Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

jueves, 15 de octubre de 2009

Dark City - capitulo 11 - Nuevos Aires (IX)


Atendí el teléfono tras dar una pequeña carrera hacia dentro de la casa, Phoenix seguía con Jun jugando y el pequeño observaba todo con aquellos enormes y vivarachos ojos café. Me quedé impactado con la noticia, fue como una victoria.

-El sospechoso estaba en las proximidades de la vivienda de su hijo, lo detuvimos por escándalo público y porque el amante de su hijo llamó alertando de la presencia de dicho individuo. Le mantendremos informados de la detención de Yue Wook.-era la voz de una mujer, muy dulce que trasmitía calma.-¿Señor Sakurai?

-Sí.-respondí con una sonrisa en mis labios tras un leve suspiro, me senté en el sofá calmado y sin la leve intranquilidad de que Yue interrumpiera de nuevo en la vida de mi hijo.-Gracias.

-De nada, espero que recuerde que siempre estamos a su disposición.-lo sabía, lo sabía muy bien.

Desde hacía unos dos años, aproximadamente, se estaba limpiando el cuerpo de la corrupción que existía. No sólo en el cuerpo de policía, también en los bomberos y jueces. Hacían sus pequeños chanchullos para que criminales de alto rango salieran en libertad, como si nada, y volvieran a cometer cualquier delito. Poco a poco iba siendo la ciudad que conocí a mi llegada, una ciudad segura y que se llenaba de vida cada año.

Era una gran ciudad, pero todos la llamaban Dark City. Todos tenían un lado oculto, un lado oscuro, cada habitante guardaba un secreto menor que el anterior que solapaban con ese. En la ciudad no había lugar alguno donde se escuchara un murmullo siniestro que te confesara algo, y ese murmullo se solapaba con el sonido de las balas. Nadie recordaba el nombre original, pero a cualquiera le hablabas con el nombre en clave y todos la recordaban. Además la ciudad tenía ese encanto, el encanto de que todo puede pasar y de que nada de lo que vemos puede ser real. Eso atraía a millones de turistas. Pero yo quería una ciudad segura, no sólo yo. Muchos deseaban ver las calles como se estaban volviendo, regresando a la belleza de antaño.

Así que ver la eficiencia de la policía era un alivio, era mi reto. Paulo estaba también haciendo un gran trabajo. Todos los grupos políticos estaban haciendo su mejor esfuerzo. Era la unión de cientos de voces, de cientos de personas que deseaban un mundo mejor para dejarlo como legado.

-Atsu.-escuché la voz de Phoenix sacándome de mis pensamientos, de mis recuerdos y añoranzas de tener el poder o al menos acariciarlo. Era testigo en la sombra, aquel que manipulaba algunas ideas de Paulo para conseguir cerca del poder. Porque cuando lo tienes sientes que puedes hacer posible cualquier cosa, ambiciones personales o de todo ciudadano de a pié. Por eso hay que tener autocontrol, para no caer.-¿Quién era?-preguntó tras unos instantes y el bebé balbuceó jugando con uno de sus sonajeros.

-La policía, han dado con Yue.-dije girándome hacia él.

-¿Fue él? ¿Finalmente fue él?-estaba algo nervioso, quizás la angustia de saber que el padre de Yue podría hacer cualquier cosa le aterraba. Nunca pregunté porque comenzó a temblar, tal vez un mal presentimiento.

-Sí.-respondí secamente intentando evitar cualquier comentario sobre el tema.-Vayamos fuera.

-Pero cuéntame que ocurrió.-dijo tomándome del brazo impidiendo que fuera hacia el jardín.

-Pues que lo detuvieron, ya te dije lo que sucedió.-dije con una sonrisa.

-Atsushi algo malo ocurrió ¿no es así?-preguntó con una mirada firme, parecía taladrarme.- ¡Habla!-se había puesto terco, siempre dije que era tozudo y en momentos como ese, o con situaciones similares, no había nadie que le impidiera saber la verdad.

-Lo arrestaron porque rondaba la casa de Hizaki, Olivier dio la voz de alarma y todo ha terminado bien.-tembló leve cuando escuchó aquello, había tomado mucho cariño a mi hijo y lo tenía como un confidente. Sabía que él confiaba en Hizaki, que Hizaki confiaba en él. Me pregunté si él tuvo la genial idea de que Max comenzara a rondar a Yutaka, tal vez no lo hizo con mala intención o simplemente surgió.

-Debo llamar a Hizaki.-respondió sin más dándome al bebé.

-No, está con Olivier y tal vez les interrumpes.-no sabía si era cierto, pero no quería que se preocupara más de lo debido. Todo se estaba solucionando, se encauzaba, o al menos esa era la sensación que yo tenía.

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt