Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

jueves, 1 de octubre de 2009

Dark City - capitulo 10 - Creo que voy a matar a alguien. (parte IX)


-Déjamelo.-susurré caminando hacia él, tomándolo entre mis brazos y sintiendo como su cuerpo pequeño se movía en mi regazo.

-Le juro que trataré a su hija como se debe.-al escuchar aquello clavé mis ojos en él.

-Si mi hija sufre por tu culpa nada me impedirá estrangularte con mis propias manos.-lo decía tan serio que podía sentirse que aquello se haría realidad.

-No sufrirá.-respondió Kamijo.-Bueno, yo creo me marcho a buscar a los chicos. Seguramente estarán en la cafetería de los grandes almacenes.-sabíamos que iban de tiendas y eran amantes del café, también de los batidos. Así que no había perdida de donde estarían.

-Yo iré con Olivier, seguro que ya terminó los diseños que tenía a medias.-se aproximó a mí y tomó al pequeño.-Hablad a solas os hará bien, debimos pensar antes esto.

-Antes que nos marchemos.-comentó Kamijo.-Quiero preguntarte algo.-me miró con ojos de cachorro.- ¿Crees que sería buena idea pedirle matrimonio a Jasmine?

Hizaki, Josep y yo tuvimos la misma reacción. Nuestra boca se entreabrió y nuestros ojos parecían salir de sus órbitas. Jamás pensé que se casarían tan pronto, pero sabía que Kamijo deseaba la compañía de Jasmine de forma eterna. Era un hombre de aspecto delicado y gustos refinados, también pasional y un músico excelente. El piano jamás sonó tan bellamente como entre sus dedos, el teatro al completo se conmovía cuando sus manos se deslizaban por las teclas. Jazmine era hermoso, muy atractivo, aunque no era mi tipo de hombre ideal si bien para Kamijo era perfecto. Ambos hacían una gran pareja y me sentí feliz, muy feliz de que algo así sucediera. Aún mantenía en mi retina el día que Jasmine apareció de la nada junto a él, la conversación que se dio y las miradas cómplices y fogosas de los primeros días. Como se suele decir… “oh… el amor”.

-Kamijo.-murmuró mi yerno.-Es un paso demasiado complejo.

-Bueno, déjalo si se quiere atar. Al menos Jasmine no tiene complejos, no tendrá que lidiar con “oh Hizaki soy horrendo, horrible, y no soy un buen partido mírame como me veo”.-moduló su voz para poder imitar mejor a Olivier.

-Menuda falta de autoestima.-mascullé.-Kamijo deberías llevarlo a París para ello y ve a la Joyería Classic tiene los mejores anillos.

-Quiero casarme, estoy dispuesto a ello.-lo decía con voz firme, no titubeaba.

-¿Y tú Josep?-interrogó mi hijo.

-Pienso buscar a mi mujer como sea, he pedido a Sam que en sus ratos libres de con ella. Pero no pienso casarme con Miho, pienso que podemos ser una pareja de hecho. Funcionamos bien así, no pienso dejarla ir y creo que no le haría ilusión un anillo.-no me gustó saber que no quería casarse con ella.-La amo, amo a mis hijos que están por nacer y pienso continuar a su lado.

-Muy bonito, te aplaudiría si no tuviera las manos ocupadas.-Josep lo miró algo asombrado, creo que no se esperaba que Hizaki estuviera de acuerdo en ello.

-¿Y tú?-pregunté a mi hijo mirándolo fijamente.

-Yo nada, pienso irme de fin de semana con mi chico y nada más.-respondió tan fresco.

-¿Y el niño?-interrogó alzando una ceja.

-Contigo, abuelito. Además, yo bien que cuido de Jun.-sabía que en parte para él quedarse con mi hijo era un placer. El bebé se dejaba querer por todos y era imposible no tomarle cariño.

-Quiero que lo planifiques y en cuanto tengas las fechas, el horario y el lugar donde vais a ir me lo dices. Primero porque quiero saber dónde estáis por mi nieto, por si sucede algo, y segundo porque tengo que planificar mi agenda.-tenía ciertos compromisos y no los iba a dejar, tal vez sí trasladar.

-Claro, ni lo dudes.-respondió tomando las cosas del bebé.

-Te acompaño Hizaki y me comentas sobre ese spa, tal vez lleve a Jasmine.

Ambos se marcharon despidiéndose con un gesto de sus manos, Josep se quedó a solas conmigo y yo me senté en el sofá observándolo.

-Eres un pazguato, calzonazos y no sabes jugar al poker.-dije dejando mis manos entrelazadas sobre mi vientre. Estaba recostado en el sofá, observándolo sin perder un solo detalle.

-Seré todo lo que usted quiera o desee creer. Pero amo a su hija y no hará que cambie de opinión. No voy a permitir que nada ni nadie me aleje de ella.-lo decía sin titubear al fin, a pesar de ver en sus ojos el miedo a que yo hiciera algo en su contra.

-Eso es bueno.-estaba siendo sincero.-Porque así no me tendré que manchar las manos contigo.

-¿Podría ser comprensivo?-interrogó.-Yo no lo fui en su día con Sam, lo reconozco. Hice que mi hijo sufriera porque no veía bien esa relación. Mi hijo sufrió las consecuencias de mi ceguera, no haga lo mismo con su hija. Lo único que hará será abrir más una brecha entre ustedes. Intente apoyarla, no hacer que crea que sus decisiones son erradas. Necesita confianza en ella, fortalecerse y ser libre para tomar su propio camino.-tenía razón en lo que decía, cada vez me sentía más idiota por haberlo juzgado mal.

-¿Por qué no fuiste comprensivo con tu hijo?-interrogué observándolo.

-Tenía diecisiete años cuando empezó su relación con Sam, él le saca diez años prácticamente, y tuve miedo.-yo también lo hubiera tenido, lo entendía.-Pero Sam me demostró que le amaba, que le cuidaba y que mejoraba mi hijo volviendo a ser el mismo. Cuando murió su hermano se aisló.

-Debió ser terrible.-respondí casi sin pensarlo.

-Imagine. Toda una vida dedicado a tus hijos, a que sean felices y educados. Intentas inculcarles a ambos una educación, unos valores, y sobretodo darles todo aunque tengas que hacer horas extras.-entendía que era la dedicación de un padre, de un buen hombre, hacia sus hijos.

-Es lo mismo que he hecho con mis hijos.-dije sentándome en el sofá y él se sentó a mi lado.

-Imagine entonces como me sentí cuando todo se desmoronó. Una mañana era padre de dos hijos y al día siguiente tenía uno en un ataúd y a otro marcado de por vida.-cerré los ojos intentando no pensar, no quería imaginar eso porque me alteraría demasiado.

-Terrorífico.-murmuré.

-Para colmo mi mujer me dejó por otro.-lo miré fijamente y noté su rostro tenso, todo su cuerpo se tensó.-Una mañana entré en casa, acababa de llevar flores a Romeo. Eduart vino conmigo, se sentía como perdido tras ver la tumba de su hermano. Entró a nuestro dormitorio y no estaba, no había nadie en la casa.-susurró.-Pensamos que fue al gimnasio o a pasear, en esos días últimos se esfumaba de nuestra vista como si nada. Mi hijo pidió hacer una tarta, eligió la que más le gustaba a su hermano y comenzamos a prepararla para poder darle una sorpresa a Marie.-suspiró de forma pesada echando la cabeza hacia atrás.-Cuando vi la nota en la nevera, un claro “Me voy, no me busques”, el mundo se desplomó por completo.

-Yo nunca he estado en el lugar de la víctima.-con todo aquello pude imaginarme el infierno que rodeó a Yutaka, Megumi y Clarissa.

-Lo sé, usted siempre ha sido el verdugo, pero no lo juzgo por ello. Cada quien tiene sus razones.-estaba siendo amable conmigo, pero sabía que no soportaría para nada que yo fuera un desgraciado.

-Gracias.-susurré.

-Por eso cuando vino su hija a mi vida fue como un soplo de aire fresco, creo que inmediatamente me di cuenta que sería especial para mi hijo. Vi que no tenía experiencia con chicos, pero tenía una edad cercana y su forma de ser era agradable. Tan sólo tendría que vigilar sus medicamentos, sus horas para citas al médico y poco más. Era para que no se librara de tomar las pastillas, siempre se negaba. Ahora parece un chico alegre, vital, sigue siendo algo tímido pero eso siempre fue así.

-Supongo que Cat, Lionel, Amaury y todos los demás amigos de mi hija le han ayudado.-interrumpí su explicación y sonrió.

-Y Kamijo, no se olvide de Kamijo. Cuando toca está como en otro mundo, en otro universo. Yo también tocaba el violín a sus años, ahora tengo poco tiempo para poder tocar. Sin embargo, cuando tenemos tiempo practicamos a la par. Kamijo le mostró el piano, es un dotado para componer y ambos son muy parecidos a la hora de arrojarse a las llamas de la creatividad.-parecía orgulloso de su hijo, un hombre afortunado con un buen hijo.

-Orgullo de padre, me pasa lo mismo con mis hijos.-él rió conmigo al decir aquello.

-Sí, es un orgullo tener un hijo que te de alegrías. Pero también lo amaría si no fuera así, lo amé en sus malos momentos.-asentí a lo dicho.

-Será un buen padre para mis nietos.

No hay comentarios:

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt