá de unos
aplausos y unas palmaditas en mi hombro.
Me llaman Lestat y no es por cualquier
motivo. He tenido una vida muy dura. Muchos no lo sabe. Yo he sido y
soy alguien solitario aunque aparente que siempre estoy rodeado de
personas, pero no todas llenan ese vacío y no siempre quiero que
estén ahí. Mi padre no fue el mejor hombre, mi madre no siempre fue
la más protectora y agradezco que no lo fuese. Mis mayores ejemplos
han sido ella, mi abuela y mi abuelo así como en estos últimos años
he tenido otros ejemplos en mi vida para tomar impulso.
No creo que mejore la vida de nadie
darle importancia a personas que no lo merecen o proyectos que
realmente desplazan otros más importantes. En estos últimos cinco
años he dejado proyectos muy importantes por la avaricia de quienes
empezaron conmigo este “sueño” que ha terminado siendo una
pesadilla a gran escala. No los juzgo, no los odio, pero sí les
recuerdo que fue por ellos por los que inicié todo. En mi antigua
relación no tuve mucho apoyo hacia mis escritos, los que yo
realmente creía importantes, porque no se basaban en los libros que
esta persona idolatraba. Alguien que a mi parecer no le interesaba
demasiado lo que yo sentía realmente, pues siempre intenté dejarlo
un tiempo o publicar menos... Por supuesto, hablo del Jardín
Salvaje. Para esta persona era una decepción si no se publicaba,
pero ella no hacía gran cosa más allá que aplaudir y a veces ni
leía lo que yo me esforzaba. Me sentía solo, abandonado,
miserable... Intenté explicárselo, pero no tuve respuesta.
¿Saben ustedes cómo es gritar en
mitad de una montaña y que nadie te responda, ni siquiera tu eco?
Así me sentía. Estaba en mitad de una ventisca gritando ayuda y
sólo acudían lobos. Unos lobos que bien conocía y que eran los que
en el pasado intentaron devorarme a dentelladas. Viejos enemigos
aparecían y la actitud de aquellos que decían quererme no ayudaba.
No me gustaba la confrontación, sentía pena y siento pena por quien
opta por vengarse. Prefiero perdonar, olvidar y sepultar en una tumba
sin nombre a quienes no me han querido bien, no han aprendido nada de
mí y no han sabido corresponder mis años de lucha a su lado. No los
odio, pues el odio no me conduce a nada bueno. Sólo los olvido.
He vivido momentos terribles con amigos
y los sigo viviendo. He visto como pierden a sus padres, amigos o
simplemente inician enfermedades terribles. Suelo escuchar a
compañeros que entran en un bucle de depresión, de odio hacia todo
lo que hay a su alrededor o simplemente dejan de ver valor en sus
acciones. A veces puedo consolarlos, otras veces sólo escucharlos
mientras intento no ponerme a llorar. Soy un sentimental y un idiota,
lo reconozco.
Actualmente estoy más activo que nunca
en la lucha por mis derechos como ciudadano, pues sigo siendo una
persona que es ciudadano de tercera, incluso de cuarta categoría si
nos lo planteamos correctamente. El gobierno sólo hace gala de su
tolerancia o le da importancia al sufrimiento de personas en riesgo
de exclusión social, como es mi caso, cuando las cámaras los
enfocan. Sin embargo, no promueven leyes y no ayudan que las que
deseamos se desarrollen en el marco de la legalidad. Para quien no lo
sepa soy transexual masculino, lo cual implica un desarrollo
intelectual de fortaleza más allá de lo habitual. Debes hacerte
fuerte para no caer, debes levantarte mil veces para que no te
ahoguen...
Por eso he decidido dejar el Jardín
Salvaje que no me retribuye nada, que sólo me trae malos recuerdos
debido a que estas personas no me dieron nada bueno o aportaron algo
de calidad, y prefiero seguir mis escritos y mi lucha como
transexual. Actualmente tengo una pareja que comprende mi dolor y se
esfuerza a diario en luchar codo con codo, pues también lo es y me
siento orgulloso porque no se deja llevar por los clichés y
controversias que suelen rodearnos como si fueran grilletes. Estoy en
una asociación importante en mi comunidad autónoma y he conocido a
grandes e importantes personas a las cuales tomar como ejemplo. Hoy
en día prefiero escribir algo más que fics, aunque seguiré
haciéndolo de vez en vez porque amo a Lestat y porque Lestat es mi
segunda piel. Él y yo somos uno, aunque no sea mi personaje sino el
de Anne Rice.
Al menos, de momento, el proyecto que
inicié sólo porque me animaron, porque querían que me hiciese
respetar como Lestat, no lo quiero seguir. Deseo seguir mi novela,
mis concursos, mi relación, mi lucha por la Ley Trans Estatal en
España...
Este blog tendrá algún que otro texto
variado, tendrá fics, tendrá de todo... No le voy a cambiar el
nombre porque yo soy Lestat. A mí me llaman Lestat. Soy Lestat. No
es mi máscara, es mi forma de presentarme al mundo con ese mismo
descaro, galantería y fortaleza a pesar que a veces me tire al suelo
y me eche a llorar. Porque llorar no es indigno, ¿saben? Y
últimamente lo he hecho demasiadas veces. Ya estoy recuperado y toca
luchar.
PD: Estoy escuchando a Labordeta - Canto a la Libertad
PD: Estoy escuchando a Labordeta - Canto a la Libertad
No hay comentarios:
Publicar un comentario