Daniel muestra sus inquietudes.
Lestat de Lioncourt
La
vida moderna ha creado diversas influencias en los vampiros. Lentamente ha
generado cierto interés en los más antiguos como en aquellos que todavía pueden
señalarse como jóvenes. No obstante la forma de vestir sigue teniendo gustos
muy personales y provoca ciertas disputas con la moda actual. Hemos podido leer
en numerosas ocasiones las discusiones internas que tienen algunos inmortales.
La
ropa es algo muy personal así como los perfumes, joyas o libros. Cada época
tiene un estilo y cada vampiro ha logrado plasmar en algún complemento lo que
fue y seguirá siendo. Para Marius es aberrante llevar pantalones porque para él
es algo “bárbaro”. Posiblemente jamás encuentre cómoda esa prenda pese a que
suele usarlos. Algunos vampiros tienen mayor fortuna y logran encontrar prendas
que se adaptan a su forma de ser, sentir y ver la vida. Lestat es quien mejor
ha sabido adaptarse a los tiempos modernos usando chaquetas de cuero con
tachuelas o gafas de sol bastante llamativas. Sin embargo, incluso él ha
llegado a añorar las camisas de chorreras con elegantes encajes.
Pero,
si no les importa, en ésta ocasión nos centraremos en la literatura. Para todo
inmortal los libros son una fuente de cultura, información y ocio. Muchos de
ellos suelen vivir aislados por algún tiempo, debido a problemas con el resto
de la sociedad o porque se encuentran heridos. Hay autores que siempre les
traerá grandes recuerdos y evocará a épocas en las que ellos eran humanos. Flavius,
al igual que Pandora, sigue leyendo a Ovidio y dejándose arrastrar por su concepto de amor. Por el contrario, Armand
ha optado por probar autores que no habían sido próximos a él o que han
influido en otros inmortales, así como en la cultura social, como es el caso de
Shakespeare que es nombrado en sus memorias. Lestat ama la novela de acción e
intriga quizás por su forma de ser tan intrépida e irresponsable, pero termina
leyendo cualquier obra que tenga un estilo cultivado y pueda sacarle
beneficios.
Si
preguntas a un inmortal, sea cual sea, sobre literatura moderna verás que
tuerce ligeramente el rostro. Estamos viviendo en un tiempo en que el dicho “cualquiera
puede escribir un libro” es un hecho. Sin embargo que se pueda escribir no
implica que el contenido sea agradable, importante o simplemente interesante
para un ser que ha visto el mundo cambiar con sus propios ojos. Hay autores
reverenciados que doblegan a nuestros compañeros, pero también hay otros que provocan
la ira de muchos de ellos.
La
música es también muy importante, por no decir imprescindible. Hemos podido
presenciar el auge de la radio para vampiros, aunque los mortales piensan que
sólo es ficción y una hermosa performance que los mantiene en vilo. Si bien ahí
tenemos el piano de Sybelle y el violín de Antoine, así como las voces de los
coros de “El Sabio”. Ya se sabe que “la música amansa a las fieras” y “calma
las heridas del guerrero”. Pero no toda la música es apta para nuestros oídos. El
rock no es apreciado para los más antiguos, salvo si es música proveniente de
los aullidos de Lestat porque narran la historia que todos conocemos a la
perfección. Todavía se recuerda y tararea las estrofas que animaron a Akasha y
la hicieron despertar para convertir el mundo en un infierno aún más terrible.
Los
gustos no cambian porque nosotros no cambiamos. Nos sentimos cómodos en lo
conocido por mucho que capte nuestra atención. Terminamos rodeados de objetos
que nos recuerdan a los buenos tiempos. Armand ha decorado su refugio en Nueva
York como si fuese un palazzo veneciano. En cada habitación hay un pasadizo al
pasado y al arte que predominaba aquellos tiempos, también posee dos hermosas
bibliotecas plagadas de libros que ha leído en más de una ocasión. Es el
vampiro que mejor se ha adaptado aunque cuando lo conoció Lestat era torpe,
vestía casi como un cadáver recién salido de la tumba y era incapaz de
relacionarse correctamente. Es un caso excepcional. Gregory también lo es pues
ha logrado crear un imperio farmacológico y envolverse en un halo de misterio,
lujo y paz. Sin embargo, el caso más llamativo será como el líder de una secta
oscura y abominable, como era Armand, ha logrado cambiar hasta llegar a ser un
empresario de éxito envuelto en viejos recuerdos que sosiegan sus heridas.
El
ser humano no da la importancia necesaria a vestir como uno desea, como uno es
realmente, porque desean ser aceptado en una sociedad que necesita gente que no
piense por sí mismo, que no sea diferente, y que premia lo común. Las grandes
empresas roban la imaginación a los jóvenes desde edades tempranas ayudados por
una educación poco flexible. La literatura, la música y el arte en general se están
convirtiendo también en puntos útiles para la uniformidad de la sociedad. En ocasiones
el autor más vanguardista, aquel que es criticado hasta la saciedad, es mucho
mejor que un autor de éxito que sólo crea libros para ser comercializados. El arte,
pese al paso de los siglos, sigue siendo más puro cuanto más hambre y miseria
pasa el artista. Tal vez es cierto que para ser amado, usado incluso por los
inmortales, se precisa haber sufrido.
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