Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

lunes, 19 de octubre de 2009

Dark City - capitulo 11 - Nuevos Aires (XIII)


-¿Cómo está tu hermano?-interrogué y él se quedó paralizado.-Lo sé, no debería de investigar a mis amigos pero siempre te veía demasiado mal. Quería saber qué te preocupaba y porqué no me lo comunicabas.

-Atsushi son cosas de familia que no deberías remover.-reprochó algo airado.

-Me lo dijo tu antiguo suegro.-sus ojos azules estaban fulminándome por completo, como si me disparara a la sien.-No pienso que haya sido cruel el internamiento de tu gemelo, fue algo que debiste hacer.

Supe de boca de su antiguo suegro aquello, que tenía un hermano gemelo con problemas psiquiátricos. Kamijo jamás dijo nada, todo se lo guardaba. No sólo tenía la pesada carga de haber visto morir a su joven esposa, de llevar una doble vida, de mentirse a si mismo cada mañana; sino que tenía que añadir el pesado lastre de un hermano enfermo.

En ocasiones lo veía hundido, tenía los ojos apagados y ojeras. Solía preguntarle cómo estaba, pero él únicamente callaba. Yo le confesaba todo, intentaba que fuéramos cercanos porque me parecía un hombre con un carisma y unas dotes brillantes para el arte. Era un buen hombre a pesar de ser un asesino de guante blanco. Lo hice para ayudarlo, pero le enfureció de forma enfermiza aquello.

-No debió decirlo.-murmuró intentando calmar su furia.-Jamás debió hablar de K.-susurró.- ¿Qué sabes? ¿Cuánto te han contado sobre mi hermano?

-Que sufre esquizofrenia, que te detesta y que tú sufres sus insultos porque le amas ya que es tu hermano. El amor de un hermano es importante, es un lazo afectivo que aquellos que lo hemos poseído sabemos lo doloroso que es perderlo.-murmuré tomándolo del brazo e inmediatamente se desmoronó llorando.-Tranquilo, jamás contaré nada a nadie.-se aferró de forma desgarradora a mi espalda, lloraba como un chiquillo e incluso comenzó a hipar. Una de mis manos comenzó a dejar leves caricias en sus cabellos y la otra quedó pegada a su espalda.

-En parte es mi culpa.-musitó.-Es mi culpa que me odie, es mía y nada más.

-Cuando vemos sufrir a una persona amada, más si es un hermano o una madre, pensamos que tenemos la culpa de todo su dolor porque no podemos calmarlo o consolarlo.-seguía llorando, desahogándose al fin.

-Lo he encerrado, en vez de tenerlo a mi lado me permití el lujo de encerrarlo.-lo aparté de mí tomándolo por los hombros para si observar sus ojos cubiertos por las lágrimas, comenzaban a enrojecerse por el llanto y también por la tensión que estaba soportando.-Yo…

-Tú has tomado las medidas pertinentes para que no se dañara, ni te dañara y también para que no fuera peligroso para el resto.-tomó aire cuando dije aquello, parecía volver poco a poco a la calma.

-No he podido decirle que nuestros padres han muerto, él los idolatra y piensa que yo soy quien los engañó para verlo encerrado. No entiende que verme a mi mismo desquiciado en una jaula blanca es una visión aterradora.-susurró secándose las lágrimas y apartándose de mí, comenzó a caminar de forma lenta sin perder su clase. Era un extraño maniquí de hombre perfecto, la apariencia de una vida dulce y entregada a la música.-Yo también tengo sucesos paranoides.-murmuró.-Pero la medicación me calma, también los médicos que me controlan, si bien su caso no se cura con unas pastillas.

-Kamijo.-dije caminando hacia él, quedándome a su altura. Comencé a preocuparme por su salud.

-Tranquilo, cambia esa cara de circunstancia.-dijo con una sonrisa dulce, como todas las suyas. Parecía la viva imagen de la inocencia, jamás creería que él había sido cruel con alguien a pesar de saber que se encargó del asesinato del ex de Megumi.

-¿Todo está bien?-interrogué.

-Sí, Jasmine es feliz a mi lado y yo soy feliz al suyo. Jamás esperé conseguir tanta paz en mi vida, aunque haya pequeñas discusiones que siempre pueden solucionarse. Somos adultos y no podemos terminar molestos por como decorar una sala, comprar un cuadro o no.-eran pequeños problemas de pareja, nada importante.-Lo único que me intranquiliza es mi hermano, el otro día agredió a una enfermera gritando que ella se había insinuado y deseaba favores que él no estaba dispuesto a dar.-suspiró y me miró de reojo, tal vez intentando encontrar en mí la seguridad en mis acciones. Una seguridad que no encontraba en las suyas, ya que dudaba y se notaba.-Temo que un día me digan que deben de cambiarlo de centro, y que otro no lo acepte. ¿Qué haré con él?

-Phoenix tiene el mismo miedo.-respondí.

-Sí, su hermano se metió en un buen lío.-comentó dejando una de sus lechosas manos sobre mi hombro.-Atsushi tienes que tener mucho tacto con él, en todo lo referente a su hermano.-tomó aire y lo dejó pasar.

-Lo sé.-murmuré.-Además no puedo dejar de pensar que su hermano me odia, me detesta, pero lo hice por su salud y por la salud de Phoenix.

-Ya, se intranquilizaba demasiado cuando es alguien enfermo. Debería tener una vida más pausada, tú también por tu corazón.

Mientras hablábamos caminábamos en la dirección que él marcaba. Iríamos a visitar cada uno de los pisos, también averiguaríamos otros. Queríamos que fuera en el barrio dormitorio, las agencias nos comentaban incluso de arrendamientos baratos en otros lugares pero deseábamos que fuera lo más próximo al Hotel Duque.

No hay comentarios:

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt