Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 13 de diciembre de 2009

Dark City - capitulo 12 - El ojo del huracán (XV)


-Debemos irnos, tenemos que ir a terapia.-comentó tomándolo de la mano, apretándola levemente.

-¿Tienes algún problema?-mi tono de voz parecía plasmar mi desconcierto, no entendía aquello de terapia.

-Es por mi disforia de género, nada más.-respondió con tranquilidad.

-Entiendo, espero que todo os vaya bien.-dije estirando mi mano para que la apretara, él la aceptó y ella también cuando se la dirigí.

-Adiós.-dijo acariciando el rostro del pequeño y mi hijo sonrió balbuceando.

Los acompañé hasta la puerta de entrada y se marcharon en su automóvil. Como habían llegado se marcharon, alborotando a la perra y haciéndome sentir extraño.

Alimenté a Jun nuevamente, desde que se fue Phoenix tuve que darle papilla de frutas y varios biberones. Era un niño con apetito, pero no podíamos pasarnos en su alimentación. Así que hice un zumo de naranja y mientras se lo daba recordé de nuevo a mi madre.

Vino a mi memoria el día que decidió salir del hospital de Tokyo. Acababan de florecer los cerezos y ella deseaba pasear por los parques como si nada ocurriera. Mi padre estaba lejos, por trabajo, y mi hermano en el colegio. Ella paseaba conmigo del brazo, el médico dijo que era importante darle apoyo y ánimos. Vio necesario ese paseo, como también que ella se sintiera atractiva. Recuerdo que se maquilló como hacía años, cuando mi padre estaba algunas semanas fuera y podía disfrutar de los encantos de ser mujer. Sus pestañas estaban bien rizadas, sus ojos parecían brillar con una luz intensa al igual que el intenso carmín rojo de sus labios.

Cerré los ojos y sonreí recordando la conversación, las miradas cómplices y sus comentarios a cerca de mis cabellos. Aún los tenía largos, pronto no sería así y ella me decía que era una lástima que hiciera tal crimen. Mi madre siempre se sentía orgullosa de mí, incluso cuando fui un completo idiota metido en peleas de bandas. Las mujeres me observaban, también algunos hombres. Mi madre era atractiva, parecía más joven de lo que era realmente y el cáncer no era visible aún.

“Atsushi quiero bailar, quiero bailar todo el día. Deseo volver a nacer como las flores, resucitar de mis cenizas, y poder disfrutar de todo como si fuera una alocada jovencita. No, no me mires así. No estoy loca, aún no perdí la cabeza y tampoco la memoria. Prométeme que no malgastarás tu vida, que la disfrutarás.”

Al volver a recordar esas palabras pude rememorar el tono cálido de su voz, la belleza que imprimía en cada palabra con dulzura y fuerza. En ese momento asentí sin más, no di significado alguno más allá de esperanza en su curación. Pero en esos momentos me di cuenta de lo que quería decirme, quería darme alas y que no las cortara.

El balbuceo frenético de Jun me sacó de mis recuerdos, de esas malditas fotografías en movimiento, y lo miré fijamente a los ojos. Él sonreía moviendo sus manos y hablándome en aquel lenguaje indescifrable.

Aún tenía en mi mente la imagen de mi madre con aquel vestido blanco reluciente, sus cabellos negros largos hasta la cintura y su sonrisa impecable. Fue de las pocas veces que pudo lucirse como se merecía, fue de las pocas veces que pude disfrutar de ella antes de que muriera. Perdió sus cabellos, su piel se volvió algo seca y más pálida que lo acostumbrado. Pero esos recuerdos siempre intentaba evitarlo, prefería verla sonreír caminando a mi lado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por que la puta? XD
Sabes, de todas las personas, como Becky (bailarina), el manequin de Kimi no Banira, la mujer de Atsu, su ex-mujer, sus amantes, etc., hay solamente UNA persona que me da envidia.
Y esta es ISSAY. Y no digo 'puta' o algo a el, porque le amo tambien XDD pero, no se, has visto sus fotos de Six/Nine tour? Su beso cos Atsu y todo esto? Porque ESTO me da pura envidia T____T

Bastante bien significa que algo ha ocurrido, no? O, quizas, pienso demasiado a esas horas u.u
Espero que estais bien juntos ^ ^

Ekhem... no se, todo lo que ves en Uta es uke, por Dios XDD Y sobre Atsu- a mi realmente me da miedo, que ama tanto a sus gatos O_O No pone las fotos de su mujer, o sus mismos, no se, solamente estos gatos, por que? O_O
Si, la carta de Imai es bien dibujada. Pero no te parece ese reno a Imai? Porque a mi si, no se, esta cara es muy parecida XD

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt