Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 11 de octubre de 2009

Dark City - capitulo 11 - Nuevos Aires (VII)



Fui a la ducha, de inmediato, y salí sin decir nada. Me daba igual si Phoenix pensaba que fue una imprudencia, pero al llegar pedí que me dijeran donde estaba mi hijo. Supuestamente descansaba y su pareja estaba con él. No quería molestarlo demasiado, hablé con el doctor que llevaba su caso y todas las sospechas ya sólo caían hacia Yue.

Yue era un niño que siempre estuvo entrando y saliendo de mi hogar. Yo no solía fijarme en los amigos de mi hijo, pensaba que siendo hijos de mis amigos no tendría problema alguno. No es que fuera clasista, es que eran mis amigos. Últimamente parecía alejado de ese grupo de amigos, se acercaba más a conocidos de mi hija. No me molestó en absoluto, Amaury podría ser todo lo que él quisiera aparentar pero no tenía mal fondo. En definitiva, jamás presté demasiada atención a los chicos que iban con mi hijo. Daba por asegurado que al ser hijos de conocidos serían chicos bien educados, para nada violentos ni metidos en líos extraños. Si bien, me confundí.

Ese chico había estado siempre enamorado de mi hijo. Lo noté cuando Wook, y su mujer, lo presentó a mi hijo. Los ojos de ese chiquillo brillaron y los de Hizaki fueron de molestia. A partir de entonces tuvieron sus peleas, sus diferencias, pero al final fueron grandes amigos. Mi hijo lo trataba como un hermano, lo protegía y a veces me hablaba de él con cariño. Me tranquilizaba en parte que tuviera alguien así, alguien cercano a parte de su hermano.

Por mis ideologías políticas, de entonces, lo único que temía es que mi hijo terminara enamorado de Yue. Sin embargo, cuando cambié de concepción incluso eso se hizo pasable. Lo único que temía es que salieran y se dañaran, daba igual quien de los dos sufriera más. Él siempre pareció un chico noble y mi hijo tenía buen corazón, a pesar de tener la mano demasiado larga y la cabeza en otro sitio.

Cuando supe que ambos salían en un principio no caí, no pensaba que Yue creciera tanto y fuera un chico tan dulce. No solía verlo muy seguido así que fue una sorpresa después constatar que era él. Salían juntos, eran pareja. Supuse que sería bueno, aunque temía que terminaran dejando de ser los amigos que siempre fueron.

Sin embargo, jamás pasó por mi cabeza que algo así pudiera ocurrir. Sabía que Wook me hablaba de la obsesión que a veces tenía su hijo, que hasta que no conseguía su objetivo no paraba. Después supe por Hizaki que cedió a ser su pareja porque deseaba ser querido, porque él era un insistente y eran felices en parte. Si unimos obsesión con drogas puede crear una mezcla demasiado explosiva. Era un niño aún, Hizaki también a pesar de ser padre, y supongo que su primer amor era importante.

El primer amor de Hizaki fue Lexter. Pude notar su desesperación cuando no se sintió único, cuando todo lo que le había dicho aquel bastardo era falso. Estaba vulnerable por el divorcio, necesitaba un poco de afecto y ese maldito le regaló el oído. Pero el primer amor de Yue era Hizaki, siempre fue mi hijo y jamás cambió su trayectoria hacia otro.

Tras el hospital hice mis averiguaciones y supe que Yue estaba realmente obsesionado con mi hijo. Le había compuesto canciones, textos, había hecho platillos especiales con ingredientes que solo le agradaban a mi hijo y les puso nombres que él le decía con cariño. Era tal su grado de obsesión que guardaba cosas que mi hijo desechaba, como ropa que le venía pequeña o bolígrafos gastados. Siempre estaba ahí y por supuesto se deshacía de las chicas que estaban enamoradas de mi hijo, como también de los chicos.

Sin duda alguna él tenía algo que ver. Pero aún no entendía como había caído en esa ceguera. Él tenía una vida por delante, podría conseguir otro chico. Aunque teniendo como precedentes a Yutaka no podía decir que fuera fácil pasar página, sobretodo cuando algo ha sido sumamente importante. Él de nuevo, mi ex en mi cabeza daba vueltas y agradecí que jamás hubiera terminado como Yue.

En casa estuve dándole la vuelta a todo, Phoenix estaba a mi lado sin decir nada acariciando mi pecho. Normalmente estaba más con Jun y con su nuevo proyecto. Quería hacer un periódico online gratuito, un periódico que fuera fiel a la verdad de la realidad en la ciudad. Sin embargo le estaba costando. Pero dejó todo para estar conmigo, no paraba de besarme y de mirarme.

-No pasará nada, Hizaki se pondrá bien.-susurró.

-¿Y si hace daño al bebé?-interrogué.- ¿Y si hace daño a mi nieto porque Hizaki no le hace caso?

-Ponle más seguridad, él pidió que se la retiraran, pero ahora es figura pública y llevarla sólo a los conciertos no es buena idea. Sé que no le gusta, que se siente atosigado, pero debería llevarla.

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt